Fernando González
Al mucho tiempo encontramos un niño que nos indicó el camino. Este niño llevaba de cabestro un gato negro. ¡Qué extraño modo de llevar un gato! Todo era ilógico en esa mañana. Nos dijo el niño que iba a botar el gato muy lejos; que muchas veces lo había hecho ya y que el gato volvía a la casa. Decididamente lo sabroso de la vida son las circunstancias antecedentes: el deseo y los actos que ejecutamos para conseguir un gato; el deseo, las rondas y demás preliminares para conseguir la amada. ¡Pero tener un gato y tener una amada y querer desasirse de un gato y pretender desasirse de ella!… Ambos tienen uñas. Decía Balzac que la mujer perfecta araña.
Fernando González