Fernando González Restrepo. Foto cortesía de su sobrina Adriana González Flórez.
Poseedor de una amplia cultura, lector incansable y gran conversador, dedicó su existencia a cuidar la obra y el pensamiento de su padre, desde la soledad y una intensa vida interior. Supo cultivar como nadie la amistad. Su bonhomía, franqueza y los apuntes de su original pensamiento, heredado de su padre, permanecen en la memoria de quienes lo conocieron.
Ernesto Ochoa Moreno