A mi querido Maestro Fernando González: que nos enseñó la santidad de ser úno mismo en la verdad de las Presencias… y a Doña Margarita, por su bondad en la comprensión de este bello camino del Remordimiento y la Duda que es vivir!
Dedicatoria escrita en un ejemplar
de «Nada bajo el cielorraso / HK-111».