“Un restaurante en la rue de Rom.
Marcella, diciembre 27 de 1932”.
Fernando González es un escritor clásico. Y como clásico, de todos los tiempos. Sobre todo del nuestro: un colombiano universal. Su obra refleja este siglo, nos afecta, nos compromete, nos turba, nos acusa, nos libera. Constituye, por su rebeldía y sinceridad, por su desnudez y agresivo lenguaje, uno de los testimonios humanos más vivos y beligerantes de nuestra literatura. No es un escritor “profesional” en el sentido de hacer de la literatura un fin estético. Para él es un medio de comunicación, el más eficaz. A través de las palabras se confiesa, se comprende, se realiza como ser humano.
Gonzalo Arango