Y una fotografía de la Iglesia
Por Ernesto Ochoa Moreno
Hace ocho días el espacio de mi columna lo ocupó la transcripción de la que llamé «Radiografía de América Latina», citando textualmente apartes del último capítulo del libro Modernidad, Posmodernidad, Transmodernidad y Evangelización, de Alberto Restrepo González, recientemente publicado. Hoy, para no dejar cabos sueltos y antojar más a su lectura, me referiré a la fotografía que el autor hace de la Iglesia institucional latinoamericana, a la que califica sin ambages como una «Iglesia europea trasplantada, feúcha y empobrecida».
El sacerdote envigadeño, que es —no sobra recordarlo— sobrino del escritor Fernando González Ochoa y su más atinado estudioso, sabe lo que dice. Porque fue por muchos años párroco en varios municipios de la arquidiócesis de Manizales, posteriormente profesor en el seminario de la ciudad de Panamá y, a su regreso a Colombia, docente en la Universidad de San Buenaventura de Medellín. Su densa obra publicada atestigua, por lo demás, la seriedad de su pensamiento y su amor sin melindres por la Iglesia a la que ha dedicado su existencia.
Entre algunos rasgos del catolicismo dependiente, sumiso y apocado que caracteriza a Latinoamérica, enumera Restrepo González los siguientes:
«Nuestra liturgia ha sido europea […]».
«La legislación eclesiástica, respetuosa de las diferencias de costumbres entre los pueblos, […] no contiene siquiera un inciso valorativo y respetuoso de la condición latinoamericana. El santoral católico está constituido por cristianos de Asia y África antiguas, y de Europa medieval y moderna, y apenas un puñadito de santicos latinoamericanos, novicios de comunidades europeas».
«Los documentos de la Iglesia universal […] parecen elaborados como si América Latina no perteneciera a la Iglesia».
«A lo largo de cinco siglos, la teología elaborada en América latina ha sido construida sobre moldes europeos. Escolástica colonial, dialéctica hegeliana y marxista, fenomenología husserliana, neoescolasticismo maritainiano, existencialismo francés y alemán, han sido el alma de las llamadas teologías de América Latina, latinoamericanas solamente por el lugar donde se hicieron, pero no por el alma, los problemas y la causación que manejan».
«Nuestra pastoral ha sido calcada de la europea, encarnada en modelos y prácticas europeas que nada tienen que ver con nosotros, nuestra alma y nuestros problemas».
Mucho, casi todo, queda por estudiar, analizar y plantear sobre lo que nos toca ser y hacer como posmodernistas y transmodernistas, hijos de este continente y de la Iglesia Católica. Querámoslo o no, esa es nuestra incertidumbre. Y esa es también nuestra esperanza. Por eso vale la pena leer sobre estos temas. El libro de Alberto Restrepo pude ayudarnos. Y nos va a iluminar.
Fuente:
Ochoa Moreno, Ernesto. «Y una fotografía de la Iglesia». El Colombiano, sábado 7 de noviembre de 2020, columna de opinión Bajo las ceibas.