En Otraparte hay una
vida para ver y contar

  • Libros, fotos, videos y objetos cuentan la prolífica vida de Fernando González.
  • Cada rincón de la casamuseo, en Envigado, respira poesía y la rebeldía del escritor.
  • Un proyecto la convertirá en centro cultural con más servicios para sus admiradores.

Por Marleny Vélez Castaño

Un viaje a pie, a la sombra de mangos y cocoteros; bajo el aletear de palomas y pájaros que anidan en sus ramas y el rastro de pisadas lejanas y empolvadas de «Paturra», la vaca pintada que Fernando González ordeñaba de madrugada, invita a recorrer y a escarbar las reminiscencias y recuerdos dejados por el escritor, fallecido de infarto en 1964.

Su vida se perpetúa en ésta, su casa, ubicada en la Carrera 43A # 27A Sur – 11, de Envigado, bajo la tutela de uno de los más enconados admiradores de su obra literaria: Gustavo Restrepo Villa, para quien éste es «un lugar sagrado, que trasciende las fronteras de Envigado pero quiere perdurar aquí como testimonio de autenticidad». Al tiempo que dirige las actividades de la Corporación, nutre regularmente la página que creó para honrarlo y que le mereció un premio nacional como mejor sitio web.

La en otros tiempos Huerta del Alemán, que después Fernando González bautizó Otraparte, signo de rebeldía, de «vivir a la enemiga», en contra de la mentira social y de la búsqueda de sí mismo, invita a entrar a la gran sala con pisos en madera, adornada con el comedor de su suegro Carlos E. Restrepo y la pintura del conocido artista Obregón. La cama sencilla de madera, vestida con una colcha de un blanco envejecido, desnuda la intimidad del escritor.

Escaleras de madera oscura, conducen a la salita de escritura donde se inspiró y de cuyas paredes pende una carta escrita el 20 de diciembre de 1930, con la pluma de su amiga Gabriela Mistral, para quien la obra del escritor envigadeño, era «como el fermento prodigioso que recuerda la irrupción de los almácigos en humus negro»…

El aire de la mañana se cuela por el balcón, ocupado por sillas de cuero carcomido por los años. Estos y los demás pequeños rincones alumbrados tímidamente por lámparas blancas y amarillas, cuentan historias de la vida del prolífico escritor antioqueño, gran parte recogida y preservada por su hijo Fernando González Restrepo, fallecido en 2001.

La Corporación Fernando González Otraparte, nacida el 10 de abril del año pasado, amasa un ambicioso proyecto de varios miles de millones de pesos, para convertirla en el Parque Cultural Otraparte, con auditorio, teatro al aire libre, café y caminos entre la arboleda.

Este es el viaje a pie que el visitante hace en Otraparte, para conocer la vida del filósofo y pensador, mientras la vieja despulpadora de café, desde un vetusto armario, aún expele olores del pasado.

Allí, los visitantes se deleitan con su vida y con su obra, siempre contemporánea de la juventud.

Fuente:

El Colombiano, sección «Zona Urbana», miércoles 19 de febrero de 2003.