Boletín n.º 107
Abril 23 de 2012
10.º aniversario de la
Corporación Otraparte
Fernando González Ochoa
(1895 – 1964)
* * *
Celebración de los 10 años de la Corporación Otraparte (abril 10) y de los 117 del nacimiento de Fernando González Ochoa (abril 24).
La Corporación Otraparte tiene el gusto de invitarlos a participar de esta celebración en la que nos acercaremos un poco más a la obra del maestro Fernando González y en la que juntos afianzaremos el compromiso por el que venimos trabajando desde hace ya diez años: el crecimiento cultural de nuestro país y la búsqueda constante de una sensibilidad que nos permita abrirnos a nuevas experiencias, a otros sentidos de la realidad, a una conciencia más clara y renovada de nuestro tiempo.
Este camino es tarea de todos, y la Corporación agradece la compañía, la sonrisa franca y el abrazo generoso de quienes nos han visitado durante todos estos años, resistiendo, creyendo, confiando en que la vida, la inteligencia y la belleza seguirán teniendo el lugar más importante en el corazón de cada uno de nosotros.
* * *
Programación
Lunes 23 de abril
Presentación de dos fragmentos de la obra Fernando González: Velada Metafísica del Colectivo Teatral Matacandelas. Entrada Libre. Hora: 8:00 p.m. Lugar: El Café de Otraparte.
* Esa noche estará a la venta la bella edición de Fernando González: Velada Metafísica (Tragaluz Editores, 2011).
Martes 24 de abril
- Acto de entrega oficial de los Derechos de Autor de la obra de Fernando González a la Corporación Otraparte, a cargo de los herederos del maestro en cabeza de su nieto mayor Lucas González Flórez.
- Siembra de una ceiba en terrenos de Otraparte como homenaje al maestro Fernando González y a su obra.
- Lecturas de fragmentos de la obra del maestro Fernando González por parte del público asistente y algunos invitados especiales.
* Todas estas actividades tendrán lugar a partir de las 6:00 p.m.
* * *
* * *
La Corporación que va a nacer en Otraparte no pretende ser, según la idea de sus creadores, un culto a un personaje que durante su existencia quemó humildemente, y angustiadamente, su orgullo en aras de la Intimidad. Ningún autor más enemigo del culto y el fausto a expensas suyas. «Yo no creo discípulos, sino solitarios». Lo que va a nacer en Otraparte es la búsqueda de respuesta a la urgencia de un pueblo (Latinoamérica, Colombia, Antioquia, Envigado) por mantener vivo el acicate hacia la superación de sus propias miserias, hacia la efloración de sus inmensas posibilidades. Porque en Otraparte debe estar encendida, en silenciosa iluminación, una llama que es de todos, porque es del pueblo, necesitado hoy más que nunca de luz en la oscuridad.
Ernesto Ochoa Moreno
* * *
Dedicatoria en
Don Mirócletes (1932)
* * *
Amo a Dios: luz, forma, todas las ideas. ¡Oh, único, muchacha de las muchachas, árbol de los árboles, mar de los mares! ¡Oh, Tú, el ejemplar, Tú, el que no eres sino bueno!
¡Ven y sáciame, porque corro desolado! ¡Ábreme, porque estoy tocando a todas las puertas! ¡Ven, que ya me estoy muriendo de amor!
¿Eres Tú, Señor, el que te mueves así en el cuerpo de la Toní? Sí. Eres Tú, que estás jugando conmigo y ya me matas. ¡Déjate coger! ¡Déjate ya de guiños y de símbolos!
¿Eres Tú el que te manifiestas en ramas, en brazos retorcidos, en esta ceiba? Déjame poseer todas las formas, todas las maneras, todas las turgencias, todas las curvas, todos los pechos indiciales, y promesas y realidades, porque si no… ¿qué haré con mi amor que no quiere una sola muchacha, ni un solo árbol ni una sola agua?
¡Ven, Tú, el ejemplar, y tápame! Tápame Tú, porque no acepto bellezas en comodato, ni copias; quiero poseerte a ti, que no mueres ni enfermas. Quiero amar al que no envejece, al que tiene siempre dientes juveniles; quiero amarte a ti, Señor, eterna y perfecta juventud.
¡Dame, pues, el pecho ejemplar, matriz de todos los pechos; los ojos, dechado de todos los ojos; la curva perfecta; la turgencia modelo! Dáteme, Señor, pronto, porque voy detrás de las muchachas, árboles, luces y sombras, y no me satisfacen sino que me dirigen a ti, me dan tu dirección… y ya estoy desfallecido de buscarte.
* * *
* * *
La vieja mesa
y la ceiba niña
Por Ernesto Ochoa Moreno
De pronto, en Otraparte, revivieron las presencias. Ahí estaba, regresando del pasado, la mesa antañona del comedor de Fernando González Ochoa, que había sido de su suegro, el presidente Carlos E. Restrepo, y en la que el escritor apaciguaba, en torno a su esposa Margarita y sus hijos, las fatigas de su viaje y de sus búsquedas. Y ahí, al lado, tímida y silenciosa, una ceiba envigadeña, plantada en un matero, a la que habían traído cargada en brazos como a una niña. Las dos presencias, convertidas en cruce de caminos de un largo viaje que venía de antes, y de un viaje que apenas comienza, se convirtieron en un símbolo de la Corporación Fernando González – Otraparte, cuya junta directiva, con la presencia de Simón González Restrepo, se reunió el pasado jueves en la casa del maestro.
Fue Simón el de la idea, mágica como todas las suyas, de madrugar a traer la vieja mesa que, tras la salida de la familia de Otraparte, acompañó por tantos años la soledad de Fernando, hijo, y estaba guardada tras su muerte, a la espera de esta inesperada parábola del retorno. Era, repito, una presencia densa, sólida, adusta, paternal.
De repente, Sergio Restrepo, director del centro cultural Stultifera Navis, de Envigado, y presidente de la junta directiva de Otraparte, depositó en la sala el matero en que estaba plantada la pequeña ceiba que, en principio, parecía una intrusa muchachita ruborizada. Pero resulta que el arbolito tiene su historia. Es, tal vez, la última descendiente directa de las viejas ceibas de la Plaza de Envigado, que agonizan irremediablemente por el desgaste del tiempo.
La semilla brotó en el techo del templo de Santa Gertrudis, llevada allí por el viento, por una paloma (¿o sería un ángel?). El padre Eugenio Villegas autorizó a Sergio para que se arriesgara en las alturas y poder trasladar la incipiente ceiba. Él la cuidó por años y ahora, todavía en crecimiento, ha sido sembrada al frente de los sueños de lo que será Otraparte. Perdura así, a la sombra de Fernando González, la simiente de las centenarias ceibas de Rengifo.
Se llaman así las ceibas ya casi desaparecidas del Valle de Aburra, entre las cuales las de La Playa, las de Envigado y otras más que murieron de pie en la ciudad, porque, según cuenta la historia, cuando Antioquia, entre 1877 y 1880, vivió bajo el régimen del general Tomás Rengifo, de ingrata recordación en las guerras de la última mitad del siglo XIX, una plaga de langostas se abatió sobre esta región y, para contrarrestarla, el gobernante militar, que no creía en milagros ni en rogativas, decidió pagar a los campesinos por cada bulto de langostas muertas que le trajeran. Mandó entonces abrir hoyos en puntos claves de la ciudad, hizo vaciar allí los montones de bichos muertos y sembró una semilla de ceiba en cada hueco. De entonces datan las ceibas de Envigado, que tanto amó Fernando González y una cuyas descendientes, niña todavía, ha sido plantada ahora en la tierra que sintió sus pasos de viajero a pie.
He vuelto mentalmente, solitario, a Otraparte. Resbalo la palma de mi mano por la superficie de la mesa. Oigo silencios en la yema de los dedos. Y largas conversaciones pausadas, y risas y ternuras. Siento vivo al maestro. Cada caricia deslizada por esta madera es como una mariposa tenue que insinúa vuelos de Intimidad. Y después llego hasta la ceiba recién plantada. Toco sus hojas, su tallo, sus tunas que apenas despuntan como pezones de adolescente. Huele a juventud. Huele a Eva creada por Jehová a los catorce años en Envigado, que decía Fernando González. Y mis manos, como las del Creador, han quedado untadas, impregnadas con aroma de muchacha, que dice también el filósofo envigadeño (Cartas a Estanislao, pág. 81 y ss. Ed. Bedout).
Otraparte ha vuelto a nacer y huele a juventud, a ceiba niña.
Fuente:
Periódico El Colombiano, columna de opinión Bajo las ceibas, 13 de julio de 2002.