Silvicultura en Otraparte

Los árboles,
nuestros vecinos

Conversatorio práctico

—9 de agosto de 2024—

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Imagina un mundo sin el susurro de las hojas, sin la frescura de la sombra, sin la majestuosidad de los troncos altivos. Los árboles son parte integral de nuestro entorno, pero también son mucho más que eso… Son nuestros vecinos más antiguos y leales, siempre presentes, silenciosos, compañeros constantes en nuestro viaje por la vida. Con sus raíces profundas y ramas extendidas nos brindan sombra y belleza. Sin embargo, su importancia va más allá de lo estético. Los árboles son los guardianes de nuestro planeta, trabajando incansablemente para purificar el aire, proteger el suelo y proporcionar hogar a innumerables criaturas. Son testigos mudos de nuestra historia, aliados en nuestra lucha contra el cambio climático y proveedores de oxígeno para nuestros pulmones. Los árboles son verdaderos aliados en nuestra lucha por la supervivencia y el bienestar. Pero su presencia va más allá de los aspectos ambientales. Los árboles también tienen un impacto emocional positivo en nuestras vidas cotidianas, ya que proporcionan cobijo y refugio en áreas urbanas, creando espacios agradables para relajarse y conectar con la naturaleza. Además, su presencia en parques y jardines mejora la calidad de vida de las personas al propiciar una interacción hombre-naturaleza que ayuda a mejorar la salud mental y física de quienes los disfrutan. Es hora de que les devolvamos el favor, aprendiendo a conocerlos mejor, a cuidarlos y a protegerlos. ¡Descubramos el mundo fascinante de nuestros vecinos arbóreos!

Conversación y recorrido por el Parque Cultural y Ambiental Otraparte con la moderación de las ingenieras Natalia Rodríguez y Bibiana Vélez.

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Natalia Milena Rodríguez Builes (Medellín, 1985) es ingeniera forestal y magíster en Procesos Urbanos y Ambientales de la Universidad Eafit. Cuenta con nueve años de experiencia profesional en el muestreo, identificación y manejo de la flora urbana, especialmente de los árboles que requieren asistencia técnica para el tratamiento de heridas y otras afectaciones causadas por el desarrollo urbano. Apasionada por la silvicultura y convencida de que se puede lograr el equilibrio entre el componente arbóreo de la ciudad y el progreso urbano, actualmente desempeña sus labores en el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, institución donde apoya la revisión de los conceptos técnicos emitidos por el personal contratado para la atención de solicitudes y trámites relacionados con el bosque urbano.

Bibiana María Vélez Montoya (Medellín, 1980) es tecnóloga en Recursos Naturales e ingeniera agroforestal. Cuenta con veinte años de experiencia en diferentes instituciones ambientales, tanto públicas como privadas. Ha sido docente en su área de interés y se define como paremióloga de corazón, apasionada por la naturaleza y defensora de «la voz de quienes no tienen voz» (los recursos naturales). Su conocimiento específico se centra en el área de aguas, los vertimientos, el ámbito forestal y la gestión de trámites ante las autoridades ambientales.

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Natalia Rodríguez y Bibiana Vélez

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La ceiba «Martina» fue sembrada el 24 de abril de 2012 en el marco de la celebración del natalicio de Fernando González y del décimo aniversario de la Corporación Otraparte. Está ubicada muy cerca del punto donde se encuentran la Casa Museo, el Café y el Edificio Cultural, espacios que junto con las áreas verdes constituyen el Parque Cultural y Ambiental Otraparte. Foto © Agustín R. Kain.

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En la época en que leí sus libros me hice a la idea de que un hombre tan grande —del que nada se sabía— tenía que estar muerto. Sin embargo, vivía a 50 centavos de bus de Medellín, en una casita a la orilla de la carretera de Envigado, entre pisquines umbríos y naranjos enanos: «Otraparte».

Gonzalo Arango

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Ante la muerte de Fernando González, tengo la impresión de que un bosque ha perdido su árbol más alto y más joven por dentro, más lleno de mundo y de savias renovadoras. Este árbol era visible desde cualquier sitio del país y sus raíces estaban profundamente sepultadas en la tierra colombiana. Su sombra era paternal, ancha y acogedora, y dentro de ella era posible encontrar a la patria —a la patria más pura— y sentir en la sangre, como la corriente de la sangre misma, la presencia del universo y la humedad de todos los ríos y las lluvias.

Carlos Castro Saavedra

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Todos son aquí más jóvenes que yo porque yo los planté con mis propias manos. Aquel carbonero creció más de prisa que este chiquito porque es mucho más perezoso para vivir y prefirió dedicarse a agigantarse. Fíjese que las hojas se le duermen una hora más temprano al grande que al chico y se despiertan también una hora más tarde. Me sé la historia de los dos y la de todos mis árboles y plantas. Muchas veces me siento árbol a su lado y me limito a dejarme calentar por el sol y me parece sentir que mi sangre es la misma savia que se mueve por ellos y que estoy plantado en la tierra hasta las rodillas.

Fernando González
(Entrevista de Juan Salas)

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«Otraparte» es el nombre que el maestro le ha puesto a su casa y su jardín. «Otraparte», porque él no es parte alguna, porque se opone encarnizadamente a dejarse localizar en ningún sitio. Un hermoso jardín sembrado de carboneros, totumos, orquídeas y naranjales rodea la casa por los cuatro costados, la aísla de la carretera y de los paseantes y proporciona al maestro la vida vegetal que necesita para sentirse comunicado con la tierra. Porque Fernando González es cualquier cosa menos un intelectual desarraigado. Para él la savia no es un líquido ajeno, como no le son ajenas las penas del árbol, los sudores del cucarrón o la sombra del carbonero que él mismo plantó hace treinta años.

Juan Salas

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«A las ceibas de la plaza de Envigado».
Dedicatoria en Don Mirócletes (1932).