Érase una vez… en Otraparte
Lecturas en voz
alta para niños de
todas las edades
Coordina: Mauricio Quintero
—Marzo 24 de 2019—
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Este será un espacio para leer juntos, para acercarnos a las palabras, al disfrute que ellas nos proporcionan desde siempre. Palabras que se trenzarán en poemas y cuentos para chicos y grandes, imágenes que saltarán por las ventanas hasta nuestros ojos, sensaciones de no tiempo y no lugar como en el paraíso de la infancia. Paladear los acentos, los ritmos y las desconocidas sonoridades que llevarán de la mano a nuestros niños (y a nosotros mismos) por paisajes e historias que de otro modo no habríamos soñado.
Se trata especialmente de abrir a los niños, en su experiencia cotidiana, un lugar para que no pierdan el asombro ni las preguntas, para cultivar su mirada y su sensibilidad, su percepción de la vida. Se trata de restituirles una región de la belleza y el sueño que en esta época de consumo y derroche tecnológico han empezado a perder.
La lectura y disfrutar el arte libremente será para ellos una experiencia enriquecedora que el tiempo, nuestra ciudad, nuestro país y la vida misma sabrán agradecer.
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En esta sesión recordaremos la leyenda del rey Arturo por medio de la proyección de dos cortometrajes animados, la lectura de relatos ilustrados y un juego de creación colectiva de la escenografía de tu propia historia…
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El Principito
A León Werth
Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona mayor es capaz de comprenderlo todo, incluso los libros para niños. Tengo una tercera excusa todavía: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Tiene, por consiguiente, una gran necesidad de ser consolada.
Si no fueran suficientes todas esas razones, quiero entonces dedicar este libro al niño que fue hace tiempo esta persona mayor. Todas las personas mayores antes han sido niños. (Pero pocas de ellas lo recuerdan). Corrijo, por consiguiente, mi dedicatoria:
A León Werth cuando era niño
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El rey Arturo y su leyenda
¿Conocéis al que fuera rey de la actual Gran Bretaña, Uther Pendragon? Aquello sucedió según la leyenda hace mucho tiempo, pero todavía los ecos de aquellos sucesos rezuman por todo el mundo. El rey Pendragon mantenía un duro conflicto con el llamado duque de Tintagel, que finalmente terminó un día en el que Pendragon decidió firmar la paz. Para aquel día no tuvo reparos en invitar a la gente más populosa de la comarca, entre ellos el duque de Tintagel y su mujer, la duquesa Igraine.
Lejos de lo planeado, cuando Uther Pendragon topó sus ojos con la duquesa, quedó tan prendidamente enamorado de ella que todo cambió a partir de entonces. Tan enamorado y extraño se sentía que decidió solicitar la ayuda del mago de la corte, llamado Merlín, para que realizase un hechizo en su favor. Este hechizo consistió, nada más y nada menos, que en hacer creer a Igraine que Uther era su verdadero marido. Y tanto funcionó el hechizo que finalmente ambos se unirían y de su relación nacería un niño llamado Arturo.
Pero como aquello no podía saberse e Igraine falleció poco después del nacimiento de Arturo, éste fue enviado con el mago Merlín, el cual se haría responsable de su cuidado y formación hasta que el joven cumpliese los dieciséis años. Llegado aquel momento, Arturo fue enviado con un caballero llamado sir Héctor, pero hasta entonces, fue el mago Merlín el encargado de cuidar, alimentar y enseñar todo aquello que sabía al joven príncipe, que lejos de ignorarlo, demostraría ser una persona obediente y responsable como pocas.
Pasados los años, el rey Uther murió sin haber dejado ninguna descendencia reconocida en su castillo, y el mago Merlín, convencido por algunos caballeros, decidió organizar un evento para solucionarlo y nombrar a un nuevo rey. El reto consistiría en sacar una espada, la espada de Excálibur, de un yunque de hierro dentro del cual se encontraba atrapada. Muchos fueron los que intentaron sacarla, pero ninguno pudo conseguirlo. Ninguno, salvo Arturo, que consiguió retirarla sin esfuerzo alguno.
Pero la mayoría de caballeros no aceptaban el nombramiento de Arturo como el nuevo rey, y Merlín tuvo que salir en su defensa confesando que en realidad él era el único descendiente legítimo del rey Uther. Y para asegurarse de que Arturo nunca más fuera molestado por caballeros arrogantes y egoístas, Merlín decidió crear la llamada mesa redonda, compuesta por caballeros totalmente leales al nuevo rey. Y durante mucho tiempo, el reino pudo mantenerse en paz…
Fuente:
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Ilustración © Georgie Gozem