Boletín Informativo n.º 5
Septiembre 14 de 2016
Relatando
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Editorial
Escribir en tiempos de paz
Un importante compromiso adquirimos los colombianos frente a los acuerdos de La Habana, que serán firmados públicamente el próximo 26 de septiembre. Este hito histórico, que pone fin a un conflicto de más de 50 años, nos compromete a todos, pero muy especialmente a los escritores, periodistas, historiadores y personas responsables de registrar la historia reciente de Colombia.
Es un reto para los talleres de escritura creativa generar puntos de reflexión sobre el posconflicto en todos los entornos y contextos. Por ello, compartimos a continuación algunos enlaces en donde podrán encontrar amplia información sobre el proceso de negociación y que esperamos les permitan tomar una decisión argumentada.
Acuerdos completos de La Habana:
Acuerdos de La Habana en audio:
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NotiRelata
Se acerca el Encuentro Nacional Relata 10 años
Es un hecho: los días 6 y 7 de octubre se realizará el Encuentro Nacional Relata 10 años en la sede del Instituto Caro y Cuervo en la ciudad de Bogotá.
Este año celebraremos los primeros 10 años de Relata, una razón más para reunirnos, festejar los logros y pensar en el futuro de la red. Espere más información…
Premiados 50 mejores comentarios de libros de niños y jóvenes
El Grupo de Literatura y Libro de la Dirección de Artes del Ministerio de Cultura, con el apoyo de la Biblioteca Nacional, eligió los ganadores de la convocatoria de comentarios de libros “Leer es mi cuento en vacaciones”.
De los 988 comentarios de libros de participantes entre 5 y 17 años, 338 en formato video y 650 en formato escrito, de 30 departamentos del país, se eligieron 50 ganadores, quienes recibirán como reconocimiento tabletas, morrales con libros y bicicletas.
Se buscó que los participantes pudieran identificar las ideas principales del libro y sus elementos para hacer una reflexión novedosa que diera cuenta de una visión holística y creativa del material consultado.
Esta convocatoria forma parte de la campaña “Leer es mi cuento en vacaciones”, que estimuló la lectura entre niños y jóvenes en las bibliotecas públicas y casas de la cultura de todo el país.
¡Todavía hay tiempo!
Para todos aquellos interesados en enviar proyectos al Programa Nacional de Concertación Cultural, les recordamos que sigue abierta la convocatoria hasta el jueves 22 de septiembre. El año anterior se presentaron 11 proyectos de talleres adscritos a Relata, de los cuales ocho recibieron apoyos por 120 millones de pesos.
Desde el Grupo de Literatura y Libro queremos que el número de talleres y propuestas apoyadas por el PNCC en Relata aumente con respecto al año anterior. Cualquier inquietud por favor escribir al correo:
Ministerio de Cultura presente en la Fiesta del Libro de Cúcuta
Imagen de Libros & Letras
La 12ª Fiesta del Libro de Cúcuta, que contó con el apoyo de la Cámara Colombiana del Libro, tuvo lugar entre el 29 de agosto y el 3 de septiembre con la participación de los autores nacionales Evelio Rosero, Carolina Andújar, Alberto Salcedo Ramos, Pablo Arango, Germán Rey, Daniel Ferreira, María del Rosario Laverde, Gerardo Reyes Copello, Paul Brito y Enrique Patiño.
La Fiesta se realizó en la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero y tuvo, entre otras actividades, presentaciones de libros, conversatorios, conferencias, talleres y proyecciones de películas. El tema central fue el medio ambiente y la diversidad.
Colección del cuento corto colombiano
Los escritores Guillermo Bustamante Zamudio y Harold Kremer, ganador del premio Relata de poesía 2016 y director del taller de escritura de la Biblioteca Santiago de Cali, lanzaron, con el auspicio del programa editorial de la Universidad de Valle, una compilación de mini cuentos colombianos que contiene, sin duda, los mejores escritos de este subgénero literario escritos en nuestro país. ¡Felicitaciones!
VII encuentro de escritores “El llano y la selva cuentan”
En el centro Blanca Ligia Suárez, directora del Fondo Mixto del Guaviare, con participantes del encuentro.
De izquierda a derecha: Fercha Olmos, Nahomy Arenas, Pilar León Martínez y Mariela Zuluaga.
Una vez más se reunieron escritores y cronistas de los departamentos de Casanare, Meta, Guaviare, Arauca, Putumayo y Guainía, en este importante encuentro cuyo eje giró en torno a la pregunta “Cómo escribir para el posconflicto”.
Los participantes redactaron crónicas que fueron revisadas y discutidas por el escritor Alberto Rodríguez, director de los talleres “Écheme el cuento” y “Palabra mayor de Cali”.
El encuentro sirvió para reflexionar sobre la importancia del oficio de escribir en un territorio que ha sido especialmente golpeado por la violencia a lo largo de muchos años.
Felicitaciones a sus organizadoras Mariela Zuluaga y Blanca Ligia Suárez, así como a los directores del taller de Yopal, Irma Pinzón, y del Guaviare, Edwin Tobón.
Encuentro literario en la Biblioteca Pública Piloto de Medellín
El sábado 13 de agosto el escritor Luis Fernando Macías visitó el Taller de Poesía y Creación Literaria, adscrito a Relata y dirigido por el poeta Jaime Jaramillo Escobar (x-504) en la Biblioteca Pública Piloto de Medellín.
Entrega de libros de la campaña “Regalar un libro es mi cuento” en el Guaviare
Se realizó entrega de los libros de la campaña “Regalar un libro es mi cuento” en el Departamento del Guaviare. Los libros fueron entregados por los colombianos en las librerías adscritas a la Cámara Colombiana del Libro que se sumaron a la campaña en todo el país.
La entrega se realizó en los principales planteles educativos del casco urbano de San José del Guaviare. En otros municipios del departamento y en zonas rurales se están programando las entregas con los rectores y coordinadores de diversos colegios.
Blog de minicuentos e-Kuóreo
Cada 15 días los escritores Guillermo Bustamante Zamudio, Harold Kremer y Henry Ficher actualizan el blog de minicuentos e-Kuóreo, en donde se publican mini ficciones de autores nacionales e internacionales.
Los amantes de este subgénero pueden consultar el blog en el siguiente enlace:
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Visitas de escritores
Septiembre de 2016
Taller Relata del Carmen de Bolívar
Fecha: Viernes 2 de septiembre
Lugar: Biblioteca Lucho Bermúdez
Directora de taller: Carmen Edith Fontalvo Vides
Escritora invitada: Irina Alejandra Henríquez Vergara
Irina Alejandra Henríquez Vergara dirige el Taller Literario “Manuel Zapata Olivella” en la Universidad de Córdoba (miembro de Relata). Autora del libro de poesía A riesgo de caer (Ediciones Corazón de Mango, 2012). Coordinadora en el Encuentro Internacional de Mujeres Poetas de Cereté. Productora de “Tierra Escarlata” (Realización de Cortometraje de Ficción FDC, 2011; Premio Macondo 2013); “Genaro” (Realización de Cortometraje de Ficción, 2015) y del largo documental en desarrollo “Hombre Macho” (Escritura Documental FDC, 2014; seleccionado en Encuentros Cartagena FICCI 2015) de los directores Jesús Reyes Hoyos y Andrés Porras.
Taller “En la onda de Relata” de Quibdó
Fecha: Viernes 2 de septiembre a las 4:00 p.m.
Lugar: Biblioteca del Banco de la República de Quibdó
Director de taller: Fabio Magdaleno Asprilla Moreno
Género: Narrativa
Escritor invitado: César Enrique Rivas Lara
César Enrique Rivas Lara nació en el municipio de Riosucio (Chocó) el 30 de noviembre de 1946. Licenciado en Filología y Letras de la Universidad Libre. Maestría en Letras (Universidad de Clinton, 1978). Director de la Unidad Académica de Idiomas de la Universidad Tecnológica del Chocó “Diego Luis Córdoba” durante 23 años (entre 1972 y 1997, varios períodos), donde también se desempeñó como Secretario General (1987-1988), Rector encargado, Vice-rector académico y Decano de Educación (e). Académico de número de la Academia de Historia del Chocó. Representante por el departamento del Chocó como conferencista en distintas ferias internacionales del libro, celebradas en Bogotá (1990-4). Entre otros reconocimientos, recibió la Medalla al Mérito Cultural, otorgada por la Alcaldía de Quibdó, categoría oro, en reconocimiento a su obra literaria (1996).
Taller de poesía MECA
Fecha: Martes 27 de septiembre a las 3:00 p.m.
Lugar: Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe
Cra 51 n.º 52 – 01 (Frente a la Plazuela Nutibara, Medellín)
Director de taller: Raúl Henao
Género: Poesía
Invitada: Orietta Lozano
Orietta Lozano, poeta y novelista (Cali, 1956). Es directora de la Biblioteca del Centenario de la ciudad de Cali, donde ha desarrollado una importante gestión. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía 1986 con El vampiro esperado y ganó además el concurso “Mejor Poema Erótico Colombiano”. Entre sus publicaciones se destacan Fuego secreto, Poesía para amantes, Memoria de los espejos y Agua ebria, traducida al francés.
Taller Grupo Literario “Manuel Zapata Olivella”
Fecha: Jueves 15 de septiembre a las 10:00 a.m.
Lugar: Auditorio Cultural Universidad de Córdoba
Cra 6 n.º 76 – 103 (Montería)
Directora de taller: Irina Alejandra Henríquez Vergara
Género: Poesía
Escritora invitada: Melba Escobar de Nogales
Melba Escobar de Nogales (Cali, 1976) estudió literatura en la Universidad de Los Andes, donde se graduó con una tesis sobre periodismo literario. Ha sido profesora de periodismo cultural y periodismo literario en la Universidad Jorge Tadeo Lozano e investigadora y redactora en diversos proyectos de literatura infantil: Colección Los siete mejores (Norma), Clásicos para niños (Intermedio Editores), Titi aprende a ser responsable y Los pequeños salvajes (Editorial Presencia). Ha publicado La Casa de la Belleza (Emecé Editores, 2015), Johnny y el mar (Tragaluz, 2014), Duermevela (Planeta, 2010) y Bogotá sueña, la ciudad por los niños (Icono, 2007), obra distinguida con la Beca Nacional de Creación del Ministerio de Cultura. Escribe en el diario El País de Cali, donde en 2013 fue reconocida como mejor columnista de opinión. Ha sido becaria internacional del Departamento de Estado para Asuntos Culturales (Estados Unidos, 2012) y beneficiaria de una residencia de escritura en Santa Fe University of Art and Design, Nuevo México, Estados Unidos. Sus trabajos periodísticos aparecen en medios nacionales e internacionales y algunos de ellos han sido traducidos al inglés y al italiano.
Taller permanente de formación literaria
Fecha: 16 y 17 de septiembre
Lugar: Auditorio del Banco de la República
Cra 6A n.º 2 – 78 (Popayán)
Director de taller: Felipe Andrés García Quintero
Género: Cuento
Escritor invitado: José Luis Díaz-Granados
José Luis Díaz-Granados nació en Santa Marta, Colombia, en 1946. Es escritor, poeta, novelista, periodista cultural y profesor universitario. Se desempeñó como funcionario y Jefe de Divulgación del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) hasta 1981. Ha sido comentarista bibliográfico de “Lecturas Dominicales”, suplemento literario de El Tiempo, asesor del Contralor de Bogotá y asesor cultural para la Feria Internacional del Libro. Ha colaborado como redactor del Diccionario Enciclopédico de las Letras de América Latina (DELAL), Fundación Biblioteca Ayacucho, Caracas, Venezuela, y como redactor de ensayos para la Colección “Guías de Lecturas” de la Editorial Oveja Negra. Fue miembro del Consejo Asesor para la Profesionalización del Artista, Ministerio de Educación Nacional (1991 – 2000), y profesor de Literatura Colombiana en el Instituto Universitario de Historia de Colombia durante seis años.
Tertulia literaria y cultural Pisisí Lee
Fecha: Sábado 17 de septiembre a las 9:00 a.m.
Lugar: Universidad de Antioquia Sede Jesús Mora (Turbo, Antioquia)
Directora de taller: María Cecilia Moreno
Género: Narrativo
Escritor invitado: Nahum Montt
Nahum Montt se inició como novelista con Midnight Dreams (1999). Su segunda novela, El eskimal y la mariposa, obtuvo el Premio Nacional de Novela en 2004, y en 2005 fue reeditada por Alfaguara. Es considerada por la crítica como una “radiografía visceral y poética de la violencia colombiana de los años ochenta y noventa del siglo XX”. Posteriormente publicó Lara (2007), una novela que aborda el asesinato del Ministro de Justicia colombiano Rodrigo Lara Bonilla. Lara fue traducida y publicada en Francia por el sello L’atinoir de Marsella. En 2006 publicó una biografía de Miguel de Cervantes titulada Versado en desdichas, y en 2015 Hermanos de tinta con Alfaguara.
Taller Palabra Mayor
Fecha: Martes 20 de septiembre a las 9:00 a.m.
Lugar: Fundación Casa de la Lectura
Cra 2B Oeste n.º 13 – 86B (Santa Teresita, Cali)
Género: Cuento
Escritora invitada: Ana Mariela Zuluaga García
Ana Mariela Zuluaga García ha dedicado una buena parte de su obra a la niñez y ha sido ganadora de concursos nacionales de literatura. Realizó estudios de Lingüística y Literatura en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas y ejerció el periodismo (radio, prensa y televisión) por más de treinta años. Es cofundadora de editoriales, periódicos y revistas. Entre otras: Editorial La Rana de Oro, Revista Latinoamericana de Literaria y Arte y Revista Gato Encerrado, de la cual fue Jefe de Redacción. Entre 1994 y 2002 estuvo vinculada al Ministerio de Cultura en la Dirección de Comunicaciones y en la Dirección de Infancia y Juventud. En 2004 recibió la Condecoración Medalla de la Orden Nukak-Makú “Testimonio viviente de la humanidad”, Categoría Oro, República de Colombia, Departamento del Guaviare, por su aporte a la cultura de la región. Actualmente, además de escribir, se desempeña como asesora literaria y pedagógica, diseña y ejecuta proyectos en torno a la educomunicación y a la conformación y dirección de talleres de creación literaria.
Taller de Creación Poética Universidad Pedagógica Nacional
Fecha: Septiembre 21 de septiembre a las 5:00 p.m.
Lugar: Centro Cultural Gabriel Betancurt Mejía
Esquina Calle 73 con Cra 15 (Bogotá)
Director de taller: Rafael del Castillo Matamoros
Género: Poesía
Escritor invitado: Juan Gustavo Cobo Borda
Juan Gustavo Cobo Borda (Bogotá, 1948) es poeta y ensayista. Fue director de la revista ECO de Bogotá (1973-1984). Ha ocupado cargos diplomáticos en Argentina, España y Grecia, país donde fue embajador. El Fondo de Cultura Económica de México publicó en 1985 su polémica Antología de la poesía hispanoamericana. Entre sus libros de ensayos se destacan Para llegar a García Márquez (1997), traducido al francés, y Borges enamorado (1999). Desde 1974, cuando publicó su primer libro de poemas, Consejos para sobrevivir, ha mantenido una continuidad creativa reflejada en títulos como Todos los poetas son santos (México, Fondo de Cultura, 1987), Dibujos hechos al azar de lugares que cruzaron mis ojos (Caracas, Monte Ávila Editores, 1991) y La musa inclemente (Barcelona, Tusquets Editores, 2001). Entre 1975 y 1982 fue editor en el Instituto Colombiano de Cultura de colecciones que alcanzaron ciento sesenta títulos, preparando y prologando algunos de ellos, como los dedicados a la revista Mito y a las obras de Luis Tejada, Hernando Téllez, Jorge Zalamea y Aurelio Arturo. Miembro de número de la Académica Colombiana de la Lengua desde 1993, y correspondiente de la Española, participó en la nueva edición del Diccionario de la lengua española. Como él mismo lo dice: “Otra forma de escribir poesía”. Entre abril de 1996 y diciembre de 1997, como asesor cultural de la Presidencia de la República, fue el editor de los cuarenta títulos de la Biblioteca Familiar Colombiana. Ha sido jurado tres veces del premio Juan Rulfo de Guadalajara, México, del Rómulo Gallegos (Caracas), del Reina Sofía de poesía iberoamericana (Madrid) y del Neustad, Universidad de Oklahoma, USA. Sus libros sobre artistas colombianos han sido pioneros en su género: Juan Antonio Roda (1976), Alejandro Obregón (1985), Juan Cárdenas (1991) y Sofía Urrutia (2001). En 2002 Villegas Editores reunió sus ensayos sobre 15 pintores colombianos con el título de Mis pintores. Desde su primer libro de ensayos, La alegría de leer (1976), ha prestado especial interés a la literatura brasileña y ha escrito sobre Machado de Assis, João Cabral de Melo Neto, Nélida Piñón, Clarice Lispector y Rubem Fonseca.
Taller de Escritores Urabá Escribe
Fecha: 24 de septiembre de 2016
Lugar: Biblioteca Federico García Lorca
Calle 93 n.º 96A – 09
Apartadó, Antioquia
Director de taller: José Danis Morelos
Género: Poesía
Escritor invitado: José Libardo Porras Vallejo
José Libardo Porras Vallejo (Medellín, 1959) obtuvo en 1995 el Premio Nacional de Literatura en la modalidad de cuento con el libro Historias de la cárcel Bellavista, y el primer puesto en el Concurso Literario Cámara de Comercio de Medellín con el libro Seis historias de amor, todas edificantes. Ha publicado además tres libros de cuentos y cinco novelas: Hijos de la nieve (Planeta, 2000), Happy Birthday, Capo (Planeta, 2008), Fugitiva (Alcaldía de Medellín, 2009) y Fuego de amor encendido (Universidad de Antioquia, 2010). Sus libros de poemas son Hijo de ciudad (1994) y Partes de guerra (1987).
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Certámenes literarios
VIII Certamen Internacional de Literatura “Sor Juana Inés de la Cruz” 2016 (México)
Género: Poesía, ensayo, novela, cuento y dramaturgia
Cierre: Octubre 15 de 2016
Premio: $400.000 (Pesos mexicanos, equivalen a $60’000.000 de pesos colombianos) y edición.
Abierto a: Sin restricciones por nacionalidad o residencia.
Entidad convocante: Gobierno del Estado de México
Consulte aquí las bases.
Becas de circulación internacional para creadores, investigadores y emprendedores del área de literatura
Tercer ciclo (eventos entre el 1.º de noviembre al 15 de diciembre de 2016): cierre 20 de septiembre.
Puede descargar toda la información de la convocatoria aquí.
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Cuento del mes
A propósito de la celebración de los 10 años del Programa Libertad Bajo Palabra, publicamos a continuación el texto de Doris Suárez Guzmán.
Sin malicia
Es viernes 7 de agosto y no hay actividades en la reclusión. La mayoría de las mujeres están tiradas en el piso que han cubierto previamente con plástico y algunas cobijas para amortiguar en parte el frío y la dureza del cemento. Se reúnen en torno a un televisor colgado en la pared donde ven películas, a veces repetidas. Lo importante es pasar el ocio de un puente festivo del que pocas saben qué se conmemora.
Le recordé a María su compromiso de contarme su historia. Aunque no me lo preguntó, le expliqué que haría una crónica. Ella solo dijo: “Ahmmm, bueno”, y se sentó en el suelo frente a mí, como un buda. La barriga se le nota un poco grande para su cuerpo menudo de escasos 1.50 m de estatura. Le pregunto que si su obesidad es debida a sus 7 embarazos y me responde que no, que se ha engordado en la cárcel, porque ella era “planchita, planchita”, mientras sume la barriga pasando sus manos gruesas sobre ella. Parecía deseosa de conversar. De vez en cuando miraba hacia mi mano que garrapateaba algunas notas como al descuido, no quería dejar de mirarla para no perderme sus expresiones. Sonrió y echó su largo cabello suelto hacia un lado, jugando a entorcharlo.
María Carneiro es una indígena del Amazonas. Los individuos de grupos étnicos que no tienen muchas mezclas son muy parecidos, y María, salvo por una pequeña carnosidad en su ojo derecho, similar a un orzuelo, parece salida de los documentales en los que han sido expuestos los aborígenes al mundo. Su español es fluido, aunque mezcla el tuteo con el “ustedeo”, algunos plurales se le escapan y tiene como muletilla un “ahmmm, bueno”, con una m larga que hace cerrando muy seria la boca, cada vez que asiente algo.
María no es la primera mujer a quien su pareja le es infiel, tampoco la primera cuya hija se enamora de su padrastro (¿una Lolita indígena?), pero sí es la primera mujer de la comunidad ticuna que es condenada por un delito sexual que ella aún no asimila muy bien.
Para los ticunas, cuando las mujeres tienen su primer periodo menstrual, es la indicación de la naturaleza de que ya pueden “conocer hombre”. No importa si es a los 9 o a los 13 años. A esa edad, o antes, los padres eligen quién será su esposo. Una vez hecho el compromiso permanecerá guardada en un “terrao”, solo se podrá bañar de noche y no podrá volver a salir sino hasta el día de su matrimonio. Realizan una ceremonia colectiva en la que se adornan y danzan toda la noche mientras las jóvenes novias beben guarapo de caña y son puestas en el centro de la plaza para que todos los miembros de la comunidad dancen en torno a ellas arrancándoles los cabellos en cada ronda, hasta dejarlas casi calvas. En la madrugada, pasan por una calle de honor y son sumergidas tres veces en el río, les ponen una pañoleta y luego se las entregan a sus maridos quienes las cogen de las manos y las llevan a las malocas que han construido para formar su nuevo hogar. (Actualmente les prohibieron el “mechoneo” a las jóvenes casaderas, ahora les recortan el cabello casi al rape. El resto de la ceremonia permanece).
Todo este ritual ha sido actuado por María, porque cuando cuenta sobre su comunidad, lo hace con todo el cuerpo. Abre sus brazos constantemente, como si quisiera abarcar el mundo, ahora tan lejano. Ha echado la cabeza hacia un lado para ejemplificar los tirones del cabello, ha enlazado sus manos para mostrar cómo se enlazan los novios y se pasa las manos por su rostro cobrizo y maduro para señalar cómo se pintan para la fiesta. Dice que este ceremonial ha sido filmado por los gringos con el que han ganado mucho dinero (los gringos, no ellos). Al decirlo, percibo un dejo de tristeza en sus ojos achocolatados, pero no le gusta hablar de eso. Todas las injusticias se las deja a su dios, ese que con la espada nos impusieron los españoles y que ahora ella busca en una de las tantas sectas cristianas que llegan a las cárceles, porque los dioses de sus ancestros, algunos fueron aniquilados, otros quedaron diluidos en un sincretismo que pocos ya recuerdan.
María trató de explicarle a la sicóloga costeña que la recriminaba por haber permitido que su hija de 14 años tuviera relaciones con su padrastro de 39, que las leyes de los blancos son recientes y los ticunas están acostumbrados a obedecer las de la naturaleza. Pero la profesional insiste que la normatividad que regula la sexualidad es el nuevo Código de Infancia que rige en el resto del país. María replica que ella no permitió nada, que fue el azar y no la mítica “malicia indígena” la que le permitió descubrir a los fornicadores.
Ese día, como no había llegado la remesa, salió más temprano del lugar donde trabajaba preparándole la comida a los policías de la estación de Santa Sofía. Al llegar a la casa vio el lecho algo revolcado. “Ya les dije que no me dejen subir a la bebé a la cama”, reclamó en tono de regaño. Miró a su hija, la minifalda dejaba ver parte de su calzón arremangado. Miró a su marido encaramado en una silla. Parecía estar reparando la grabadora. ¡Raro! El aparato estaba en buen estado. María se acercó a él. Su pecho desnudo transpiraba y tenía esa mirada lujuriosa y el olor que ella conocía tanto. Al fin y al cabo, ya llevaban 9 años de convivencia. Bajó la mirada y notó el pene erecto y desafiante tras la pantaloneta a cuadros. Retrocedió hacia la cocina y cogió la rula. La escondió en su espalda y regresó a enfrentarlos. Ellos, que aún no salían del espanto, no respondieron ante el reclamo y María sacó furiosa su machete dispuesta a mochar cabezas.
Entonces continúa pasándose la mano por los ojos, como queriendo ahuyentar un mal recuerdo. “Sentí algo extraño, como si me elevara del suelo y una voz como en eco que me ordenaba: ¡No, María, no! ¡Piensa en tus hijos! ¡Juepúchica!”, dice moviendo la cabeza, “quedé como torombola, todavía sintiendo el eco retumbándome en los oídos y cuando reaccioné ese cobarde de mierda ya se había escapado”.
Quedó sola con su hija. Con la cabeza agachada la adolescente escuchó los insultos, la rabia ante la traición, sin pronunciar una súplica o una justificación. “No puedo creer que mi propia hija me haya hecho esto, yo te crié, cómo pudiste… Te voy a cortar las orejas para que la gente sepa que le quitaste el marido a tu madre, que te acostaste con tu padrastro, habla, ¿por qué lo hiciste? ¡Háblame, muchachita!”.
María se desespera ante su mutismo y le propina un fuerte planazo. Iba a continuar haciéndolo pero recuerda que Bienestar Familiar les advirtió que si golpeaba a sus hijos ellos mismos podrían denunciarlos. La deja tranquila y ya no es la amante traicionada la que reclama, sino la madre llorosa la que suplica, la que implora: “Por favor, dígame si la violó, si es la primera vez que pasa, dígame, por favor, dígame”. “No, mamá, no me violó, ya llevamos viviendo hace rato…”.
El rato era de casi tres años. La soltó de golpe y la empujó. Volvió a llorar por haber sido tan tonta y no haber maliciado nada. Sus ojos se humedecen al recordarlo, mira hacia el techo para embolatar el llanto. Igual a lo que tuvo que hacer aquella tarde para poder regresar a su trabajo sin que notaran su vergüenza y su dolor. Antes de regresar, comunica de manera contundente su decisión: “¡Olvídese de la celebración de 15 años! Nunca más vuelva a decirme mamá y cuando nazca el bebé que estoy esperando lo van a criar ustedes. Al fin y al cabo ya son marido y mujer”.
María piensa que si hubiera matado a los fornicadores en un momento de ira, la comunidad lo habría entendido y que su error fue ese, no haberlo hecho y haber pretendido mantener el secreto entre tres, sin decirle nada a los curacas de su comunidad ni a la policía.
Son las 10:30 de la mañana. Llegó el almuerzo. “Hay que cumplir con el deber”, le digo a María mirando con gula el porta. Ella se ríe. Se ve atractiva con su balaca naranja, sus aretes de fantasía y una mochilita tejida por ella que carga en bandolera. Allí guarda las tarjetas telefónicas y los números de sus familiares y amigos. Ya tiene una mezcla cultural que se refleja en sus adornos, en sus expresiones.
El almuerzo traía atún. A mí me tocó doble ración porque María prefiere el pescado. De niña, su abuelo le enseñó a pescar con carnadas de tripas “y sacaba unos pescados así de grandes”, cuenta entusiasmada, mientras señala con la mano derecha casi hasta la mitad del izquierdo. Hablamos de sus andanzas en Ecuador, Perú y hasta en Bogotá. A la capital fue llevada por Caprecom porque en Leticia no había incubadora para su bebé prematura. Allí se convirtió en mamá canguro. Todo el día se la pasaba en la clínica y en las noches llegaba a llorar a la maloca, debatiéndose entre las ganas de morirse y su deseo de ayudar a sobrevivir a su hijita.
Luego, retomamos la historia: durante pocos días se mantuvo la farsa. María lloraba en silencio su rabia. Continuaban viviendo bajo el mismo techo sin hablarse en privado y simulando en público, debatiéndose entre su amor por sus hijos y las ganas de morirse para olvidar la traición, hasta que una tarde María se cayó y abortó llegando al hospital. Su llanto inconsolable y el rechazo que mostró hacia el marido que acudió presuroso a su lado, hizo evidente que algo pasaba en la pareja, pero María se negaba a hablar. Cuando cuenta esto, sus gestos reproducen el rechazo y el desprecio que sentía hacia él en ese momento.
Estando en Bogotá, su sobrina la llamó para alertarla sobre los amantes que, libres de vigilancia, estaban dando algunas ligeras muestras de su relación y que eran percibidas por terceros. La sobrina pide que le deje llevar a la prima a su casa para salvarla de las intenciones lujuriosas que nota en el padrastro. María se niega y es contundente. “Ella ya sabe cómo cuidarse, además una mujer no tiene la cuca en la mano para que cualquiera la coja…”. La sobrina insiste argumentando que aunque la prima no lo había acusado, cuando le preguntaron si su padrastro abusaba de ella, la muchachita lloraba. Aun así, María fue contundente en su negativa. “¡No! Ella tiene su casa, que se quede ahí”. Esta conversación telefónica se convirtió en el testimonio decisivo que la llevaría a la cárcel.
La sobrina llevó el caso a los curacas de la comunidad. La adolescente al ser indagada respondió que su mamá la había entregado a la fuerza a su padrastro y que si no lo hacía aguantarían hambre. Remató diciendo que la mamá “le tenía rabia”. El padrastro, un peruano de 33 años, 11 años menor que María, “blanco”, hijo de militar, también es investigado. Señala que María conocía de la relación. Luego diría que mencionó esto sin pensar que lo iba a perjudicar. No soportó la presión del consejo y cuando le comunicaron que lo iban a sancionar, se enojó diciéndoles que hicieran lo que les viniera en gana. ¡Y lo hicieron! Su actitud soberbia los enfureció. Decidieron regirse por la ley de los blancos, enviando la adolescente a Bienestar Familiar e instaurando la denuncia ante la Fiscalía. Mientras tanto, en Bogotá dieron de alta a la sietemesina y María regresó al Amazonas a enfrentar el proceso penal que duró un año.
Cuando me cuenta los interrogatorios a los que fue sometida, frota sus manos gruesas gastadas por el trabajo en el campo, cocinando y lavando ropa ajena. Coge una carpeta del suelo, simula escribir en ella: “Anotaban así como tú, todo el tiempo, todo lo que yo decía”.
Condenaron a 19 años a su marido. Fue llevado de inmediato a la cárcel de Leticia. El juicio de ella prosiguió. Mientras tanto sus hijos fueron entregados a madres sustitutas de Bienestar. Cada ocho días le permitían ver a las dos pequeñas, pero no a la “Lolita”. María continuó trabajando y luchando por devolverlas al seno familiar. “Yo los parí, yo soy su madre, no he robado, no he matado, ¿por qué me prohíben acercarme a mis hijos?”.
Un día por casualidad vio a su hija en la calle con otras amigas del colegio. Las muchachas corren y ella solo alcanza a agarrar el saco de una: “Por favor, dile a mi hija que hablemos, aunque sea un pedacito así”, dice, mostrando la falangeta de su dedo índice. La muchacha accede, se encuentra, se abrazan. Se piden perdón.
“Claro que te quiero, mi niña, y me puedes decir mamá. Si no te quisiera no estaría acá, buscándote. Tenemos que hablar, mi niña…”, le dice llorando y acariciándola.
“No quiero que te lleven a la cárcel, mamá”, respondió “Lolita” en un llanto largo e imparable. Luego, la adolescente se enfermó y las sicólogas se vieron obligadas a llamar a María. Madre e hija vuelven a encontrarse: “Quiero estar contigo, mamá”. María ora, eleva sus manos ante los ojos desconcertados de las sicólogas, jura su inocencia y repite que según las costumbres de su comunidad no ha hecho daño. Cuando la adolescente fue presentada ante el juez se desmintió llorando, rectificando que la mamá no sabía nada. Pero el testimonio de la sobrina de 22 años, fue definitivo para el fallo. “Yo apretaba el culito así, mira”, dice juntando los gruesos ramales de sus dedos. “Yo amo a mi tía, éramos como los tres tristes tigres comiendo en un solo plato, pero no me gusta lo que pasó con mi primita”, dice la sobrina y lo ratifica contando la respuesta telefónica que María le dio desde Bogotá.
La historia logra conmoverlas y su abogada le aconseja que se escape. “Me decían, váyase, pero yo quería salir con la frente en alto, yo no hice nada, soy inocente”. Sin embargo, ya la condena estaba dictada: 16 largos años. A modo de consuelo la abogada le dice que solo pagará 7 años entre físicos y trabajados. “Yo qué iba a entender qué era eso”, dice María con cierto dejo de rabia. Ahora ya lo sabe. Sus ojos naufragan en la tristeza que todavía le produce recordarlo y vuelve a frenar una lágrima que imprudente se le escapa. Recuperó a sus hijas que estaban mal cuidadas: les había dado bronquitis, pañalitis y otras enfermedades.
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Esa es la historia. María perdonó fácil a su marido. Cuando me lo cuenta me asombro y le pregunto si tanto lo ama. Sus ojos naufragan en la tristeza, ya lo había pillado poniéndole cachos una vez. A modo de justificación dice que tiene dos hijas con él.
Lleva 6 años en prisión, los dos primeros años estuvo en la cárcel de Leticia. Su marido le contó que “Lolita” lo llamó a pedirle dinero. Para mostrarle que no quería reanudar esa relación, se lo entregó para que a su vez ella se lo pasara a su hija. Desde entonces no volvieron a comunicarse, pero siento en su voz un dejo de duda. Luego, junto a su marido fueron trasladados a Jamundí. Pide a Dios que la ayude con su traslado para regresar a donde están sus hijos, su gente, pero al parecer Dios no sabe de trámites burocráticos y la dejó sola, aunque ella lo invoca con frecuencia. Continúa viéndose con su marido, pasa durante una hora cada mes a visita íntima, ella se acicala, cepilla su capul, se maquilla un poco y usa trajes coloridos. Busca refugio espiritual en una secta cristiana y espera con algo de incertidumbre el regreso a su comunidad. Sabe que tendrá que enfrentar el rechazo por volver con el hombre a quien ella responsabiliza por estar en la cárcel. Yo la miro, le doy las gracias. María, como respuesta, vuelve a sobar mis piernas y me responde con una sonrisa y un “ahmmm, bueno”.
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Comité Editorial
María Orlanda Aristizábal
Coordinadora Grupo de Literatura
Víctor Manuel Mejía
Asesor Relata
Diseño:
Corporación Otraparte
Agradecimientos:
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