Con su Música a Otraparte
Andrés Correa
Concierto Acústico
—Agosto 30 de 2008—
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Andrés Correa
Por Umberto Pérez
Desde la independencia Andrés Correa se ha hecho a un nombre dentro de la escena under colombiana, alejado de posturas e imposturas y con la honestidad brutal decantada en unos principios claros y controvertidos en contra de la industria discográfica. Andrés Correa ha recorrido a pulso el camino del músico escritor de canciones o singer-songwriter (o como quieran llamarlo). Dos discos, “Utópico de Cáncer” (2003) y “Prueba & Error (2005), encarnan la sencillez del rocanrol y el encanto del pop adornados con letras elaboradas bajo un cuidadoso uso del lenguaje, enmarcadas en la cotidianidad de Bogotá, los asuntos del país y los vericuetos del ser humano.
Canciones como Monstruo, Círculo vicioso, Estúpido y Plaga, que rotaron por emisoras de la talla de Radiodifusora Nacional 99.1 (ahora Radiónica), Javeriana Estéreo, Laúd Stereo, La Estación 104.9 (ahora Vibra Bogotá) y UN Radio, se convirtieron rápidamente en favoritas de un público fiel que aumenta con los días a la vez que Andrés Correa crece como artista.
Alejado del ruido vacuo del mainstream, Andrés Correa ha obtenido sus mayores satisfacciones. Fue justamente el ambiente subterráneo el que propició un emotivo encuentro con Joe Madrid (quizás el pianista más importante en la historia del jazz colombiano), y el resultado quedó registrado en la canción Esta vez (2005), la última grabación de Madrid antes de su muerte.
El público ha sido otro elemento determinante en la carrera de Andrés Correa. Recintos como la sala Oriol Rangel del Planetario Distrital, el Museo de Arte Moderno, la cárcel Modelo de Bogotá, el Auditorio Teresa Cuervo Borda del Museo Nacional, y la Fundación Gilberto Alzate Avendaño junto a los teatros Jorge Eliecer Gaitán, Tecal, Colón, León Tolstoi y Arlequín, han sido testigos de una relación fiel, cariñosa y entusiasta con quienes le escuchan. También ciudades como Medellín, Cali, Manizales, Cartagena, Barranquilla e Ibagué han recibido su música entablando un profundo afecto mutuo.
Pero el mainstream también se ha sentido atraído por el trabajo de Andrés Correa. La contundencia lírica y musical de la canción Utópico de cáncer la llevo a ser el cabezote de la exitosa y polémica serie televisiva “Pandillas, Guerra y Paz”, y varias de sus canciones fueron banda de sonido para series televisivas como “Francisco el Matemático” y “Tu voz estéreo”, entre otras. También la nominación en la categoría “Mejor Artista Masculino” en los Premios Shock da cuenta de ello.
Aun así, Andrés Correa cree plenamente en el camino de la independencia (con todo lo que implica esta palabra tan apaleada), lejano de complacencias y de favores y profundamente arraigado en la creación en donde las canciones y los artistas emanan y se encuentran sin velos mediáticos, y sin ningún interés más allá que el de la comunión artística. Prueba de esto es su amistad personal y creativa con músicos colombianos de la misma raigambre, Pala el más importante en su vida profesional.
De esta amistad, el encanto y el amor afín a la palabra, nació un proyecto bautizado originalmente como “sin ánimo de lucro: sinónimo de lacra”, una experiencia vital que emanó del real visceralismo y derivó en Socios Ociosos (2007), un álbum de 13 canciones fruto de siete largos y placenteros meses de trabajo ininterrumpidos que involucró la escritura de textos y la composición musical a cuatro manos, y un trabajo de producción a cargo de Andrés Correa, que afrontó (a pesar de ser su primer disco al frente de la consola) como un viejo capitán pirata que conoce todas las mañas de sus fieles subalternos. A letras envidiables con un fino y genial sentido del humor las vistieron elegantemente con ropas de rock, pop, bolero y ranchera, fascinando y dando una clase magistral de verdadera música popular a tanto remedo incómodo que se encuentra en cada esquina.
Como si siete meses no hubieran sido suficientes, un par meses después, durante los asuetos navideños, Andrés Correa en pleno furor creativo conformó a su banda actual, Correa Ramírez Andrés & Los Auténticos Water Resist (2008), y grabó un disco titulado con ese mismo nombre en sólo cincuenta días.
A la usanza de los viejos y entrañables discos de vinilo, este álbum contiene 10 canciones y apenas excede la media hora de duración, pero se saltó todos los pasos impuestos que una producción discográfica debe seguir: proceso de composición, preproducción, prensaje, distribución, etc. El álbum fue grabado, editado y masterizado profesionalmente, pero fue hecho hogareñamente al calor de un café y un quemador de cd’s imprimibles, y fue distribuido de mano en mano por apenas $3.000 devaluados pesos colombianos. Un hecho para quitarse el sobrero y digno de imitar sin timidez.
El 9 de febrero de 2008, Correa Ramírez Andrés & Los Auténticos Water Resist se presentaron por primera vez para sorprender por su estilo refrescante y una actitud atrevida, la misma que se nota al tener el álbum en la mano.
Entre abril y mayo Andrés Correa presentó conciertos íntimos en Argentina, Chile y Uruguay, en donde sus canciones calaron de la misma manera que lo han hecho en suelo colombiano.
Para el segundo semestre de 2008 planea continuar con la difusión del último álbum que lleva implícita una declaración de principios intransgredibles: “El disco es cultura, que viva la piratería”.
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Invitado Especial:
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