Visita Guiada
Hotel Castelar
Habitación 704
«Aquí se alojó don
Federico García Lorca»
—26 de noviembre de 2020—
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Ver grabación del evento:
YouTube.com/CasaMuseoOtraparte
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Anécdotas y coplas en una visita guiada con María Cáfora y Marina Cirigliano por la habitación 704 del emblemático Hotel Castelar de la Avenida de Mayo en Buenos Aires, Argentina, donde se alojó el poeta español Federico García Lorca entre 1933 y 1934. Inaugurado en 1929 con el nombre de Hotel Excelsior, otros artistas de antaño que recorrieron los pasillos del Hotel Castelar fueron Alfonsina Storni, Emilio Pettoruti, Jorge Luis Borges, Norah Lange, Oliverio Girondo y Raúl Soldi.
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María Cáfora (Argentina), lorquiana y fervorosa amante del flamenco, se ha desempeñado como coordinadora del Área de Cultura del Hotel Castelar en Buenos Aires, Argentina, y en los últimos años muy especialmente como curadora y guía de la Habitación Museo dedicada a la memoria de Federico García Lorca. En 2010 coordinó la restauración de este espacio donde no solamente ha narrado la vida y obra del poeta, sino que también ha acompañado su relato histórico con versos y coplas que Lorca recopiló y grabó con Encarnación López Júlvez, canzonetista y bailaora hispano-argentina, conocida artísticamente como «La Argentinita».
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Marina Cirigliano (Argentina) es guía de Turismo Nacional y gestora cultural con énfasis en Patrimonio y Museos. Realizó su práctica profesional en el Museo Universitario de la Universidad de Antioquia en 2019 y actualmente trabaja en el Área de Extensión Cultural de la Gerencia Operativa de Patrimonio de la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco Histórico del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En su labor como coordinadora del programa «Los barrios porteños abren sus puertas», incluyó en la Agenda Cultural de la Ciudad las visitas guiadas en la Habitación 704 del Hotel Castelar.
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En el verano de 1933, mientras Federico García Lorca continuaba de gira con La Barraca, se estrenó en Montevideo y Buenos Aires, por la compañía de Lola Membrives, Bodas de sangre. La acogida fue de tal magnitud que el productor lo invitó a trasladarse a América, dirigir un nuevo montaje y a pronunciar varias conferencias ante un público expectante y entregado.
Lorca no dudó. El 29 de septiembre, a bordo del Conte Grande, partió para Buenos Aires en compañía del escenógrafo Manuel Fontanals. Tras dos escalas en Río de Janeiro y Montevideo, llegaron a Argentina el 13 de octubre. Entre ese mes y marzo de 1934 Lorca dirigió, además de Bodas de sangre, dos de sus obras más granadinas, Mariana Pineda y La zapatera prodigiosa y una adaptación del Retablillo de don Cristóbal.
Tras pisar América del Sur comprobó con asombro la popularidad que tenía en Argentina. Si el viaje a Nueva York, en 1929, fue para el poeta el descubrimiento de la urbe moderna que tanta huella dejó en su obra, el de Buenos Aires le reveló la verdadera dimensión de su literatura en Hispanoamérica. Lorca concedió numerosas entrevistas y leyó e interpretó al piano la conferencia Cómo canta una ciudad de noviembre a noviembre. Con Pablo Neruda, entonces cónsul de Chile en Argentina, leyó la famosa conferencia a dos voces Discurso al alimón sobre Rubén Darío.
Bodas de sangre llegó hasta las 150 representaciones en Buenos Aires, lo que le reportó unos ingresos que le permitieron por primera vez su independencia económica. En Montevideo se reencontró con sus amigos José Mora Guarnido, tertuliano de El Rinconcillo, y con Enrique Díaz-Canedo, entonces embajador de España en Uruguay.
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Todos los lugares, las ciudades y las personas tienen historias para contar y lo más emocionante de esas historias es tener con quien compartirlas. El arte y la cultura son una forma mágica de viajar a través del tiempo y del espacio. Por eso disfruto mi profesión de guía de turismo, y por eso me especialicé y me apasiona trabajar con el Patrimonio Cultural y los Museos.
Creo que uno pertenece a donde está su corazón, allí donde él late fuerte es donde uno debe quedarse. Las ciudades nos cuentan historias y nos regalan secretos a través de su Patrimonio Cultural y Natural, descubrirlos es lo que hace que uno empiece a vibrar en sintonía con ellas, es la manera en que cada territorio se comunica con cada alma. Cuando descubres una historia y un lugar que te identifica, no puede pasar mucho tiempo sin que vayas, vuelvas o te quedes allí.
Buenos Aires y Medellín son las ciudades que me contaron sus secretos e hicieron que mi corazón vibrara en sintonía con sus paisajes, sus historias, su gente, sus tradiciones, su cultura. La primera es mi ciudad natal, el amor que nunca se olvida, y la segunda es la ciudad que me adoptó y que me tiene enamorada desde que la conocí.
Elegir una ciudad para vivir, te hace parte de su historia, y eso es magnífico en todos los sentidos de la palabra, porque no es solo una cuestión de «elegir» sino de «decidir» donde quieres ser feliz.
Dicen que hay una diferencia entre permanecer y vivir. Federico García Lorca no solo permaneció durante seis meses en Buenos Aires, el gran poeta granadino sigue viviendo en la habitación 704 del histórico Hotel Castelar y es parte de los secretos que guarda la ciudad. Quizás, en este encuentro tengamos la alegría de poder descubrirlos y compartirlos con todos ustedes.
Gracias, Buenos Aires, gracias, Medellín.
¡Por muchas historias más juntos!
Marina Cirigliano