Conversación
Lectura de Viaje a pie
desde el camino
Quinta versión del recorrido
—Mayo 2 de 2013—
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El miércoles 2 de enero de 2013, según el programa, en la plazoleta nororiental de la Estación Envigado del Metro se da el encuentro en las primeras horas de la mañana. Ocho mujeres y diez hombres conforman el grupo de caminantes Viajeros a pie, inspirados en el libro prohibido de Fernando González Ochoa.
Con paso moderado, ligeros de equipaje, son diez jornadas las que los llevan hasta Manizales, donde se concluye el tramo principal que realizó el maestro: “El viaje se define así: Medellín, El Retiro, La Ceja, Abejorral, Aguadas, Pácora, Salamina, Aranzazu, Neira, Manizales, Cali, Buenaventura, Armenia, Los Nevados, a pie y con morrales y bordones”.
En las noches, después de haber recuperado las energías, la cita literaria llega en la sala de un hotel o de un hogar, en una cafetería, en un restaurante, en la biblioteca, en el salón del Concejo municipal, en la Casa de la Cultura o en la casa cural de cualquier municipio del recorrido.
Claude St-Jacques, ciudadano canadiense, doctor en Filosofía, está traduciendo “Viaje a pie” al francés y formó parte del grupo 2013 junto a su esposa Rosa Hernández, artista plástica, agricultora e interprete del “míster”. Dice Claude en todas las tertulias cuando le preguntan por su interés en el libro: “Porque González es el único filósofo existencialista del mundo, que me hace reír y escribe coloquialmente para mí y el pueblo. Es satírico, enseña a las gentes a pensar. No entiendo por qué en las facultades de filosofía de Colombia está ausente la cátedra de este filósofo, patrimonio de la alegría existencialista”.
Se inició el proyecto con la obra y autor que nos reúne en el día de hoy, el filósofo Fernando González Ochoa, pero ya también están estudiadas e iniciadas las exploraciones de otros recorridos camineros literarios. Entre ellos: “Los caminos de ‘La marquesa de Yolombó’” (Tomás Carrasquilla), “Los caminos de la montaña de oro” (Bello a Ituango), “Los caminos de ‘La pasión del Mariscal’” (Jorge Robledo), “Los caminos de ‘La tierra éramos nosotros’” (Manuel Mejía Vallejo), “La ruta de José María Córdova desde Barbosa hacia Chorrosblancos”, “Los caminos del himno Antioqueño” (Epifanio Mejía), “El Camino Real del Puerto de Honda a Santafé de Bogotá” (Charles Saffray) y “El camino de hierro de Medellín a Puerto Berrío” (William Ospina).
La propuesta del proyecto “Travesías literarias” se viene gestando y ejecutando desde 2009 por José Lubín Torres Orozco, geógrafo investigador de la Universidad Nacional de Colombia – Sede Medellín, Jesús Antonio Camacho Pérez, antropólogo, docente e investigador, y Julio Hernán Calle Correa, educador físico, guía ambiental y coordinador del Programa “De caminada por Medellín rural del INDER de Medellín”.
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Fotografías de los viajeros a pie
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El viernes 4 de enero de 2013 hay auditorio en la Casa de la Cultura de Abejorral. La representante del turismo y la cultura ha convocado las fuerzas vivas. Con comunicador y maestro de ceremonia a bordo, nos reunimos cerca de 40 personas con guitarrista incluido. Entre los invitados, unas jóvenes mujeres que dinamizan microempresas y muestran sus productos azucarados. Julio redimensiona y lee varios apuntes del Viaje a pie de Fernando González. Entre ellos, el del cañón del río Arma (que también es parte de Abejorral): “Cuando levantamos las piernas para trepar hacia Aguadas, tuvimos la impresión nítida de la atracción terrestre. Esta esfera dura es nuestra cuna y nuestro sepulcro”. Se acercan al final de la tertulia las chicas de las microempresas y expresan que siempre han querido atravesar el cañón del Arma. Las invitamos entonces a que nos acompañen y al día siguiente conforman temporalmente el grupo de “Viajeros a pie”. Su recorrido fue hasta Sonsón.
Diario de los viajeros
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A la media hora de caminar había nacido la idea de este libro y habíamos resuelto adoptar como columna vertebral moral del viaje la idea de ritmo.
El ritmo es tan importante para vivir como lo es la idea del infierno para el sostenimiento de la Religión Católica. Cada individuo tiene su ritmo para caminar, para trabajar y para amar. Indudablemente cuando un hombre y una mujer se atraen, eso se verifica por sus ritmos; es porque unidos son importantísimos para la economía del universo. Por el ritmo podrían calificarse los hombres…
Respirábamos el aire de la mañana como buenos profesores de gimnasia sueca. Esas inspiraciones hondas nos traían las mismas emociones que producen en todos los que han gastado veinte o veinticinco pesos en literatura estimulante (Dr. Crane, Marden, Atkinson, etc.). Cada uno de nosotros se propinaba una buena dosis de autosugestiones. Entonces fue cuando apareció nítida la idea del ritmo, a saber: para no cansarse hay que descubrir nuestros ritmos, ajustar a ellos nuestros pasos y el movimiento de bordones y acompañarlos de profundas respiraciones de atleta yanqui.
La salud, la conservación de nuestra elasticidad juvenil, son finalidades del viaje. ¡Cuán desconocido y despreciado es el deporte por los colombianos clericales! Quieren mucho el cuerpo humano, pero en la oscuridad; es un amor de facto.
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Allí está Aranzazu […] Por la calle larga y tortuosa se oye el acompasado martillo que cae sobre el hierro de las herraduras en la fragua; caras sonrosadas y curiosas se asoman a las ventanas, que son de madera viejísima y sin barniz, como los restos de los ataúdes en su camposanto, y a la salida se aparece, también repentinamente, el cementerio; todo él se domina desde el alto donde termina la calle tortuosa. […] Aranzazu es toda la idea de pueblo y nada más que la idea de pueblo, y su cementerio es la perfección de la idea de cementerio.