Trashumante

Mano sibarita

Esta noche no soy más
que palabras desnudas
tendidas sobre las sábanas.
Melifluas aleaciones
que derrapan al fuego
por cavidades suturadas.
Fragmentos etéreos
de un poema esbozado
en mis murales
por tu mano sibarita
de terciopelo negro.

* * *

Aleteo

Parece que nos gastamos la ración de magia
en el efímero aleteo de un instante.
Sólo nos quedan restos
de esta helada realidad
para aferrarnos, ante el naufragio inevitable
de nuestra vocación de colibríes.
Vemos con nitidez
la belleza que fue esquiva;
conocemos la hora en que florece
y su aroma de mortiños.
Solos, en un silencio interno
que nos aísla del ruido de estar vivos,
podemos elegir abrir los ojos,
romper el ciclo de la partida no anunciada,
del no retorno;
existir en la exhalación
de este día fresco
que sólo promete
el cálido aliento de un poema.

* * *

Mujer Habana

Si en vez de mujer pudiera ser lugar
sería La Habana.
Nadie vino a las nueve a disparar la salva.
Yo me quedé dormida al pie del mar
viendo agosto hacerse nubarrones.
Perdí la cuenta de las veces
que dejé abiertas mis murallas
para ahogarme después
en la quietud del abandono.
Si pudiera ser lugar sería La Habana:
tan sólo escombros
ante los ojos del poeta,
canto Yoruba,
boca de ron y manos timbaleras.
Me escucho en estas calles,
tengo forma entre sus humaredas,
respiro en los versos salobres
que me gasté en el malecón
donde el alba me hizo
espuma blanca,
territorio conquistado,
sublevación y asombro.