Celebración del Taller

El Sueño del Árbol

15 años – Lectura de poemas

—Mayo 25 de 2017—

* * *

Oír grabación del evento

El Taller El Sueño del Árbol fue creado por el poeta Omar Gallo el 7 de febrero de 2002, en la Casa de la Cultura de Itagüí, con la presencia inicial de Isabel Rentería, Edwin Ciro Bermúdez y Harold Ramírez. Aunque se inició en la Casa de la Cultura, se reunió un tiempo en la Casa de la Juventud y luego regresó. Tuvo como asesor general al poeta Héctor Zapata y como asesores temáticos a los poetas Pedro Arturo Estrada, Édgar Trejos y Rafael Aguirre. Algunas de sus publicaciones son “Tentando a la locura” (antología, 2005); “Entre sombras y silencios” (Nelson Rivera Palacio, 2005); “Antología poética de poetas de Itagüí” (2009); “Todas las vidas” (Adriana Henao, 2012); “Canto para un ángel” (Maricela Piedrahita Patiño, 2016) y “Primogenitura” (Chelsy Alejandra Mesa Mejía, 2016). Están próximos a publicarse los libros “Escritura sin cristal” (Sandra Victoria Suárez Restrepo, 2017) y “Palabras etéreas – Antología Conmemorativa del Taller con motivo de la celebración de los 15 años” (2017). El Taller y sus integrantes han recibido varios premios, entre los que se destacan el primer puesto en el Premio Nacional de Poesía “Ciro Mendía” en 2003 con Luz Adriana Henao; tercer puesto en el Premio Municipal de Poesía Ciudad de Itagüí, organizado por el Taller de Escritores “Despertar el Ocaso” en 2003 con Juan Esteban Rivera; mención de honor en el VII Concurso de Literatura “Los Sueños de Luciano Pulgar” en 2004 con Luz Adriana Henao Pulgarín; mención de honor en la I Versión del Concurso Nacional de Poesía Escrita por Mujeres “Meira del Mar” en 2005 con Maricela Piedrahita Patiño; segundo puesto en los Premios de Cultura Ciudad de Itagüí (modalidad poesía) en 2006 con Nelson Augusto Rivera Palacio; segundo puesto en el XXV Concurso Departamental y Municipal José Santos Soto en 2009 con Héctor Iván Piedrahita; tercer puesto en los Premios de Cultura Ciudad de Itagüí (modalidad poesía) en 2009 con Edwin Ciro Bermúdez; primer puesto en los Premios de Cultura Ciudad de Itagüí (modalidad poesía) en 2010 con Omar Gallo; primer puesto en el II Concurso Internacional de Poesía Atiniense 2011 (Argentina) con la obra “Refugio” de Gloria Beatriz Jaramillo; primer puesto en el 2.º Certamen “Picapedreros” de Poesía Fase Externa en Daroca (Zaragoza, España) con la obra “Disertaciones”, organizado y publicado por la revista “La Oca Loca” en 2012 con Gloria Beatriz Jaramillo; selección del poema “Metáfora de la naturaleza” entre los mejores 100 poemas en el II Concurso Mundial de Ecopoesía 2012, (Tumbes, Perú) con Juan Sebastián Sánchez González; y primer puesto en el 25 Premio Departamental de Poesía “José Santos Soto” en 2016, con Sandra Victoria Suárez Restrepo, entre otros.

También han participado en el Encuentro Municipal de Arte Joven del municipio de Sabaneta (2003); XXI Encuentro Nacional de Mujeres Poetas (2005); III Encuentro de Mujeres Poetas de Antioquia (2005); XX Festival Internacional de Poesía de Medellín (2010); Primer Encuentro Metropolitano de Talleres Literarios Ciudad de Itagüí (2010); Primer Encuentro de Poetas del Sur Ciudad de Itagüí (2010); Festival de Poesía al Parque (2006-2011); VI Festival Internacional de Poesía “Palabra en el mundo” (Casa Tríade, 2012); XIII Parlamento Nacional de Escritores (Cartagena, 2015); XXV Festival Internacional de Poesía de Medellín (2015); y el XIV Parlamento Nacional de Escritores (Cartagena, 2016), entre otros.

Obtuvieron el Reconocimiento Cultural en el 5.º aniversario de La Rotonda Cultural (Itagüí, 2011) y la Condecoración al Mérito Cultural, otorgada por el Concejo Municipal de Itagüí en 2012.

Lectura de poemas de Gloria Beatriz Jaramillo, Olga Elena Mattei, Omar Gallo, Pedro Arturo Estrada, Sandra Victoria Suárez y Sebastián Salazar.

* * *

Taller El Sueño del Árbol

* * *

Seis poemas de
El Sueño del Árbol

* * *

Sur Ciudad Sur

Omar Gallo

A mi Ciudad en el Sur como una fértil presencia
que describe los umbrales de místicos linajes,
como la portavoz de un mensaje ancestral
digno de aceptación y reverencia.
A la Ciudad de los parques entreabiertos
con las estatuas apuntaladas en el regazo de la tierra,
con el agua que desciende sin prisa y por momentos se subleva,
arquea sus contornos y a su paso veloz se lleva casi todo
en su interminable vientre de mercurio.
A la que no es altanera,
pero salvaguarda con tesón sus principios y es fiel al legado de los buenos;
a la de muchos sanjoaquines, máquinas de aceite que tejen los milagros
del paisaje entre los abecedarios de unas fibras
y el sagrado sudor de los obreros.
A la Ciudad de la luz poderosa que garabatea nubes plata sobre el césped
y hace que crucen imágenes de historias aparentes
en donde gravitan los duendes del tesoro,
unos pájaros negros con trajes de virreyes
y la brisa da vueltas atravesando los árboles,
zumbando entre las ceibas por las grietas absurdas de las paredes
sembradas de misteriosos acertijos,
por los balcones enlunados y habitados por esplendorosas bifloras
que muestran la faz de los encantos;
a la Ciudad en donde la música crece en agosto
y se bebe cerveza como si fuese el vino helado de los dioses.
Al Territorio de vestigios detenidos y caciques invisibles vigilantes,
al jardín de hilos coloridos por el que deambulan suspendidos
los insectos círculos de fuego; a la Tierra advertida de señales,
de lámparas de humo, en la que el viento no descifra el centro de la piedra;
a la Ciudad sueño de manos jabonosas transcurridas a deshoras
por el ardid del hechicero y la risa burlona del fantasma;
a la Morada extensa de tardes dibujadas por las flores
y los indicios de lo cierto, desconocida, inquietante, libre de rencores.
A la Ciudad de las noches del embrujo y la guitarra,
sentida por mujeres como alucinaciones extrañas y diversas,
con los pechos de avellano al dominio de los ojos
y las faldas sorpresa pendiendo del suspiro.
A la Ciudad de los adioses, invadida por el poema
y el galope de los grises nubarrones,
transitada en ayer por los gitanos guardianes del cobre y de la danza,
felinos viajeros de los trenes con los equipajes incrustados
en las puertas desteñidas de la huida.
Ah, mi Ciudad del Ocio y la Pereza,
déjame dormir triunfante en tus entrañas,
que se queden en tus tejados mis letras cristalinas
para que llegue el sol con las palomas y felices nos contagien con su asombro;
así, así sabrá el mundo donde vivo.

Fuente:

Comunicación personal. Taller El Sueño del Árbol, 2017.