Presentación

Pulsiones

—Febrero 27 de 2020—

Portada del libro «Pulsiones» de Tatiana Mejía Escalante

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Tatiana Mejía Escalante (Medellín, 1978) es docente de escritura creativa y promotora de lectura. Sus poemas han aparecido en revistas y antologías como «Revista Kacak Yayin» (2004), «Revista de Poesía Prometeo» (2004, 2010), «Muestra Poesía en Medellín (1950 – 2011)» (Editorial Lealon, 2011), «100 mujeres poetas» (Nueve Editores, 2019) y «Con voz de mujer» (Rebelión Editorial, 2019). Ha obtenido premios en el Concurso Metropolitano de Poesía Joven de Medellín «La Ciudad Vivida» (Instituto Popular de Capacitación, 1996), I Concurso Internacional de Poesía «Con voz de mujer» (Rebelión Editorial, 2019) y I Concurso de Poesía «100 Mujeres Poetas» (Nueve Editores, 2019). «Pulsiones» (Fallidos Editores, 2019) es su primer libro de poesía, y en 2020 publicará «Diamante demente» (Nueve Editores).

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Logo Fallidos Editores

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Presentación de la autora
y su obra por Lucía Estrada.

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Ella misma construye su silencio, palabra por palabra, para entrar en él cuando cae la noche. Noche poblada de presencias y de voces que pocas veces le dan seguridad. Sin embargo, permanece de pie frente a su espejo que le devuelve una imagen desnuda, limpia de pretensiones y artificios, pero consciente de cada fragmento, atenta a los oficios de la luz y de la sombra, inquieta y temerosa, pero libre, como sólo pueden serlo aquellos que arriesgaron todo, que apostaron su respiración al viento.

Pulsiones, su más reciente libro, me ha llegado con la claridad y el suave rumor de alguien que no admite disfraces, que no obliga su rostro a gestos ajenos, que disiente de la máscara y los ritmos que no le pertenecen. Porque su ritmo es el de su propio corazón. No atiende a ningún otro movimiento que no sea el de la sangre, el de la corriente vital de la memoria. Memoria que es a veces un hilo de agua abriéndose paso entre el musgo, otras, un río que avanza llevándose a su paso techos y paredes. Un río que, sólo en el misterio de la escritura, parece recuperar su cauce.

Lucía Estrada

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Tatiana Mejía Escalante

Tatiana Mejía Escalante

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Tres poemas de
Tatiana Mejía Escalante

Fuego

Prendo fuego a la casa con mi corazón en su interior
Las cenizas pueden alimentar tu dolor o la risa sarcástica para iniciar el día
No tengo remordimientos guardados bajo el colchón
No tengo pesadillas por los sueños asesinados
El hambre de poder es fuerte como el llanto del recién parido
El resplandor de la luna es rojo como mi sangre
Grita fuerte hasta que revientes tus cuerdas vocales
Alza el vuelo evitando las naves enemigas
Corta mi cuello como en una película de terror
El viento es leve y la palidez asoma en mis párpados
Las campanas están en mi cerebro y no logro apagarlas
Quien me visite esta noche perecerá sin merecerlo.

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Peces recién paridos

Mi cabello huele a peces recién paridos
El viento lo despeina como una galaxia enloquecida
He quemado todas mis fotografías intentando desaparecer
La voz misteriosa en el fondo de mi cerebro
Pretendo renacer de la lava del volcán
Hilvanando historias antiguas en mis pestañas
Introduzco monedas en una alcancía que me observa lujuriosa
Al fondo el repicar agónico de un teléfono me increpa
Tentáculos eléctricos asfixian mis tormentas
No es preciso detenerse cuando la velocidad del corazón es máxima
Sabes que mi voz es suave pronunciando maldiciones
Sabes que no soporto las presencias que me siguen
Entrégame de una vez las llaves del averno
Enciende rápido la hoguera que mis retinas enceguecen
Estoy desnuda y dispuesta para que me laves con tus desperdicios.

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La muerte, siempre
la muerte, esperando

Abre los ojos ante la irrupción de ángeles dionisiacos
El deseo es cáliz con el que pretendo saciar mi sed
Horneo panecillos de chocolate para el nuevo día
Huele el aire a tu inexpresiva existencia
Un insecto recorre la ventana en círculos angustiosos
Equilibrista sobre la cuerda floja que conduce a la miseria
Hay una lámpara mágica sobre el escritorio
Extiende rayos de luz en la ruinosa habitación
Sacude doctrinas preconcebidas acerca de lo imposible
Tengo en los labios un beso con alas heridas
Golpes guardados bajo llave para que no lastimen de nuevo
El oleaje es suave subiendo entre las piernas
La furia del genio destructiva si no es liberado de su pesadilla
Un pájaro picotea las paredes cerebrales
Adviertes sangre resbalando por sus largas patas
La tarde es una extensa lista de acontecimientos
Peldaños por recorrer en cualquier dirección hacia ninguna parte
Tengo el pecho henchido de amores fatuos
Los párpados perdidos en largas noches de espera
Mi cabello no cesa de crecer
Ruge alma vieja hasta reventar los cristales
He de encender la hoguera para dar calor a la conversación
Acallar el aleteo de ideas en la mente
Tengo escalofríos en los dedos de mis pies
La piel leprosa de mi espalda maloliente
Simula que me amas antes de cortar mi cabeza con tu espada
Los gritos se catalogan según el misterio que traducen
El rechinar de los dientes es mi erróneo pasatiempo
El ulular del viento la música predilecta de los mortales
Personas sin corazón tienen el aspecto de una roca
La voz cavernosa es quien te auxilia a través del teléfono
Derriba las puertas con la fuerza de tus brazos
Vuela hasta donde llegue la mirada de un hombre ciego
Estoy a la espera de la batalla apocalíptica
Observa mi espíritu hay hambre y miedo, heridas y belleza, catarsis y hecatombes, amor y silencio, poesía y debilidad, hedor y misterio
Hay un cuerpo, el alma, una vida
Hay la nada y un agujero negro
El horizonte que se dibuja en la ventana empañada de un bus
Un dolor de oído que me tumba sobre el fango
El tronar de botas militares que persiguen visionarios
La muerte, siempre la muerte, esperando.

Fuente:

Mejía Escalante, Tatiana. Pulsiones. Fallidos Editores, Medellín, 2019.