Presentación
Lejos de Roma
—12 de junio de 2008—
Lejos de Roma
Alfaguara, Bogotá, 2008
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Pablo Montoya Campuzano (Barrancabermeja, 1963) realizó estudios en la Escuela Superior de Música de Tunja, es licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad Santo Tomás de Aquino de Bogotá y obtuvo la Maestría y el Doctorado en Estudios Hispánicos y Latinoamericanos en la Universidad de la Sorbonne Nouvelle (París III). Ha publicado los libros de cuentos «Cuentos de Niquía» (1996), «La sinfónica y otros cuentos musicales» (1997), «Habitantes» (1999), «Razia» (2001) y «Réquiem por un fantasma» (2006); los libros de prosas poéticas «Viajeros» (I999), «Cuaderno de París» (2006) y «Trazos» (2007); el libro de ensayos «Música de pájaros» (2005) y la novela «La sed del ojo» (2004). Ganó el premio del Concurso Nacional de Cuento Germán Vargas en 1993; el libro «Habitantes» ganó el premio Autores Antioqueños en 2000 y «Réquiem por un fantasma» fue premiado por la Alcaldía de Medellín en 2005. Sus artículos y traducciones para diferentes revistas nacionales e internacionales versan sobre temas relacionados con la música, la pintura, el cine y la literatura. Actualmente reside en Medellín, donde dirige el Doctorado en Literatura de la Universidad de Antioquia.
Presentación del autor por
Pedro Arturo Estrada.
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Lejos de Roma trata sobre el exilio del poeta romano Ovidio. Se acude a la historia pero no se agota en ella. Está atravesada de erudición, erotismo y amargura, pero estos elementos no actúan como obstáculos. Al contrario, ayudan a construir la visión poética de un exilio que aún dice grandes verdades a nuestro tiempo. Las verdades de la nostalgia y la desolación, del amor y la esperanza, del poder y la ambición. Conformada por capítulos breves, trazados con un estilo literario exquisito, Lejos de Roma apuesta por una nueva forma de abordar la historia. Sin las pretensiones de hacer un gran fresco épico de una civilización, esta novela es sobria en su objetivo: hablar de la búsqueda fundamental que caracteriza a los poetas genuinos.
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Pablo Montoya
Foto © Felipe Caicedo
El Tiempo
«Llegar a Tomos es como llegar a la morada de los muertos. Estoy seguro, me repito, que éste es el último confín del mundo. Y Brindis, Ilion, Samotracia, Bizancio quedaron atrás como lugares sórdidos que vieron mi sombra dirigiéndose al Infierno. Porque sé que estoy bajo el mismo techo donde Sísifo anhela el regreso a la tierra entre imploraciones inútiles. He llegado a Tomos, puerto del espanto. Y Calíope ha huido de aquí, si es que alguna vez vino. Reconozco, sin embargo, que su vestigio desmedrado es el único refugio que me queda. Más que al rastro de los otros, más que al eco de sus palabras, debo aferrarme a las huellas de Calíope que son como mis propias huellas».
Lejos de Roma
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Lecciones desde el exilio
La novela «Lejos de Roma», del santandereano Pablo Montoya, explora la experiencia del exilio a partir del poeta Ovidio.
Por Sergio Villamizar
Con todas las licencias que da la literatura, el poeta Ovidio Nasón, que nació en la Roma, ha leído a Borges, a Kafka y a Ciorán. También ha conocido a desplazados y presos políticos, y sabe cómo se atenta contra la libertad.
Todo esto sucede en Lejos de Roma, la novela de Pablo Montoya, oriundo de Barrancabermeja y criado en Medellín, quien se inspiró en París, escribió el primer capítulo en el Chocó, y la terminó en sus clases de Literatura en la Universidad de Antioquia.
Montoya ha escrito libros como Cuentos de Niquía, La sinfónica y otros cuentos musicales, Habitantes, Razia, Réquiem por un fantasma, Viajeros y Cuaderno de París.
Pero esta vez Ovidio sedujo al escritor, pues fue uno de los más importantes poetas de su época, expulsado de Roma y refugiado en Tomos, hoy Constanza, Rumania.
«En París me pregunté si era recomendable detenerme en las vivencias de los desterrados y refugiados políticos que uno encuentra en toda parte, pues muchas obras tocan ese tema, desde el “boom” latinoamericano hasta El síndrome de Ulises de Santiago Gamboa», dijo Montoya.
Así se dio cuenta de que eso no era lo que quería contar en su novela. Además, ya lo había hecho en Cuaderno de París, que son 50 prosas poéticas sobre la ciudad que recorrió.
«Empecé a buscar un personaje que me permitiera incluir mis inquietudes sobre el exilio. Ahí fue cuando encontré a Ovidio, en una excelente obra sobre Roma, para saber más sobre los exiliados de la época», continuó.
Montoya ofrece un Ovidio muy personal, que llega a ser íntimo: «Leí mucho para enterarme de Ovidio, pero sentía que la novela estaba dirigida a un público de ahora. Por eso, sin perder sus rasgos ni su condición de romano, es un exiliado moderno».
Y añadió: «No me gustaba el Ovidio real, un quejumbroso que le suplicaba al Emperador por el privilegio de regresar a Roma. El de la novela es más abierto al mundo y va encontrando desplazados y espectros que rondan su vida de principio a fin».
Publius Ovidius Naso
(43 a. C. – 17 d. C.)
Siendo Ovidio el protagonista, y con las licencias históricas ya mencionadas, es su voz real la que habla del erotismo, la amargura, la nostalgia, la desolación, el amor, la esperanza, el poder y la ambición.
«Al principio pensé tener a Ovidio en su contexto, con fantasmas de escritores en sus diálogos. Luego me pareció loco y sólo dejé el espectro del hermano, Lucio. A partir de ahí, entré en un montón de consideraciones en torno a la poesía y su escritura».
Es más usual de lo que parece este recurso literario, en el cual personajes históricos son estudiados para luego ser «actualizados» por los escritores.
«Es usual, en especial entre los escritores latinoamericanos, para introducir sus opiniones y observaciones, y eso fue lo que intenté hacer. Así se ve en las novelas barrocas de Alejo Carpentier y Germán Espinosa, e incluso en la obra de García Márquez».
Para Pablo Montoya, el Ovidio real es un poeta lleno de referencias legendarias, muy literario y difícil de comprender. Para acercarse a él hay que leer ediciones de sus textos con líneas críticas y notas explicativas, pues de lo contrario se pierde el lector.
«No sé si mi obra acerca al lector al Ovidio histórico, o lo lleva a hacer una serie de consideraciones sobre el exilio de los escritores», concluye el escritor colombiano, que logró las dos cosas.
Este era Nasón
El arte de amar es la obra más leída de Ovidio Nasón, quien también es conocido por Las metamorfosis, que a pesar de su difícil lectura, es una obra en verso sobre la mitología de algunos años antes de Cristo.
Además, fue el primer autor de la antigüedad que escribió una autobiografía poética. Sus escritos son difíciles de leer si no se cuenta con respaldo histórico que permita tener idea sobre la Roma de la época y, en especial, de la mitología latina.
El emperador César Augusto lo exilió de Roma. A pesar de sus ruegos, jamás pudo regresar. Por eso su obra está llena de tristeza y melancolía.
Fuente:
Elpais.com.co / Colprensa.