Presentación

El óvalo de las auroras

Abril 15 de 2010

"El óvalo de las auroras" de Carlos Enrique Ortiz

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Carlos Enrique Ortiz (Medellín, 1961) realizó estudios de Filosofía y Literatura en la Universidad de Antioquia, hizo una especialización en Pedagogía en el Instituto Steinhardt de Sao Paulo (Brasil) y se graduó en la Maestría en Estética y Filosofía del Arte del Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia. Ha publicado los siguientes libros de poesía: “Pensamiento y Sacrificio” (Editorial Universidad de Antioquia, 1985), “Selección de Poemas” (Editorial Universidad de Antioquia), “Estiaje” (Editorial Lealon, 1990) y “Orvalho” (tríptico con Javier Naranjo y Gabriel Jaime Caro, Ojo Editorial, 1990). Como ensayista ha participado en publicaciones de filosofía tales como “La Imposible Comunidad” (sobre Bataille, publicado por Universidad de Antioquia y Biblioteca Pública Piloto), “El Desierto Crece” (centenario Nietzsche, publicado por U. de A., Universidad Nacional, Comfenalco y Biblioteca Pública Piloto) y “Proyecto Ágora: Historia de las Ideologías Políticas” (publicado por Canal U, Fondo Editorial de Eafit, U. de A., Universidad Nacional y Universidad de Medellín). Como poeta ha sido incluido en antologías y muestras y sus poemas han sido traducidos al portugués, inglés y hebreo. Se ha desempeñado como profesor en las universidades de Antioquia, Católica de Oriente y de Medellín, donde actualmente es profesor de tiempo completo.

Con la participación de Óscar
González y Luis Germán Sierra

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En los poemas de Carlos Enrique Ortiz la riqueza de su economía poética (su descentramiento) reside no tanto en la configuración inmediata de su lírica, como en el poder aforístico de su creación. Poeta de la estirpe escasa de los pensadores, por eso su palabra tiene la elevación y el temple de aquellos con los que ha convivido: Heráclito, Demócrito, Epicuro, Bruno, Nietzsche, Rilke, Heidegger, Bataille, Char, Bonnefoy, Pizarnik, Gaitán Durán, José Manuel Arango… Su poesía no es objeto del juego semántico convencional, es el verbo y la gracia del poema de amor, la verdad de su arte es como la cuántica causalidad del ser, lo cual le permite decir en este país de farsantes y asesinos: “Funcionarios de muerte / quieren que la intensidad de la vida / los bendiga”.

Gabriel Jaime Caro

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Poemas de
Carlos Enrique Ortiz

Presencia de quien yo amo

Y a través de los días
tus ojos
sosteniendo los míos
llenando mi mirada de dulzura.

Y a través de las noches
tu cuerpo
siendo albergue del mío
dándome una casa en la mitad del cielo.

Y a través de las horas
tus manos
recogiendo mis manos
salvándolas del frío del vacío.

Y a través de los sueños
tu voz
llevándome al silencio
doblegando mi voz enardecida.

Y a través de mi vida
vas tú
presencia de quien yo amo
plenitud de lo que espero.

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Los pasos que dimos serán viento,
nuestras miradas
luz en el vacío

Ya no ser
no estar en parte alguna
haber sido…

En la inmensidad misteriosa del tiempo
no hace diferencia

Camina, mira, se
es la hora en que el sol
palpita contigo
y te da tiempo

* * *

Estoy hecho de tiempo
de días que agonizan en la sombra
de noches que se ahondan en la nada.

Estoy  hecho de ti
de tu deseo
guardián de tu sonrisa
rehén de tu mirada
soy la sombra que acompaña tus pasos
soy las manos donde brotan caricias
soy los ojos que atesoran tu rostro
pensamiento donde reina tu vida.

Estoy hecho de ti
de tu rechazo
de la espera de piedra
del frío de la ausencia
del roce de la muerte que me aguarda
del olvido de las horas felices
del silencio al que sentencias mi amor
del no que me regalas.

Fuente:

Ortiz, Carlos Enrique. El óvalo de las auroras. Editorial Universidad de Medellín, enero de 2010.