Presentación

Oquedades

—Noviembre 7 de 2019—

Portada del poemario ilustrado «Oquedades» de Christian Palacio

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Christian Palacio (Medellín) es músico, escritor, productor musical y sonidista. Cursó estudios de Canto en la Escuela Superior Tecnológica de Artes Débora Arango y actualmente es estudiante de Bioingeniería en la Universidad de Antioquia. Ha participado como poeta y músico en «Poetas en Carnaval» (Pasto, 2015), «Bombardearte» (Ituango, 2014), «Encuentro de Poesía León de Greiff» (Fredonia, 2017, 2019), «Festival de Letras EAFIT» (2019) y en recitales independientes en la ciudad de Medellín y otros municipios antioqueños. En julio de 2019 publicó «Oquedades», su primer libro de poesía, bajo del sello de Fallidos Editores y con ilustraciones de Camila Jiménez. Actualmente prepara la publicación del libro en formato de audio y adelanta la producción de su primer trabajo discográfico.

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Logo Fallidos Editores

Logo Christian Palacio Producciones

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Christian Palacio es un hombre de cuerdas y arreboles azafrán. Escribe con metáfora mordaz y elocuente. Muta de maneras tan vibrátiles entre describir lo apocalíptico o tanático que pueda brindar el brillo sublime del amor, a los más bellos retratos y autorretratos que su sensibilidad narra a su pluma. Christian canta, lo he visto, como si su alma se apoderara de sus manos y su voz. Narrando las revelaciones que su trasegar por el mundo le ha dictado, él demuestra con este libro, repito, una metáfora distinta a las que recurren normalmente los poetas contemporáneos. Sin mucho lugar común, sino apropiaciones de un lenguaje no explorado. Digo no explorado en el sentido que no malgasta la imagen, sino que la aprovecha para acomodarla de manera casi literal a su emoción más vívida.

Steven Ríos

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La obra de Christian Palacio es una grata secuencia de poemas que no aspiran a serlo, es una cadencia armónica en escala cromática, en donde se mezcla el lenguaje formal y el vulgar en una misma línea, juegos con el lenguaje; en el telón de fondo, el arpegio de una guitarra ensayada y el tono particular de voz del autor, exigiéndose memorias y resoluciones propias de un repentista que conoce el secreto de la palabra y lo ofrece en cada metáfora. Este libro es un monólogo que pone en evidencia el ego y el álter ego en discusiones prácticas de la vida cotidiana, pensadas en la síntesis de vagas influencias y tenor de voces legendarias, en un contrapunto de dolores exorcizados en figuras literarias que no escapan al vaho del poema, pero que ponen en relieve la búsqueda formal de una frecuencia propia, que lo distingan del tedio, la vacuidad de los bardos, la exactitud de las músicas, el silencio de las influencias y la exhibición triste de pensar que el espectáculo es el poeta y no el poema.

Mauricio Vanegas

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Foto de Christian Palacio

Christian Palacio

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Tres poemas de
Christian Palacio

Niño cantor

He perdido la alarma otra vez
para despertar culpable y amarillo,
Hay quienes terminan su año
sin causar muchos incendios,
y estamos los que añoramos
que un par de cosas deflagren.
Pero mira, ¡¿siempre es tarde?!,
Y hay muy poco argumento.

Pensar, citar, hacer rima,
virar, anclar, romper fuente.
¿Qué contienen sin propósito
mis pobres hijos bastardos?
«Serás mañana un gran texto»
le susurro al más pequeño
como una madre optimista
de algún país bombardeado,
pero sé que no hay mañana
para un texto-niño eterno;
no podés volver al párrafo
sin encontrarlo ya ajeno,
sin mirarte en sus cristales
esparcidos por el suelo
y encontrarte fragmentario,
sentir su abrazo de agujas.

Pobre pequeño solito,
voy a cantarte unos versos:
«Sueña pequeño pedazo de sol,
Mañana es día de ser canción,
Sueña que sueñas un mundo mejor,
Gran astronauta, mi niño cantor
».

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Sarao Antropocéntrico

Venid pues prójimos míos, habrá un sarao en mi casa,
que está invitado hasta el sapo, y hasta el más feo endomorfo.

Cantaremos jerigonzas paparapa lopas quepa
feniculindarse todo sepan;
y esta alegre jitanjáfora estrambótica, hechizante,
le resulta sicalíptica hasta al más púdico asceta
y verán pelando teta a la más sobria eremita,
tornarse exótica, erótica, errática y crapulesca.

Nos beberemos las copas hasta del bosque cercano,
luego hablaremos de arcanos que nos revienten la testa,
de escrituras paleocrípticas, de santos y otros varanos.

Luego al abuso exquisito de la casual sinalefa
levantaremos las dríades más chimbitas de este parche,
eso sí, si es que la bicha brinda total aquiescencia,
aunque hasta balen los viles o los giles se carcoman.

Jolgorio tras bacchanalia, saoco y anacronía,
tal vez alguno fenezca de disparo al hipocampo,
y el zapateo termine en turbamulta asustada.
¡No distraiga la gambeta, ni los gamberros follantes!
Que la fiesta titilante nos dure toda una vida.

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Son días ácidos y dulces

Son días ácidos y dulces, la ciudad me trata como una puta enamorada de los libros trata a sus clientes sin modales. Te siento un poco lejos, me siento un poco acera, un poco pavimento, a veces un poco viento y recorro ferozmente los rincones conocidos.

¿Cumplirás tu promesa? ¿Cumpliré mi promesa?

¿Terminaré algún día de arreglar esta mierda o al final archivaré en el desván el fracaso de estas horas?

La nieve cubre todo como un manto mortecino, turbio como las tardes sin tus ojos, turbio como mi mente atiborrada; la nieve tropical es un invento de poetas poco discursivos, parece ya un cliché como de santo lacerado.

El lío es tener pulpos de ideas que lastiman, vestirse de esqueleto, venderse a una rutina; si bien el sol ahora no canta mis canciones, no encuéntrome postrado, ni hay dios que me amaestre ni sed que me aprisione… Son días ácidos y dulces, con flores, miel y escombros. Me haré alas de estaño, inmunes a las balas, por si entrecierras los ojos cuando pronuncie tu nombre…

Son días ácidos y dulces, hay pájaros azules rondando tus jardines.

Fuente:

Palacio, Christian. Oquedades. Fallidos Editores, Medellín, 2019. Ilustraciones de Camila Jiménez.

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Ilustración de Camila Jiménez para el poemario «Oquedades» de Christian Palacio

Ilustración © Camila Jiménez