Noche de Campo Literaria
Centenario de la
publicación de
Campos de Castilla
de Antonio Machado
—Febrero 18 de 2012—
Antonio Machado Ruiz
(1875-1939)
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Noche de Campo Literaria
en El Café de Otraparte:
Literatura a manteles:
Antonio Machado
“Si es bueno vivir, todavía es mejor
soñar, y lo mejor de todo, despertar”.
Antonio Machado
El aroma del naranjo en flor despierta puntual en un patio de Sevilla, y con esa primera luz el poeta dibuja el mapa herido de su país: una tierra cargada de pobreza, de españolitos que visten el mayor de los desamparos, una tierra en la que llevarse un pedazo de pan a la boca es oración y permanencia de un pueblo que ha mordido el polvo de la desigualdad.
Caminos que llegan a Madrid, a Soria, a Segovia de la mano de su joven esposa, arrancada de los brazos del poeta por el golpe de la muerte, y con un golpe, otro golpe. Portazos de alma y llanto, corazón que escupe su sangre envenenada por soledades… Camino que se convierte en furia silenciosa y melancólico exilio. El poeta hace camino al andar, sin abrigo, expuesto al terrible viento de la guerra que se aproxima. No es otro el que resiste, no es otro el que apostará su tiempo a favor de la libertad.
Con el recuerdo infantil de aquel patio lejano de Sevilla, el viejo soñador de campos castellanos muere sin consuelo en el pueblo fronterizo de Collioure, donde todavía se conmueven bajo la tierra sus huesos quemados por el rayo y sus poemas últimos, escritos con el pulso tembloroso de un amante a quien todo amor ha sido arrebatado. Caminante, se hace camino al andar…
Lectura de textos y audiciones en
torno a la figura del poeta español
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Antonio Machado
(Sevilla, 1875 – Collioure, 1939)
Poeta español. Aunque influido por el modernismo y el simbolismo, su obra es expresión lírica del ideario de la Generación del 98. Hijo del folclorista Antonio Machado y Álvarez y hermano menor del también poeta Manuel Machado, pasó su infancia en Sevilla y en 1883 se instaló con su familia en Madrid.
Se formó en la Institución Libre de Enseñanza y en otros institutos madrileños. En 1899, durante un primer viaje a París, trabajó en la editorial Garnier, y posteriormente regresó a la capital francesa, donde entabló amistad con Rubén Darío. De vuelta a España frecuentó los ambientes literarios, donde conoció a Juan Ramón Jiménez, Ramón María del Valle-Inclán y Miguel de Unamuno.
En 1907 obtuvo la cátedra de francés en el instituto de Soria, cuidad en la que dos años después contrajo matrimonio con Leonor Izquierdo. En 1910 le fue concedida una pensión para estudiar filología en París durante un año, estancia que aprovechó para asistir a los cursos de filosofía de H. Bergson y Bédier en el College de France. Tras la muerte de su esposa, en 1912, pasó al instituto de Baeza.
Doctorado en filosofía y letras (1918), desempeñó su cátedra en Segovia y en 1928 fue elegido miembro de la Real Academia Española. Al comenzar la Guerra Civil se encontraba en Madrid, desde donde se trasladó con su madre y otros familiares al pueblo valenciano de Rocafort y luego a Barcelona. En enero de 1939 emprendió camino al exilio, pero la muerte lo sorprendió en el pueblecito francés de Colliure.
Los textos iniciales de Machado, comentarios de sucesos y crónicas costumbristas escritos en colaboración con su hermano y firmados con el seudónimo Tablante de Ricamonte, aparecieron en La Caricatura en 1893. Sus primeros poemas se publicaron en Electra, Helios y otras revistas modernistas, movimiento con el que Machado se sentía identificado cuando comenzó su labor literaria.
No obstante, aunque las composiciones incluidas en Soledades (1903) revelaron la influencia del modernismo, el autor se distanció de la imaginería decorativa de la escuela rubeniana para profundizar en la expresión de emociones auténticas, a menudo plasmadas a través de un sobrio simbolismo. En su siguiente libro, Soledades, galerías y otros poemas (1907), reedición y ampliación del anterior, se hizo más evidente el tono melancólico e intimista, el uso del humor como elemento distanciador y, sobre todo, la intención de captar la fluidez del tiempo.
Al igual que Unamuno, Machado consideró que su misión era “eternizar lo momentáneo”, capturar la “onda fugitiva” y transformar el poema en “palabra en el tiempo”. En los años posteriores se acentuó su meditación sobre lo pasajero y lo eterno en Campos de Castilla (1912), pero no por medio de la autocontemplación, sino que dirigió la mirada hacia el exterior, y observó con ojos despiertos el paisaje castellano y los hombres que lo habitaban. Una emoción austera y grave recorre los poemas de este libro, que evoca la trágica España negra tan criticada por la Generación del 98 desde una perspectiva regeneracionista, al tiempo que se describe con hondo patriotismo la decadencia y ruina de las viejas ciudades castellanas.
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Poema de
Antonio Machado
RetratoMi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla |
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