Presentación
Marina
y un caso en el aire
—Noviembre 29 de 2018—
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Verónica Villa Agudelo (Medellín) es comunicadora social – periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana. Trabajó como realizadora audiovisual en la Asamblea Departamental de Antioquia, donde conoció la vida política de la región. Tras vivir un año en Londres estudiando inglés y escritura audiovisual, regresó a su ciudad para continuar soñando personajes, imaginando historias y buscando excusas para escribir. En la Universidad Pontificia Bolivariana crea materiales didácticos para la enseñanza, oficio que combina con la literatura y sus pasatiempos favoritos: los viajes y la fotografía. Es autora de «Marina y el caso de Plata».
Presentación de la autora
y su obra por Nataly Osorio.
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Después de resolver el asesinato de un prestigioso político de la ciudad, Marina Grisales decide renunciar a su cargo como guarda de seguridad y dedicarse a la investigación privada. Y aunque solo lleva un año ejerciendo su nuevo oficio, ha considerado dejarlo todo y regresar a su vida anterior, pues únicamente ha sido contratada para resolver casos menores que, en su mayoría, le ha retribuido con un «mi Dios le pague» o con bolsas con panes recién horneados. Afortunadamente, todo da un giro cuando una vieja conocida le pide resolver la misteriosa muerte de su mejor amiga, Yuri Nicole Hurtado, auxiliar de aseo que fallece por accidente al verse involucrada en el intento de homicidio de un prestigioso profesor universitario. Encubierta como guarda de seguridad en el edificio de laboratorios de la Universidad del Valle de Aburrá, Marina retoma su pasión y hace aquello que mejor se le da: ver lo que otros no son capaces de percibir. Reputación, envidia, mentiras, deseo y secretos se ocultan tras la cortina de humo que Grisales intenta disolver junto con su hijo Magnum Alberto y su madre doña Leonor en esta aventura en la que nada es lo que aparenta ser.
Los Editores
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Verónica Villa Agudelo
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Marina y un caso en el aire
Primer acto: El aire circundante
se notaba un tanto enrarecido.
1. «Dentro, soy yo. Un yo muy distinto del que era hace un año, pero no puedo preocuparme por eso, así que sigo adelante y espero que mis pies me lleven adonde necesito ir».
Brandon Sanderson,
El camino de los reyes
Secuencia (1)
MONTAJE (2) / VARIAS LOCACIONES / VARIOS TIEMPOS (3)
(FLASHBACK A…) (4)
En el lapso de un año pueden pasar muchas cosas. Sube el salario mínimo, aunque no tanto como la canasta familiar. Aumenta el precio de la gasolina y se organizan dos o tres paros camioneros. Se casan famosos que también se divorcian. Se eligen nuevos presidentes y se derrocan otros cuantos. Y se producen tantas noticias, verdaderas y falsas, que se hace imposible seguirles el ritmo.
A) INT. (5) / CAFETERÍA HOSPITAL / DÍA
Esto lo entendía muy bien Marina Grisales, quien luego de resolver el asesinato de un famoso político de la ciudad, renunció a su trabajo como guarda de seguridad para investigar casos de forma independiente. Así dejó entrever la decisión a su madre (6) un año atrás:
—Pues, ma’, qué te dijera. Después de todo este ajetreo que acabamos de vivir no sé si me pueda quedar de ocho a seis en una portería revisando bolsos. Ya probé la acción y me quedó gustando.
B) INT. / SALA DE ESTAR APARTAMENTO DE MARINA / VARIOS TIEMPOS
Ese mismo año, también se dio cuenta de que no eran tantas las personas que necesitaban solucionar casos complicados o que pudieran pagar con dinero sus servicios de investigación. Algunos de los más destacados incluían el de la billetera desaparecida que estuvo atrapada entre dos cojines durante una semana entera, el de un marido trasnochado que pasó la noche encerrado en un casino hasta que pagó su deuda o el de un perrito poodle secuestrado por una niña de ocho años a la que la mamá no le quería comprar una mascota.
C) INT. / COMEDOR APARTAMENTO DE MARINA / VARIOS TIEMPOS
Y como los casos rara vez fueron pagados con efectivo y en cambio sí fueron retribuidos con un «mi Dios se lo pague», un corte de tela para mandar a hacer alguna prenda a la sastrería, y cajas de frutas, verduras o bolsas con panes recién horneados, tuvo que aguantar que su madre y su hijo la mantuvieran, respectivamente, a punta de lecturas del tarot y venta de películas con el sellito del «bigote», ese con el que Beto (7) garantizaba su calidad.
D) EXT. / BALCÓN APARTAMENTO DE MARINA / VARIOS TIEMPOS
Los cambios en la vida de Marina no se limitaron a su esfera laboral. Dios tuvo que haber escuchado sus súplicas porque, en el transcurso de esos doce meses, su hijo Magnum Alberto encontró una vocación al alternar hábilmente su negocio de copias piratas con las investigaciones en las que le colaboraba a ella; y también se topó con Sofía (8), alias «La Monita», una buena mujer que lo atendía y le evitaba tener momentos de ocio.
EXT. / PORTERÍA EDIFICIO MARINA / VARIOS TIEMPOS
Pero Marina solo pudo ser testigo de romances de cuentos de hadas porque su propia historia con Romo (9), el exconductor del diputado Plata, la hizo sentir el dolor que inevitablemente acompañaba al amor.
Su relación comenzó a tambalear cuando apareció quien fue la primera y ahora tercera esposa de Romo, reclamando sus derechos como cónyuge. En una borrachera y antes de comenzar su relación con Marina, Romo se volvió a casar con su primera mujer y se separó de ella antes de oficializar el divorcio. Aunque ese impase fue superado por Marina y Rómulo cuando él concilió con la mujer en un juzgado, su amor quedó tarjado para lo que vendría más adelante.
DE REGRESO AL PRESENTE (10)
EXT. / TERRAZA MARINA / MAÑANA
Ahora los días de Marina trascurrían en una tranquila rutina que la corroía. No era que no disfrutara releer sus clásicas novelas policiacas, tener algún tiempo para ver series ochenteras en el televisor, entrenar con el saco de boxeo que colgó Betico en el balcón, aprender técnicas forenses e investigativas por internet o subir a la terraza para atender su huerta urbana donde cosechaba hortalizas, hierbas aromáticas, medicinales y hasta frutas.
Esta actividad, en particular, le causaba mucha satisfacción, ya que le daba la oportunidad de poner en práctica todo lo que aprendía en sus libros de botánica al elegir los tipos de suelo, nutrientes y cuidados especiales para sus plantas (las que marcaba sin excepción con sus nombres científicos).
Cultivar su huerta también le ayudaba a sentirse menos culpable por recibir de su madre y su hijo dinero para mercar, pues de esta manera podía contribuir con el cilantro, los tomates, las cebollas y el ajo que usaba a diario doña Leonor para preparar el hogao (11). De su huerta salían también las coles que de cuando en cuando agregaba a los fríjoles del almuerzo y las hojas verdes que Magnum Alberto usaba para sus batidos saludables.
Lo que nunca la verían cosechar era remolacha, ese vegetal dulzón del que Marina no soportaba el sabor, pero siempre podrían contar con lechugas, zanahorias, brócolis, coliflores, pimentones, arvejas, pepinos y rábanos frescos en la mesa.
Las hierbas medicinales y aromáticas también ocupaban un lugar especial en la huerta, y requerían un mayor cuidado de Marina. Sus favoritas eran el eneldo para aliñar pescados, el estragón para el pollo, la menta para levantar el gusto de la limonada, el tomillo para mejorar sopas y estofados, el perejil para resaltar el sabor de las papas que bañaba en mantequilla de ajo, y el laurel para darle un toque secreto a su reconocida receta de arroz con pollo.
La albahaca verde la usaba para adobar pastas y ensaladas, pero la morada estaba reservada para los baños que remendaban corazones rotos y que ofrecía ’ña Leíto a algunas de sus clientas despechadas. En esa misma categoría entraban la penca de sábila, la caléndula, la salvia, el vetiver y la favorita de doña Leonor, la ruda, útil para alejar envidias, enemigos y malas energías. Cuando la ansiedad o el mal genio de Marina afloraban, estaban también aprovisionados de manzanilla, limoncillo, cidrón y mejorana, hierbas comunes para la preparación de tisanas que alivian el sistema nervioso.
Así que lo que ocurría con Marina no es que no le gustara pasar tiempo cultivando su huerta, pero la falta de acción como detective había minado su confianza, a tal punto que consideró seriamente acudir a Zinerva Gulotta (12) para hacer efectivo, en forma de empleo, aquel favor que le hizo involuntariamente un año atrás: salvar de la cárcel a su jefe Pedro Cepeda, conocido barón electoral.
—Mija, la buscan.
Doña Leíto estaba particularmente sonriente aquella mañana de miércoles cuando interrumpió de manera abrupta los pensamientos de Marina, quien se sobresaltó al ver a su diminuta madre asomada por la puerta que daba a la terraza.
Poniéndose la mano llena de tierra en el pecho y respirando con dificultad, Marina le respondió a su madre:
—¡Ma’! Casi me matás de un infarto. ¿Qué pasó?
—Que abajo te busca Ceci Johana (13), la muchacha mostrona (14) que trabajaba con vos en la Asamblea.
Marina se levantó del suelo, dejó a un lado las tijeras, la pala y su pequeño azadón, se quitó los guantes y se le plantó al frente a su madre.
—¿Y esa vieja qué querrá de mí?
Ambas levantaron los hombros e hicieron el mismo puchero con la cara antes de bajar las escaleras.
Notas:
(1) | Una secuencia es comparable con un capítulo de novela y en ella pueden unirse diferentes escenas, planos, tiempos y espacios para narrar una acción compleja. |
(2) | La secuencia de montaje es una técnica cinematográfica en la que se unen varias escenas cortas, con el fin de condensar acciones que, narradas de otra manera, tomaría mucho tiempo explicar. |
(3) | Una escena se describe en términos del lugar y momento en que trascurre una acción. La duración de la escena usualmente está marcada por la entrada y salida de los personajes de un espacio específico. |
(4) | El flashback, también conocido como «viaje al pasado», sirve para contar hechos que ya les han ocurrido a los personajes en algún momento de su vida (pasado reciente o lejano). |
(5) | Abreviatura de «interior», que da a entender que la escena ocurrirá en un espacio cerrado. Si la escena se desarrollara en exteriores, la abreviatura sería «EXT.». |
(6) | A doña Leonor, madre de Marina, la conocimos un año atrás cuando su hija resolvió el caso de Plata. En aquel entonces supimos que ’ña Leíto es una mujer de 77 años, cabello color vino acerezado y rostro arrugado; experta lectora de la baraja española, el tarot egipcio, las runas vikingas, el chocolate, el tabaco, las hojas de té, la palma de la mano y hasta el iris del ojo. |
(7) | Para algunos, Magnum Alberto, alias «Beto» o «Betico», es tan solo el desempleado y desubicado hijo de Marina. Para otros, este bronceado galán de barrio, de un metro con ochenta y siete centímetros de altura y predilección por las camisetas sin mangas en material de malla semitransparente, es un total enigma. Lo cierto es que su ayuda fue fundamental para que Marina resolviera el caso de Plata un año atrás. |
(8) | Sofía es una joven y bella secretaria que conoce todo y a todos los que se mueven en el ámbito político; estos nexos le resultaron muy convenientes para resolver el caso de Plata. Aunque no es tan inteligente como diligente, es buena amiga y ahora también es la nuera de Marina. |
(9) | Exfutbolista, exescolta, dos veces exesposo y exconductor del fallecido diputado Plata, cuya muerte resolvió Marina un año atrás, en la época en que también comenzaron su relación sentimental. Conoce y canta todas las letras de las emisoras de música romántica y aunque idolatra a Marina, su gran amor es Paloma, su hija. |
(10) | Anotación que indica que el flashback ha terminado y que los eventos narrados a continuación ocurren en el tiempo presente de los personajes. |
(11) | Una mezcla de tomates rojos cortados en cubitos pequeños y cebolla larga picada que se sofríe en aceite y que se agrega a huevos, patacones, sopas, fríjoles o a lo que se prefiera. |
(12) | Secretaria general de la Asamblea Departamental, mano derecha y fiel servidora de Pedro Cepeda, uno de los principales sospechosos en el caso de Plata. Zinerva, a quien también conocimos un año atrás, es una mujer atractiva, autoritaria y de fuerte carácter. Algunos la tachan de peligrosa y la consideran más poderosa que el mismo Cepeda. Es la jefa directa de Sofía. |
(13) | Asistente de la sala de prensa de la Asamblea Departamental de Antioquia y una de las causantes de que Marina se enredara en el caso de Plata. Es reconocida por sus reveladoras prendas de vestir y su tono de voz seductor. |
(14) | Expresión que deriva del verbo «mostrar» y que se aplica a mujeres que, gracias a su forma de vestir, dejan ver más escote y pierna de lo esperado. |
Fuente:
Villa Agudelo, Verónica. Marina y un caso en el aire. Editorial Universidad Pontificia Bolivariana, colección Policías y Bandidos, Medellín, 2018.