Presentación

Mapas literarios

Manuel Uribe Ángel

(1822-1904)

—20 de octubre de 2022—

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Ver grabación del evento:

YouTube.com/CasaMuseoOtraparte

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Juan Pablo García Correa (Medellín) es ingeniero forestal de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín. Comenzó a elaborar mapas en la universidad como parte de su formación académica, y tras el diseño de varios proyectos y de abundantes lecturas comprendió que en esos planos podrían acomodarse muchos escritos literarios e históricos. De esta manera se interesó por el doctor Manuel Uribe Ángel, quien además de ejercer la medicina dejó por escrito los relatos de sus viajes, textos que puestos sobre el mapa ayudan a comprender su vida como cronista. Surgió entonces el proyecto «Mapas literarios», cuyo primer resultado es «De Lima al Bajo Chocó 1849», interpretación cartográfica digital basada en el libro publicado en 2020 por la editorial de la Universidad CES.

Actividad programada en el marco de la celebración del bicentenario de Manuel Uribe Ángel (1822-1904).

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Mucho habrá que lidiar aún; acaso no estemos sino en una confusa aurora, cuyos posteriores rayos habrán de inundarnos con su luz; tal vez marchamos con pasos inseguros por la vía del progreso; quizás estemos más atrasados aun de lo que pensamos; puede ser que los pesimistas tengan razón cuando sostienen que la República no ha dado un paso en la carrera de sus adelantos, y cuando se quejan de los malos tiempos que les han tocado en lote, y de la miserable y oscura existencia a que han estados sujetos, por haber nacido en esta época del mundo y en este retirado y bárbaro rincón del globo. Yo no me quejo; antes bien doy rendidas gracias a la misericordia de Dios por haberme traído a la vida en este período magnífico, en que el pensamiento humano, como los gigantes de la fábula, ha desenvuelto su fuerza con soberana majestad. Yo he visto nacer las aplicaciones del vapor, el perfeccionamiento de la imprenta, el daguerrotipo, la fotografía, el telégrafo, la luz eléctrica, el fonógrafo, el cloroformo, etc., etc., y he asistido con mi humilde pensamiento al desarrollo maravilloso de la mecánica, a las multiplicadas invenciones de la industria, a la maravillosa extensión del comercio, al milagroso avance de la bella literatura, a la perfección de las bellas artes y a las santas evoluciones de la libertad de los pueblos. Con eso, aunque mal enumerado y apreciado sin bastante competencia, lo pienso, lo creo y lo siento; tengo lo bastante para quedar satisfecho con la suerte que me ha tocado sobre la tierra.

Manuel Uribe Ángel

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Imágenes tomadas de la
Agenda Cultural Alma Máter.

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Manuel Uribe Ángel
(1822-1904)

Por Dora Helena Tamayo Ortiz

En la Antioquia del siglo xix, el doctor Uribe Ángel cumplió un papel destacado y protagónico en los ámbitos políticos, científicos y culturales, tanto por su calidad de médico como por su reconocimiento intelectual y como hombre de bien. Fue fundador de instituciones importantes para el desarrollo educativo y científico de la región como la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, la Academia de Medicina, el Manicomio de Bermejal, el Museo de Antioquia, la Academia de Historia, el Ferrocarril de Antioquia; impulsador de periódicos, revistas y tertulias literarias; representante de la región a nivel nacional; hombre de ciencia con reconocida labor social, tareas todas que lo convirtieron en un ser querido por la población medellinense, tal como se pudo apreciar en sus exequias en las que los estamentos de la sociedad se manifestaron amplia y sentidamente.

Sus primeros estudios los adelantó en Envigado, su ciudad natal, los de medicina en Bogotá y los de especialización en París. Viajó por Norte y Sur América, además de Europa. Parte de estas experiencias las recogió en relatos de viajes y en un texto definitivo en el proceso del establecimiento del espacio americano: Geografía general del Estado de Antioquia en la República de Colombia (1885). Tanto este texto, como sus Recuerdos de un viaje de Medellín a Bogotá (1904), pertenecen a lo que se ha denominado etapa cartográfica de la literatura regional, en la que la descripción de la flora, la fauna, la geología propias y cercanas le brinda al escritor la posibilidad de nominar y apropiarse de la naturaleza americana como parte del compromiso intelectual de fundar la nación.

Los numerosos escritos de carácter literario de Uribe Ángel aparecieron, en un comienzo, en los periódicos antioqueños de orientación política liberal o conservadora que daban acogida a las escasas producciones artísticas de la provincia, pues solo a finales de los años 60 del siglo xix empiezan a circular las primeras publicaciones de carácter cultural. Además, en el período comprendido entre 1850 y 1870, con excepción de «Felipe» (1851) de Gregorio Gutiérrez González, «Mi compadre Facundo» (1855) de Emiro Kastos y «Un montañés» (1859) de Eliseo Arbeláez, y la poesía de Gutiérrez González y Epifanio Mejía, la creación literaria en Antioquia es casi nula.

El mismo doctor Uribe Ángel creó y dirigió el periódico liberal El Trabajo que circuló en los años de 1884 y 1889, en el cual aparece uno de sus relatos, «El Come-candela». Es precisamente en las dos décadas comprendidas entre los años 1880 y 1899, cuando surgen en Medellín varias revistas literarias, algunas de ellas asociadas con reconocidas tertulias, como la famosa dirigida por Carlos E. Restrepo, donde pueden encontrarse la mayor parte de las producciones literarias suyas que vieron la luz pública, pues algunas permanecieron inéditas por mucho tiempo. En las más reconocidas publicaciones de carácter cultural de este período tales como La Revista de Antioquia de 1876, Antioquia literaria, la primera antología del departamento de 1876, El Liceo Antioqueño de 1884, El Repertorio de 1896 y El Montañés de 1898, entre otras, figuran algunas colaboraciones del doctor Uribe Ángel.

La variedad de asuntos y personajes de su producción revelan a un intelectual interesado en la ciencia, en la descripción y asimilación rigurosas del paisaje de la región en el marco de la historia, condiciones necesarias para cimentar el progreso de la nación y, especialmente, en la creación de personajes como resultado de la reflexión sobre la condición humana, al repensar los héroes de la historia nacional como hombres del común y al otorgar dignidad a los seres más olvidados e ignorados de la sociedad. Por un lado, entonces, concede a los personajes de la historia nacional, como Bolívar, Nariño, Sucre, Páez o Córdova, sencillez, fragilidad y alegría, y, por otro, dignifica por medio de la picardía y de cierta destreza vital a los seres más desvalidos como Come-candela, Don Juan del Campo o Pedro Moncayo, protagonista este último del relato «Cuánto me costó la burra».

Pero el autor va más allá y crea cuentos en el sentido moderno del término. En «Los dos hermanos», la vida de Pablo y Carlos se estructura alrededor de temas como la guerra, la noción de progreso y su afectación en la vida de los hombres, las huellas de la infancia, la traición, el valor y la vivencia de situaciones límite de los personajes, que subrayan la dimensión trágica de la existencia.

Como ejemplo de la calidad literaria del médico escritor presentamos el relato «Cuánto me costó la burra», ambientado en la Medellín de fines del siglo xvii y protagonizado por un mendigo que encuentra salida a la burla irrespetuosa de sus vecinos echando mano del ingenio y el humor que lo caracterizan. Ante sus paisanos, Pedro Moncayo se impone y en el lector deja la memoria de un ser querible, digno e inolvidable.

Fuente:

Tamayo Ortiz, Dora Helena. «Manuel Uribe Ángel (1822-1904)». Editorial en: Agenda Cultural Alma Máter, Universidad de Antioquia, Medellín, n.º 302, octubre de 2022, pp. 1-2.

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