Presentación
Escribir en la niebla
14 poetas colombianos
—Junio 9 de 2016—
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Santiago Espinosa (Bogotá, 1985) es crítico y poeta. Licenciado en Literatura y Filosofía de la Universidad de los Andes, actualmente es profesor del Gimnasio Moderno de Bogotá, donde coordina su Escuela de Maestros. Poemas y ensayos suyos han aparecido en diversas publicaciones de su país y del exterior, y ha sido traducido al italiano, árabe, griego e inglés. Fue jefe de redacción del periódico La Hoja de Bogotá hasta su desaparición en 2008. Escribe habitualmente para La Opera de Colombia y el Museo de Arte Moderno de Bogotá. En 2010 publicó “Los ecos”, su primer libro de poemas. “Lo lejano”, su segundo libro, fue publicado en Ecuador por El Ángel Editor en junio de 2015, y en el mismo año la editorial Valparaíso de Granada, España, publicó su libro “Escribir en la niebla”, compilación de ensayos sobre 14 poetas colombianos.
Presentación del autor y su obra por
Samuel Vásquez y Luis Arturo Restrepo
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Gracias a su formación de literato y filósofo, así como por su labor de docente, Espinosa une con claridad la reflexión con la creación, el análisis con la intuición, sumando inteligencia y sensibilidad, astucia y audacia, logrando con otra mirada revelar el pasado para incorporarlo definitivamente al presente.
Cuando creímos que ya estaba dicho todo sobre Arturo, Giovanni Quessep, Mutis, Gaitán, entre otros, aparece esta nueva visión, fresca, renovada, más radial, sugerente y sugestiva, obligando a realizar una relectura de nuestra tradición, así como renovándola.
A toda generación le pedimos un gran poeta, un gran novelista, un gran cuentista, un gran cronista, un gran cineasta. Con este libro sabemos que Colombia tiene a un gran ensayista. Y lo mejor está por venir.
Ramón Cote
En la estimulante variedad formal del ensayo que se practica en América Latina, Escribir en la niebla merece un lugar especial por la sugestiva lectura de los catorce poetas colombianos a los que Santiago Espinosa revisó de manera cercana y precisa, para continuar un diálogo vital con sus predecesores. Tengo para mí que la poesía es una vida paralela, y el autor de este volumen asegura que los poetas tienen al menos dos vidas. A partir de una de ellas —el momento en que publican— emprende la ruta del lector paciente que supo aprender a leer sin desprecio. Cada ensayo lleva el nombre del poeta estudiado seguido de un lema que resume el empeño por desentrañar la tradición de sus propios entre famas, presencias, influencias o asimilaciones. Ensayos que abren la posibilidad de una lectura renovada, ejercicio indispensable que se debe asumir en cada tiempo. Este ensayo cumple el precepto de Eliot: cada generación debe volver a leer, traducir e interpretar a su tradición. En las reflexiones de Espinosa se vislumbra que el propio acto de leer es ya la recompensa; generosidad no desprovista de crítica que reconoce el prestigio a partir de la lectura de la inmensa y rica tradición de la poesía colombiana y su lugar en el ámbito latinoamericano.
Eduardo Langagne
México D. F.
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Santiago Espinosa
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Escribir en la Niebla
Prólogo
Por Santiago Espinosa
Todo libro es muchos libros. Creo que este comenzó en el 2009, cuando el periódico donde trabajaba se quebró por la crisis. Como casi todos en mi generación quería irme del país, había acabado un primer libro de poemas y tenía otros planes —“La vida está en otra parte”— pero antes tenía que graduarme de mis estudios o conseguir otro trabajo.
Había terminado una carrera pero nadie me contrataba sin títulos universitarios, en aquellos días las universidades pedían como requisito la libreta militar y yo no quería saber nada de militares, incluso sólo me permitieron sacarla por mi cuenta cuando cumplí los 25. Digamos que el presente se había roto y que llovía por todas partes. Fue entonces cuando empecé a escribir estas páginas como una excusa para no irme, buscar algo que hoy llamaría la conexión afectiva con un espacio.
Siempre he envidiado la posición de los pintores que antes de preparar los colores o enfrentarse al lienzo, lavan sus pinceles en una agua oscurísima, llena de todos los colores que allí han muerto. A falta de un mejor disolvente traté de encontrar en la prosa este ritual de limpieza. En cualquier caso se trataba de lavar la mirada. Aprender a leer sin desprecio, lo que no siempre se ha hecho con la poesía de mi país.
Aunque en algún momento se meditó una antología crítica nada tiene este libro de antológico a excepción de mi incapacidad. Hay poetas tan importantes como los que están aquí pero sobre los que no encontré nada nuevo que decir o al menos no en relación con lo que estaba viviendo. Otros sobre los que me hubiera gustado escribir, más recientes, pero frente a los que no tenía una distancia suficiente para hablar en perspectiva.
Acostumbrados a la velocidad y la simultaneidad, la inmediatez, una conversación con lo lejano es más necesaria que nunca, así sea para romper la burbuja. En esa distancia entre lo propio y lo disperso fueron escritos estos ensayos. Vidales y Arango, Aurelio Arturo y Gaitán Durán, cada uno de estos escritores asumió la poesía como una aventura del instante, quizás como la última de las aventuras. Me consuela pensar que estos regresos son otra manera de ahondar en el presente, continuar este diálogo hacia puertos desconocidos.
Los poetas tienen al menos dos vidas, la que comienza cuando publican y la otra, más anecdótica y secreta. El orden en que aparecen estos poetas atiende a la primera.
Agradezco la lectura generosa de Pedro Caballero y Robert Max Steenkist, Samuel Vásquez y Federico Díaz-Granados. A Santiago Mutis —este libro no se habría escrito sin mis conversaciones con él— y a Piedad Bonnett, en cuyas clases comencé a leer a estos poetas. En el momento de terminar este libro supe de la muerte de Carlos Vidales, donde quiera que se encuentre quisiera entregarle esta reunión de amigos. Les agradezco también a quienes me permitieron publicar estos escritos de manera individual: revistas La Otra, Círculo de Poesía, La Raíz Invertida y Hoja Blanca, a todas las personas que de algún modo me acompañaron con sus comentarios, y a Natalia.
Bogotá, noviembre de 2014
Fuente:
Espinosa, Santiago. Escribir en la niebla. Editorial Valparaíso, Granada, España, 2014.