Presentación
Envigadeñas
—30 de noviembre de 2021—
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Ver grabación del evento:
YouTube.com/CasaMuseoOtraparte
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Jaime Alberto Palacio Escobar (1958) es envigadeño raizal, licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad Pontificia Bolivariana, sede Medellín. Se ha desempeñado como ejecutivo en áreas de gestión humana en diversas compañías del país y es autor de los libros «Al final de cuentas, ¿qué hacemos en gestión humana?» (2008), «La paz laboral: costo o inversión» (2012) y «Envigadeñas» (2021). En Envigado es colaborador habitual del periódico Órbita y de la revista de música «La Vitrola».
Conversación del autor con la socióloga Argelia Londoño Vélez, la periodista Liliana Vásquez y Daniel Suárez de la Corporación Otraparte. Se proyectará además el video musical «Envigadeña», bolero compuesto por el maestro Carlos Vieco Ortiz en la década del cincuenta y reinterpretado recientemente por la soprano envigadeña Carolina Vélez Murcia con el acompañamiento al piano del bogotano Luis Andrés Castellano, ambos residentes en la ciudad de Colonia en Alemania.
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Un viaje por la memoria de distinguidas mujeres de Envigado, construido a través de un juicioso trabajo investigativo que dio sus frutos para permitir la narración poética de 50 historias entrelazadas y que se conjugan en los aportes públicos, sociales y culturales con los que han dejado huella.
El autor encontró la manera de mostrar por qué todos los pueblos del mundo deberían reconstruir la historia de aquellas a quienes la memoria no ha puesto en el lugar debido. Reivindicar el papel de la mujer, darle el reconocimiento que corresponde y contribuir así, desde la historia y hacia el futuro, a la continuidad de la construcción ciudadana, cultural y de identidad a la que ellas han sabido entregar invaluables aportes desde el ser y el quehacer.
Jaime, con su libro, nos permite sumar nuestra voz a una causa en la que desde Grupo BIOS creemos: la necesidad de abrir más y nuevos espacios para las mujeres y su visibilidad, y este libro recoge el legado de 50 envigadeñas, que aun en condiciones difíciles de oportunidades de género y entorno social, fueron capaces de hacer grandes contribuciones y dejar una huella imborrable.
Santiago Piedrahíta Montoya
Presidente Grupo BIOS
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Margarita Restrepo Gaviria
Ilustración © Daniel Gómez Henao
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Envigadeñas
Volver visibles
las no visibles
En la Monografía de Envigado, escrita por Don Sacramento Garcés Escobar, cuya tercera edición fue publicada en 1986 con el auspicio del Concejo Municipal, se hace un delicioso recorrido historiográfico en el que, a lo largo de los años, se destacan todos los acontecimientos configurados como ejes de desarrollo y modernización decisivos para el tránsito de un pueblo coloquial y recogido a una ciudad pujante y señorial.
Patrocinado por la Alcaldía y por el Concejo Municipal, los historiadores Vedher Sánchez y Julio Mejía publicaron, en 2002, una extensa historia en dos tomos intitulada: Envigado. Entre la montaña y el río. A lo largo de sus diferentes capítulos, se hacen semblanzas y reconocimientos explícitos a personajes del Municipio en sus actividades profesionales, sociales o por pertenecer con gran desempeño a entidades públicas, fundamentales para el funcionamiento de la administración y el gobierno de la Ciudad.
Con fecha de 2016, el Centro de Historia de Envigado publicó un texto denominado Semblanzas de los envigadeños más destacados. En él, se hacen reseñas biográficas de un importante grupo de ciudadanos nacidos en el Municipio; históricos unos, más recientes los otros, quienes, en distintas épocas, han sobresalido en diferentes disciplinas del conocimiento, llevando principios de actuación y formas de proceder propias de la identidad de un buen envigadeño a su actividad profesional. De resaltar en el compendio, las semblanzas de algunos ilustres que tuvieron amplia influencia en la construcción de la república; escritores cuyas plumas marcaron una ruta en la búsqueda de una identidad de pensamiento, artistas de la plástica con obras convertidas en trascendentales hitos en la historia de la pintura nacional; académicos de renombre, políticos con contribuciones valiosas para el desarrollo de la comunidad, intelectuales con posturas de pensamiento enriquecedoras, líderes de opinión y dirigentes cívicos entregados al servicio de los demás.
Desde hace casi dos décadas, la Alcaldía Municipal, en sus diferentes administraciones, le ha dado continuidad a un programa llamado Envigadeños Ejemplares, a través del cual se ha exaltado a diversos ciudadanos por sus destacados aportes a la ciencia, al deporte, a las artes, a la educación, a la salud, al emprendimiento, entre muchas otras actividades productivas y de servicio. En actos significativos, los alcaldes, la Administración y la comunidad, les han reconocido sus logros, y qué mejor manera de hacerlo que llamándolos «ejemplares».
Con frecuencia, en un periódico semanal sobre Envigado, publicado por el diario regional El Colombiano; en medios alternativos locales y en informes oficiales de rendición de cuentas, se pueden leer sobre los excelentes desempeños que deportistas de diferentes disciplinas del Municipio han tenido en competencias regionales, nacionales, y, últimamente, internacionales; es admirable ver como atletas nacidos en semilleros de BMX, patinaje, natación, fútbol, entre otros, han llegado a consolidarse como competidores de alto rendimiento. Lo más significativo de esto es que ellos, los ya reconocidos, se vuelven íconos para los que inician, en un proceso verdaderamente exponencial de hacer del deporte un maravilloso ejercicio del desarrollo humano.
Hace ya varios años, el periodista y escritor John Saldarriaga publicó El Arca de Noe, un hermoso texto de crónicas de ciudadanos locales aglutinados con una línea de comportamiento común: seres de la vida cotidiana, dedicados a diferentes artes u oficios, que, por la fuerza del tiempo, terminaron siendo reconocidos por toda la comunidad como unos personajes trabajadores con identidad propia, vitales, perseverantes en sus quehaceres y, sobre todo, dignos de mantener en la memoria viva. Personajes que hacen parte de un colectivo de habitantes del Municipio, nativos o por adopción, en quienes, sin llegar a ser históricos, destacados o ejemplares, todo el mundo se reconoce, justamente porque, en su largo vivir, han hecho de su tarea, su propia vida y eso es, propiamente, lo que es dignificante.
Además de todas estas actividades de reconocimiento e ilustración, es menester dedicarle unas líneas a un ejercicio significativo, que bien pudiera llamarse volver visibles a los no visibles.
A la par del camino trazado por los históricos de las gestas de los personajes destacados y de la bandera envigadeña enarbolada por los deportistas, hay que darle espacio a la tarea realizada por John Saldarriaga y por algunos medios alternativos, entre ellos Órbita, de dejar en la memoria viva de los habitantes de hoy, la trascendencia de muchos personajes que, a lo largo de los años, han pasado desapercibidos a pesar de sus vidas llenas de actuaciones y de ser ejemplos dignos de reconocer por siempre, con un espacio ganado en la huella histórica del Municipio, si no en la oficial, por lo menos en la tradición escrita de la literatura y el periodismo.
En ese devenir, pueden quedar por fuera de la memoria colectiva ciudadanos sin renombre ni mucha representación, aunque hayan tenido trabajos que, al mirarlos en el tiempo, fueron influyentes en la educación de la juventud, en el servicio a la comunidad, en la promoción de la sana convivencia y, en general, en el cultivo de costumbres propias de una ciudad sembrada en valores.
Con la venia de otros, nos vamos a concentrar en esas ciudadanas envigadeñas que, silenciosamente y sin esperar nada a cambio, lo han dado todo por una mejor ciudad y por otras comunidades, hasta donde ha llegado su influencia. Mi propósito es buscar a esas no visibles para que, a través de estas páginas, permanezcan como un recuerdo imperecedero en la conciencia colectiva de todo el Municipio.
En este marco de referenciación surgió la idea del proyecto editorial denominado Envigadeñas: ir a la historia oficial, a la no oficial, a la alternativa, a la cotidiana, a buscar esas ciudadanas en todas las épocas, e invocar a la palabra para hacer de la escritura un compendio de memoria. Al hacerlo, y con la lectura de todos los que se interesen en él, cobrará fuerza la vitalidad de un deseo, se visibilizará su potencia y aparecerán, con todos los méritos, los nuevos protagonismos en la evolución de Envigado.
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Ella abrió la puerta
Débora Arango abrió una puerta; al hacerlo, la mujer expuso su postura ante la vida, la valoración del cuerpo, su necesidad de encontrar otros lenguajes en la sociedad para comunicarse, la preeminencia de sus derechos en medio de una sociedad que los desconocía. El arte fue su universo; el lienzo, el óleo, el color y las formas fueron sus mejores herramientas para expresar su posición como ser en el mundo.
Esa puerta, una vez abierta, aguantó todas las diatribas y embates de un entorno que, si bien no la ignoró, la cuestionó hasta en sus más profundos ideales. Hoy, su obra sigue vigente; está ahí para el ejemplo a otras mujeres que, en diversas especialidades del conocimiento y en distintos oficios puestos al servicio de la comunidad, se han destacado por años con logros significativos y contribuciones meritorias para seguir la ruta trazada por ella de dignificación y reivindicación del ser.
Fuente:
Palacio Escobar, Jaime Alberto. Envigadeñas. Grupo Empresarial Bios, Envigado, 2021, pp. 17-23.