Ciclo de Conferencias
El mapa de los
objetos perdidos
Entre la pluma
y las plumas
Las alas y el vuelo
como objeto literario
—21 de julio de 2022—
Abraham y los tres ángeles
Giambattista Tiepolo
(1696-1770)
Museo del Prado
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Ver grabación del evento:
YouTube.com/CasaMuseoOtraparte
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La atracción por las alturas y el vuelo acompaña al hombre desde tiempos inmemoriales. Las alas como elemento para volar son para la cultura humana un sueño con lo sublime, y como tal es un signo para hablar de los límites entre lo humano y lo divino, entre lo divino y lo demoniaco. En la conferencia se partirá desde los casos paradigmáticos de Ícaro y Volund, un caso grecolatino y un caso pangermánico, donde los hombres especialmente habilidosos lograron el triunfo divino de crear alas. Luego se explorará la relación entre las alas y los atributos divinos y demoniacos, especialmente desde el libro de Isaías, donde vemos a Lucifer como aquel que cayó de su vuelo divino y las representaciones proféticas —y por tanto alegóricas— de diferentes jerarquías celestes con sus números variables de alas. Finalmente, desde las artes visuales se explorarán las representaciones de seres alados como los ángeles o los dioses sumerios y su relación con estos mismos seres en la lengua escrita, donde se omiten o no se mencionan sus características aladas.
El mapa de los objetos perdidos responde a una preocupación por el territorio hispanoamericano y las formas de construcción memorística en torno a elementos concretos de nuestra realidad. Por ejemplo, ¿qué nos contaría una victrola si le diésemos voz? ¿Hablaría bambuco, son cubano o quizá tango? Y ¿acaso estos lenguajes no contienen en sí una gran parte de lo que es Hispanoamérica? Al mirar una construcción cusqueña, cualquier paseante avisado notará que en la piedra comulgan la cultura inca y la española; el pasado y el presente unidos por el mestizaje en forma de muro. ¿Por qué no hablar entonces de las piedras y la historia de un pueblo? ¿Por qué no hablar de los ríos y la guerra, ya en nuestro contexto más cercano? Para establecer dichas relaciones empezaremos por caminar un sendero que nos es familiar y conocido: el de lo literario. El programa de Estudios Literarios debe cruzar a la otra orilla y explorar diferentes instancias con el fin de enriquecer su entramado discursivo y fortalecer la divulgación de los productos académicos, tanto del cuerpo docente como estudiantil.
Expositor:
David Ochoa Restrepo es licenciado en Filosofía y Letras y estudiante de último semestre de Estudios Literarios en la Universidad Pontificia Bolivariana. Trabaja de librero, le gustan la literatura y la mitología comparadas, los textos polvorientos y todo lo relacionado con las tradiciones literarias judaica, cristiana y germánica.
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Invita:
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Dédalo e Ícaro~ Publio Ovidio Nasón ~Dédalo entre tanto, por Creta y su largo exilio (Traducción de Ana Pérez Vega) |
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Isaías
~ Capítulo 6 ~
1 El año de la muerte del rey Ozías vi al Señor sentado en un trono excelso y elevado, y sus haldas llenaban el templo.
2 Unos serafines se mantenían erguidos por encima de él; cada uno tenía seis alas: con un par se cubrían la faz, con otro par se cubrían los pies, y con el otro par aleteaban,
3 y se gritaban el uno al otro: «Santo, santo, santo, Yahveh Sebaot: llena está toda la tierra de su gloria».
4 Se conmovieron los quicios y los dinteles a la voz de los que clamaban, y la Casa se llenó de humo.
5 Y dije: «¡Ay de mí, que estoy perdido, pues soy un hombre de labios impuros, y entre un pueblo de labios impuros habito: que al rey Yahveh Sebaot han visto mis ojos!».
6 Entonces voló hacia mí uno de los serafines con una brasa en la mano, que con las tenazas había tomado de sobre el altar,
7 y tocó mi boca y dijo: «He aquí que esto ha tocado tus labios: se ha retirado tu culpa, tu pecado está expiado».
8 Y percibí la voz del Señor que decía: «¿A quién enviaré? ¿Y quién irá de parte nuestra?». Dije: «Heme aquí: envíame».
9 Dijo: «Ve y di a ese pueblo: “Escuchad bien, pero no entendáis, ved bien, pero no comprendáis”».
10 Engorda el corazón de ese pueblo, hazle duro de oídos, y pégale los ojos, no sea que vea con sus ojos, y oiga con sus oídos, y entienda con su corazón, y se convierta y se le cure».
11 Yo dije: «¿Hasta dónde, Señor?». Dijo: «Hasta que se vacíen las ciudades y queden sin habitantes, las casas sin hombres, la campiña desolada,
12 y haya alejado Yahveh a las gentes, y cunda el abandono dentro del país.
13 Aun el décimo que quede en él volverá a ser devastado como la encina o el roble, en cuya tala queda un tocón: semilla santa será su tocón».