Presentación

Casa de las estrellas

El universo
contado por los niños

Junio 4 de 2009

"Casa de las estrellas" de Javier Naranjo Moreno

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Javier Naranjo Moreno (Medellín, 1956). Estudió antropología en la Universidad de Antioquia y tecnología agropecuaria, pero se ha dedicado exclusivamente a la docencia y a la extensión cultural. Ha publicado los libros de poesía “Orvalho” (Ojo Editorial, Medellín, 1990), “Silabario” (Universidad de Antioquia, 1994) y “Lugar de cuerpo ciego” (Universidad del Valle, 2006). Dirigió por nueve años la Casa de La Cultura de El Carmen de Viboral, ha sido docente en áreas afines a la creación literaria y tallerista en promoción de lectura y escritura creativa. De su trabajo con los niños surgió su libro “Casa de las estrellas” (Universidad de Antioquia, 1999; Editorial Alfaguara, 2005; Aguilar, 2009), que es una recopilación de expresiones infantiles casi siempre divertidas y muchas veces crueles, un diccionario sorprendente con más de 500 definiciones que transforman por completo el mundo de los adultos. Actualmente se desempeña como promotor de Fomento de la Lectura del Departamento de Bibliotecas de Comfenalco – Antioquia.

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Este trabajo surgió como un juego y quiere entregarse como juego. En diversos momentos, y a lo largo de varios años, invité a niños de primaria a dar el significado de algunas palabras, a que su propia mirada lo revelara.

Las palabras surgieron sin ninguna deliberación particular, salvo —quizás— el que fueran suscitativas. ¿Cuántas y cuáles lo son en el vértigo del lenguaje? En muchos casos los niños eligieron. Eligió su gusto o su rechazo. También, en algunos casos, la palabra despojada de sentido —sonoridad pura y ritmo— quiso, propuso buscarse. Con seguridad un plan de trabajo más definido, menos “aleatorio”, habría proporcionado resultados más “evidentes”, menos esquivos a la sistematización. Pero a todos nos gustó el juego con las reglas que él mismo impuso. Y las palabras sistematización, planeación, resultados y otras parecidas no entraban en él.

Del material obtenido se hizo una selección en la que se corrigió sólo la ortografía y en pocos casos, la puntuación. Respetamos la voz de los niños, sus titubeos, dislocación, su secreta arquitectura. Sus hallazgos en el milagro de revelar en lo enunciado. Respetamos su voluntad de olvido o profunda memoria. Sinceridad en la intención. Voz que sucede ajena a lo que quiere imponer lo sabido: el mundo gastado, rotulado con el pobre “ya conozco todo”.

Novedad (¿nueva edad?) de las primeras palabras. Alegres y frágiles, dolidas y extraviadas. Palabras pulsadas por la voz y la mano, para que el conocimiento las tome fielmente unidas a lo que describen. Sabiduría, imantación de la risa y el miedo. Ansiedad y deseo, razón y sentimiento.

Quisimos evitar las definiciones que se apropian por simple reflejo de lo oído. Miradas sabidas, truquitos, trampas del conocimiento. Falsas desnudeces que hablan de la pobreza del atuendo, por fingimiento.

Que la indiferencia de los niños con las palabras permita abrir la puerta al gozo que teníamos mientras jugábamos.

Javier Naranjo

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"Casa de las estrellas" de Javier Naranjo Moreno

Abrazo

Estimular amor.
Camila Vélez. 11 años

Agua

Es como si tuviera algo en la mano y como si no sintiera nada en la mano.
Alex Gustavo Palomeque. 7 años

Amor

Cuando uno quiere la gente, cuando uno no teme las cosas, cuando uno es feliz, cuando uno es querido con la gente y disfruta las cosas y juega de la vida y dice las cosas sin temer y juega mucho.
Valeria Mejía. 6 años

Anciano

Cuando a uno se le van los años.
Sandra Liliana Villa. 8 años

Beso

Dos en acercarse.
Camila Mejía Gónima. 7 años

Calor

Es una cosa que lo hace ver a uno hasta el diablo.
Juan Esteban Buitrago. 9 años

Cielo

Donde sale el día.
Duván Arnulfo Arango. 8 años

Cuerpo

Es de uno solitico.
Luis Fernando Ocampo. 10 años

Caminar, sufrir y mojar las matas.
Jhon Fredy Agudelo. 6 años

Es como una cosa que le anda a uno.
Andrés David Posada. 6 años

Yo.
Mateo Ceballos. 10 años

Sirve para sentirse.
Jhonny Alexander Arias. 8 años

Desplazado

Es cuando lo sacan del país para la calle.
Óscar Darío Ríos. 11 años

Dinero

Es el fruto del trabajo pero hay casos especiales.
Pepino Nates. 11 años

Dios

Es una persona muy fuerte, porque aguanta muchas cosas de todos los cristianos.
Edison Hidalgo. 12 años

Es el alma de nosotros, es como si fuera un viento.
Laura Escobar. 6 años

Distancia

La distancia es algo que nunca se puede unir.
Jorge Alejandro Zapata. 12 años

Alguien que se va de uno.
Juan Camilo Osorio. 8 años

Espacio

Lugar limitado entre dos objetos.
Natalia Giraldo. 11 años

Más allá o más cerca.
Juan Carlos Mejía. 11 años

Es como dejando diez renglones.
Alex Gustavo Palomeque. 7 años

Familia

Lugar donde hay mucha discusión y se quieren.
Alejandra Giraldo. 10 años

Guerra

Es estar la vida desordenada.
Sandra Eliana Ramírez. 8 años

Gente que se mata por un pedazo de tierra o de paz.
Juan Carlos Mejía. 11 años

Instante

Es redondo.
Edison Harvey Pérez. 8 años

Loco

Persona que se cree algo distinto a lo que es.
Juan Carlos Mejía. 11 años

Mente

Cosa que uno piensa a través de uno mismo.
Juan Camilo Osorio. 8 años

Misterio

Cuando mi mamá se fue y no me dijo adonde.
Gloria María Hidalgo. 10 años

Mujer

Humano que no se puede reparar.
Óscar Alarcón. 11 años

La mujer es muy buena para uno.
Jorge Humberto Henao. 10 años

Los hombres se enamoran de.
Sandra Patricia Rengifo. 11 años

Negocio

Juntar las bolas con otro.
Alejandro Tobón. 7 años

Niño

Damnificado de la violencia.
Jorge Villegas. 11 años

Responsable de la tarea.
Luisa María Alarcón. 8 años

Paz

Cuando uno se perdona.
Juan Camilo Hurtado. 8 años

Pensamiento

Estoy pensando.
Jonathan Ciro. 10 años

Presencia

Es cuando uno se va de viaje, y llega la presencia.
Blanca Yuli Henao. 10 años

Una muchacha presintiendo amor.
Julio César Giraldo. 7 años

Soledad

Tristeza que le da a uno a veces.
Iván Darío López. 10 años

Tranquilidad

Por ejemplo que el papá le diga que le va a pegar y que después le diga que ya no.
Blanca Yuli Henao. 10 años

Universo

Casa de las estrellas.
Carlos Gómez. 12 años

Vacío

Sin nadie adentro.
Mauricio Osorio. 7 años

Vida

Un corazón que tengo aquí adentro.
Paulina Uribe. 10 años

Fuente:

Naranjo, Javier. Casa de las estrellas. Distribuidora y Editora Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara S. A., Bogotá, primera edición en Colombia, marzo de 2009. Diseño de cubierta: Ana María Sánchez. Ilustraciones interiores y de cubierta: Juana Medina Rosas

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"Casa de las estrellas" de Javier Naranjo Moreno

Negocio:
“Juntar las bolas con otro”
Alejandro Tobón (7 años)

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El universo contado
por los niños

Ya se encuentra en el mercado la nueva edición —ampliada e ilustrada— de Casa de las estrellas, de Javier Naranjo, una antología de más de 500 definiciones de palabras como anciano, alegría, Dios, guerra, belleza, boca, borracho, poesía, sexo, violencia, entre muchas otras… Todas concedidas por niños.

Según el autor, este trabajo surgió como un juego y quiere entregarse como juego: “En diversos momentos, y a lo largo de varios años, invité a niños de primaria a dar el significado de algunas palabras, a que su propia mirada lo revelara. Las palabras surgieron sin ninguna deliberación particular, salvo —quizás— el que fueran suscitativas (…) En muchos casos los niños eligieron. Eligió su gusto o su rechazo. También, en algunos casos, la palabra despojada de sentido —sonoridad pura y ritmo— quiso, propuso buscarse”.

Naranjo explica que del material obtenido hizo una selección en la que corrigió sólo la ortografía y en pocos casos, la puntuación. “Respetamos la voz de los niños, sus titubeos, dislocación, su secreta arquitectura (…) Respetamos su voluntad de olvido o profunda memoria”, dice.

A propósito de la publicación de la nueva edición de Casa de las estrellas, el autor respondió a Aguilar las siguientes preguntas:

¿Cómo surgió la idea de hacer este trabajo?

Entre 1987 y 1991 trabajé de profesor en el colegio el Triángulo, en Rionegro, Antioquia. Allí daba clases de Fotografía, Granja y Creación Literaria, desde preescolar hasta undécimo grado. La Creación Literaria era una clase de lúdica alrededor de las palabras: replicábamos las propuestas de Gianni Rodari, inventábamos las nuestras, hacíamos adivinanzas, limericks, trabalenguas, lecturas diversas, narraciones, caligramas, cuentos incompletos, etcétera. Era una clase muy libre, sin parceladores, ni calificaciones y sobre todo sin la voluntad de establecer relaciones de poder, ni de ejercer una autoridad basada en una disciplina espartana. Yo pretendía que el orden de la clase lo consiguiera la seducción y el gozo con lo que hacíamos.

"Casa de las estrellas" de Javier Naranjo Moreno
Maestro:
“Es una persona que
no se cansa de copiar”
María José García (8 años)

Creo que era el año de 1989 ó 1990 y se iba a celebrar el día de los niños. En las clases de Creación Literaria se me ocurrió preguntar qué era un niño, algunos alumnos escribieron palabras que a mí me parecieron maravillosas. Johana Villa de ocho años escribió: “Para mí el niño es algo que no es perro. Es un humano que todos tenemos que apreciar”. Me encantó esa síntesis perfecta, la manera como las palabras se unían y me conmovió el reclamo que hizo. Me sorprendí de la poesía que poco a poco empecé a encontrar en las voces de los niños.

¿Cuánto tiempo invirtió en la recopilación de estas definiciones?

Duré recogiendo estas definiciones más o menos ocho años, desde las clases de Creación Literaria y a partir de una beca del Ministerio de Cultura que me concedieron en 1994 para continuar explorando conceptos de los niños en dos escuelas rurales de Rionegro: Chipre y Tres puertas.

¿Alguna definición que le pareció particularmente dolida o desesperanzadora, reflejo de nuestra realidad nacional?

Yo creo que las frases de todos los niños hablan claramente de lo que sienten y piensan, a veces en un lenguaje que nos puede parecer cifrado, porque en sus voces frescas las palabras se unen de una manera un poco ajena a nuestro modo “lógico” de construcción de conceptos, pero esto lo diría mejor un estudioso de la Psicología Evolutiva. Vivimos una realidad muy dura, que no sólo ha golpeado a los niños, sino que ha ignorado sus voces, sus dudas, miedos y deseos. En casos de violencia infantil (que sobreabundan) a los adultos nos piden que les creamos cuando los niños nos dicen algo. ¿Por qué pedirlo cuando esto debería ser lo natural en cualquier sana relación? La pregunta más bien podría ser: ¿Por qué no le cree a su hijo? Esta es una sociedad que menosprecia a sus niños, que asume que imaginación y mentira es lo mismo. Es una sociedad pragmática donde prevalece el imperio de lo útil sobre lo verdadero y lo hermoso, donde lo poético parece reservado a cierta nostalgia de lo perdido, a hacer elegías a reinas de belleza, himnos guerreros y frases para campañas de publicidad. Somos los adultos los que mentimos, los que ponemos palabras empobrecidas al servicio de nuestra avidez y nuestras mezquindades.

¿Alguna definición que lo haya conmovido especialmente?

La verdad es que todas me gustan, fue una selección hecha a lo largo de los años. Unas definiciones me hacen reír, otras me estremecen, no tengo palabras para decir lo que siento con muchas expresiones como la de Natalia Bueno de siete años que dice que iglesia “es donde uno va a perdonar a Dios”. Algunas definiciones me parecen cargadas de profundidad y poesía como cuando Catalina Taborda de siete años dice que sombra “son los movimientos de cada persona en la oscuridad”. O las definiciones que en evidente equívoco de intelección se cargan de revelación y fuerza expresiva como la definición de pareja que da Diego Alejandro Tabares de ocho años, él dice que pareja “es donde se meten los pájaros”, en mágica confusión con la palabra pajarera. Las definiciones dan cuenta de una rica gama de pensamientos y sensaciones de los niños, y evoca en nosotros una mayor riqueza para el sentido de las cosas.

¿Por qué hacer este trabajo con niños y no con personas del común?

No soy psicólogo, pero creo que en las respuestas de los niños aún hay frescura, sus palabras no sirven todavía a dobles motivos ni a torvos intereses personales. Los niños viven su tiempo de otro modo, hay entrega al juego, despropósito, abandono, ensueño, imaginación, ocupación del instante de manera más plena, contemplación del mundo: Poesía. Pero todo esto no niega el dolor ni los miedos que los llenan. Cuando aun no les hemos impuesto nuestra noción del mundo, son sinceros, sin dobleces ni hipocresía. Crueles desde su inocencia, amorosos pese al desdén que tenemos para con sus gestos y sus palabras.

Entre los niños a los que se les preguntó había hijos de campesinos, de desplazados y de muchos padres de diversa condición social. Los mayores ya tenemos muchas respuestas aprendidas, y al fin y al cabo a nosotros se nos ha escuchado mucho más. Hay periodistas y cronistas que han prestado oídos a las voces adultas y han hecho excelentes trabajos, dando voz a tantos seres expoliados y violentados por la guerra. Hay una mayor riqueza y una más amplia posibilidad de interpretación de nuestra realidad, cuando escuchamos toda una polifonía que incluya las voces “agudas” de los niños.

Colombiano, poeta y promotor de lectura, Javier Naranjo ha sido ponente en distintos eventos relacionados con el área de la literatura infantil y la promoción de la lectura y la escritura, así como docente y gestor cultural. Fue director de la Casa de la Cultura de El Carmen de Viboral, y ha estado vinculado con el Cerlalc como tutor en municipios de Antioquia y con France Libertés y otras instituciones, en proyectos de formación en lectura y escritura. Ha trabajado en escritura creativa con niños, labor de la que surgió el presente libro, que fue premiado con la beca de creación del Ministerio de Cultura de Colombia. Ha publicado libros de poemas, así como artículos en diversos diarios y revistas. Actualmente se desempeña como promotor de la lectura de Fomento de la Lectura del Departamento de Bibliotecas de Comfenalco Antioquia.

Editorial Aguilar

"Casa de las estrellas" de Javier Naranjo Moreno