Lectura y Conversación
Carlos Vásquez
—Abril 20 de 2006—
“Abrazo” de Egon Schiele
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Carlos Vásquez (Medellín, 1953). Poeta, ensayista, traductor y profesor universitario. Ha publicado (poesía): “El oscuro alimento” (Ediciones Bolsillo Roto, 1994), “Agua tu sed” (Editorial Universidad de Antioquia, 2001), “Desnúdame de mí” (Fondo Editorial Universidad Eafit, 2002), “Hilos de voz” (Editorial El tambor arlequín, 2004). Ensayos: “Eclipse de sol” (Sobre Bataille, Ediciones Bolsillo Roto, 1990), “El arte jovial” (La estética de Nietzsche, Editorial Universidad de Antioquia, 2000), “Método de dramatización” (Editorial Universidad de Antioquia, 2005). Actualmente es el director del Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia.
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Poemas de
Carlos Vásquez
De Hilos de vozdame tus dedos para seguir * * * a dónde me llevan * * * días de estar juntos |
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De Desnúdame de mí
El placer
De los brazos al cuello por los hombros. Lenta cintura que ciño hasta su centro. En el centro un ardor que el beso ahonda. Aguda inmensidad en que me anego.
No importa digo me guío por su mano. Me entrego al agua ociosa que le lleva. Hundo mi lengua en círculo indeciso. Amada axila le guardo en el aliento.
Van entrando los dedos uno a uno. Despiertan tiernamente los sentidos. Hay violencia callada si penetro. En la letra mortal en que le nombro.
Le sigo en el declive de su muslo. Abro la cavidad en donde tiembla. Arcilla muda se quiebra si le toco. Con la humedad callada de mi lengua.
Qué brevedad su piel tan fugitiva. La duración se borra en hondo fuego. Bajo más lo negro luminoso. El deseo se agolpa en la saliva.
Mientras duerme rodeo sigiloso. La sombra que se agita por sus cejas. En la sábana el sueño se insinúa. En quién goza pregunto desespero.
Sigo el cuerpo dormido por la curva. La desnudez en vilo se estremece. Un nombre brilla labios entreabiertos. La mano aparta el gozo al que no llego.
Nadie ha tocado el cuerpo inabarcable. Rudas manos pasaron sin saberlo. La belleza se guarda intacta esquiva. Es para mí no sé cómo tenerla.
El que duerme la vida guarda húmeda. Si despierta se oculta en el silencio. Una sal misteriosa trae el sueño. Que el beso aprueba y vela en la palabra.
Perplejos asistimos no hay fatiga. Nos dejamos llevar hasta el extremo. Mansos al fin sin pose horizontales. El deseo cumplido nos acepta.
Tendidos abrazados recobramos. El movimiento al día nos entrega. Componemos las formas tan sutiles. Que ocultan el amor en vanos gestos.
Muy rápido de nuevo el gozo intenta. La forma transparente en la que ardemos. Del corazón amante mensajero. Va por la muerte a solas sin testigo.
Una vez basta repite su mensaje. Dispensa el cuerpo al ansia lo que teme. La pequeña señal irresistible. Hermana del placer con el que juega.
Busco al que ha de llevar hasta su orilla. Con formas tiernas en dulces ademanes. El imposible ardor en que de nuevo. He de rodar sin que nadie me contenga.
El temor sabe eso de seguro. Pero el gozo rebasa su dictado. Me entrego a él ignoro lo que digo. Me ilumina el vivir cuando me lleva.
Fuente:
Comunicación personal.