Conversación
Arqueología literaria
del libro Viaje a pie (4)
El inicio de nuestro viaje
—10 de diciembre de 2024—
Fernando González y Benjamín Correa,
exjesuita y compañero de Viaje a pie.
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Ver grabación del evento:
YouTube.com/CasaMuseoOtraparte
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Jesús Antonio Camacho Pérez (antropólogo) en sus propias palabras: «Me ha gustado y he realizado en muchas oportunidades esa mezcla entre literatura – historia – geografía – caminería y etnografía en varias regiones de nuestro país y en algunos otros lugares de nuestras Américas. Pero lo aclaro: camino en muchos medios de transporte, con muy diversos equipamientos y a muy variadas velocidades. En las áreas académicas formales he tenido interés en las aplicaciones de la antropología biológica (física). Durante 15 años me desempeñé en los laboratorios morfo-funcionales del sistema del deporte colombiano en la evaluación del deportista y su capacitación. Metí mis narices y manos varias veces en la antropometría de los trabajadores colombianos. He sido docente de cátedra e investigador en universidades en temas relacionados con la medicina deportiva y la ergonomía. Por 16 años fui parte del grupo coordinador del programa “Lectura de ‘Viaje a pie’ desde el camino”, lo cual me permitió realizar entre 22 y 23 veces el recorrido de la primera de las ocho partes del trayecto (según mis cálculos) que hizo el maestro Fernando en compañía de don Benjamín Correa, un arriero y un fotógrafo. He hecho, como desobediente, según la recomendación de don Fernando, casi la totalidad de los 1.600 km del recorrido en segmentos y en diferentes tiempos. De esto hablaremos en la conversación en Otraparte».
Julio Hernán Calle Correa (Ituango, 1956) es tecnólogo en Educación Física Infantil del Politécnico Jaime Isaza Cadavid y licenciado en Educación Física, Recreación y Deporte de la Universidad Cooperativa de Colombia, con más de 35 años de experiencia en el ejercicio del senderismo. En sus propias palabras: «Hice mi práctica profesional en Medicina Deportiva de Coldeportes Antioquia, donde entre 1985 y 1990 fui coordinador del programa Campamentos Juveniles con cerca de 300 participantes cada año de los barrios de Medellín y de algunos municipios de Antioquia, guiando caminadas ecológicas; también fui cogestor del programa de Caminería para sus funcionarios y empleados, proyecto que más tarde se abrió a la comunidad. Luego pasé a Recobrando Caminos de Herradura, un puente entre la ciudad y el campo, en la misma entidad, con más de 110 caminadas ejecutadas, y desde 1996 hasta 2022 trabajé en el INDER de Medellín, donde antes de jubilarme coordiné el programa “De caminada por Medellín”».
Conversación en torno a los inicios de los invitados en la práctica de la caminería y al origen del proyecto «Lectura del “Viaje a pie” desde el camino».
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Entramos a despedirnos de parientes que veraneaban por allí, gente sedentaria que al vernos de viajeros a pie, nos miraban tristemente como a vesánicos. Ninguno de nuestros conciudadanos (si es que en Colombia aún tiene uno conciudadanos) podía comprender nuestros motivos. Para ellos, se camina cuando se va para la oficina, cuando se viene del mercado. No está aún en las posibilidades mentales de nuestro pueblo el comprender los fines interiores. Cuando nos ven hacer gimnasia nos miran con ojos espantados. Una de nuestras criadas huyó de la casa después de vernos hacer los movimientos de Ling, diciendo que no trabajaba en casa de locos. Encontramos en cada pueblo jovenzuelos montados en mulas orejonas que nos miraban como a seres extraños. En las posadas nos decían: «Pero, ¿vienen ustedes a pie?». La señora de la fonda «La Ciénaga» nos dijo que si su marido no hubiera estado allí para recibirnos, ella nos hubiera hospedado en el cuarto de los sospechosos. Todos nos repetían: «Yo, teniendo los veinticinco pesos que cuesta la mula, no me metería por aquí, a pie».
(Viaje a pie, 1929)
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Julio Hernán Calle
y Jesús Antonio Camacho
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La iglesia del Viaje a pie
~ Fragmento ~
Por Julio Hernán Calle Correa
Viaje a pie es un libro escrito por el abogado y filósofo envigadeño Fernando González Ochoa, vivenciado entre diciembre de 1928 y enero de 1929 por y entre los caminos que van de Medellín a Manizales, pasando por servidumbres que unen y circundan los territorios rurales de Envigado, El Retiro, La Ceja del Tambo, Abejorral, Sonsón (un desvío operativo por las dificultades de atravesar el río Arma), Aguadas, Pácora, Salamina, Aranzazu, Neira y Manizales. Luego lo continúa por otros lugares del centro-occidente del país en sus pueblos, valles, playas, montañas y etc.
Este periplo caminero provoca los ánimos entusiastas de varios seguidores del autor en mención, y en la Semana Santa de 2009 José Lubín Torres Orozco, Julio Hernán Calle Correa y Jesús Antonio Camacho Pérez, apasionados de oficio y excursionistas, se atreven, con otros más, a la aventura de investigar e inventariar el estado actual del dicho Viaje a pie.
Los gestores piensan en un proyecto que se acerque a la revisión de la obra de Fernando González, además del reto de caminar, y le llaman Travesía Literaria, que consiste en caminar, caminar y caminar, y conversar, conversar y conversar, y revisar en voz alta cada jornada caminera con los participantes y lugareños, socializando con ellos pensamientos y reflexiones escritas del autor, además de provocar entre los asistentes una «Tertulia Literaria» en cada jornada, con alguna intervención escrita o con fotografías, bien sea sobre el libro Viaje a pie o sobre sus propias sensibilidades estéticas o afectivas, generadas por las jornadas del día a día.
De las «Travesías Literarias» han surgido videos, poesías, versos, escritos personales en prosa, comentarios en voz alta, anécdotas e intervenciones de lugareños, reconocimientos públicos de haber desconocido al maestro hasta enfrentar su travesía y ahora, sobre todo, enfrentarse a la lectura casi fervorosa y entusiasta de la obra del Viaje a pie, antes, durante o después del contacto con el mismo, pero caminándolo y personalizándolo.
Surge entonces en cada tramo de la «Travesía Literaria del Viaje a pie» una legión de «predicadores» gonzalianos, en promedio 35 entre caminantes y coordinadores en cada una de las 16 versiones y 24 «viajes» en total hasta 2024, en los que a lo largo y ancho del territorio por donde se pasa somos abordados y nos inducen a alfabetizar, repartir dulces, plegables ilustrativos sobre el asunto a sacerdotes católicos, testigos de Jehová, alcaldes, directores de casas de la cultura, recepcionistas y trabajadores de hoteles, arrieros, trabajadores, agricultores, personal de restaurantes, conductores, grupos familiares, predicadores, jóvenes interesados, comerciantes que atienden el paso de los peregrinos viajeros que van y vienen de «tan lejanas tierras», y cuya bitácora de excursionistas es un librito que se llama Viaje a pie de un tal Fernando González Ochoa, y aún preguntan como en la narración del libro: «¡Y cuál es el motivo de ese viaje!».
Fuente:
Comunicación personal.
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