Uno, dos, tres
Dirigida por Billy Wilder
EE. UU., 1961 – 105 minutos
C. R. McNamara, un alto directivo de Coca-Cola destinado en Berlín Occidental durante la Guerra Fría, recibe el encargo de cuidar a la hija de 17 años del presidente de la compañía durante una de sus visitas. Cuando McNamara se entera de que Scarlett ha escapado para casarse con Otto Piffl, un exaltado joven comunista, y de que su jefe estará de vuelta en la ciudad en tan sólo 24 horas, no le queda más remedio que transformar al reacio revolucionario en un yerno digno. De lo contrario, ya puede despedirse de su ascenso. Pero, en menos de lo que se tarda en decir “uno, dos, tres”, sus planes se arruinan y provocan un incidente internacional capaz de enfadar a los rusos, a los alemanes y, lo que es peor, a su propia esposa, que ya está con la mosca detrás de la oreja. Pese a los años transcurridos y al ocaso de las ideologías, el humor que infundió Billy Wilder en esta comedia conserva hoy toda su vigencia. El filme no concede al espectador un solo momento de respiro.
* * *