Taris
Rey del agua
Dirigida por Jean Vigo
Francia, 1931 – 10 minutos
Jean Vigo recoge en este documental de apenas diez minutos una clase de natación con el gran campeón francés del momento, Jean Taris, de quien se logran imágenes preciosas como un homenaje al cuerpo humano. El cortometraje es absolutamente didáctico, de modo que explica diversos aspectos técnicos de la natación y sus modalidades: el crawl, la espalda, la braza, la respiración, el movimiento de brazos y piernas, etc. Como ocurre a menudo en Vigo, las imágenes están enriquecidas por un montaje vertiginoso y hermosos primeros planos. La fotografía de Kaufman es más que sobresaliente, sobre todo en las asombrosas escenas bajo el agua, una verdadera audacia para la época.
La carrera de Jean Vigo (1905-1934) como director fue una de las más breves de la historia. Sólo cuatro películas, cuyo tiempo total no sobrepasa los 200 minutos, constituyen su obra completa. Pero la importancia de su cine ha sobrepasado la indiferencia inicial, convirtiendo a su creador en uno de los directores más influyentes del siglo XX. Hijo de un famoso anarquista asesinado, Vigo se sobrepuso a la fatalidad en varias ocasiones durante su corta vida. Rodeado de poetas, escritores y luchadores sociales, el joven Vigo se inició en el cine con “A propósito de Niza” (1930), documental insólito por su descarnada visión crítica de la alta burguesía. Su segundo filme, “Taris” (1931), fue un cortometraje de encargo. Con “Cero en conducta” (1933) Vigo incursionó en el género de ficción, despertando la furia de la censura que prohibió su exhibición por trece años. Enfermo de tuberculosis crónica, Vigo filmó “L’Atalante” (1934) sin adivinar que sería su obra póstuma. Falleció a los 29 años, antes de verla estrenada. Sus películas permanecieron ignoradas hasta que los cineastas de la nueva ola las rescataron del olvido. A partir de entonces, su prestigio creció hasta convertirse en una de las figuras más atractivas del cine mundial. —Maximiliano Maza
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