El séptimo
continente
Dirigida por Michael Haneke
Austria, 1989 – 104 minutos
Michael Haneke parte de un hecho real, que leyó un día en la crónica de sucesos de un periódico. Y cuenta la historia de una familia, el matrimonio, su pequeña hija, los padres de él al fondo, a lo largo de tres jornadas en los años 1987, 1988 y 1989. Descritos de modo frío y aséptico, cada uno de los tres días arranca con el despertador que suena a las seis de la mañana, y con las cartas, dos de la madre, una del padre, escritas a los padres de él. Se suceden las anécdotas de una vida rutinaria, en una sociedad despersonalizada, presidida por túneles de lavado de automóvil, máquinas registradoras, teléfonos y automóviles, donde las caídas y nombramientos de jefes en puestos directivos no emocionan a casi nadie. La poderosa mirada de Haneke busca la objetividad desnuda, sugiriendo que una vida sin alicientes puede empujar a personas aparentemente equilibradas al desastre. De modo fragmentado, con interrupciones de varios segundos con la pantalla en negro e imágenes oníricas que evocan un mundo mejor, asistimos a la descomposición de una familia, donde las oraciones que la pequeña Eva aprendió de labios de su madre van a tener una triste respuesta afirmativa, precipitada por el hundimiento de sus padres (Decine21.com). Primera parte de la trilogía de Haneke sobre la violencia en la sociedad moderna (los otros dos filmes fueron “El video de Benny” y “71 fragmentos de una cronología del azar”).
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