Ciudadano Kane

Dirigida por Orson Welles
EE. UU., 1941 – 119 minutos

Un exitoso financiero estadounidense, Charles Foster Kane, dueño de una importante cadena de periódicos, de una red de emisoras, de dos sindicatos y de una inimaginable colección de obras de arte, muere a los 76 años de edad en su fabuloso castillo de estilo oriental, Xanadú. La palabra que pronuncia al morir es “Rosebud”. En la sala de proyección de una empresa de noticieros, un grupo de reporteros observa que la vida pública de Kane no contiene la respuesta a ese enigmático “Rosebud”. El periodista Jedediah Leland se dedica entonces a buscar la solución y, después de leer los detalles de la desdichada infancia de Kane, entrevista a cuatro figuras principales en la vida del magnate. Todos se prestan y algunos incluso ofrecen distintas versiones de los mismos acontecimientos, pero ninguno puede explicar la palabra “Rosebud”.

Como ningún otro acontecimiento, la aparición de Ciudadano Kane marca el comienzo de un nuevo período en la historia del arte cinematográfico. Varios son los elementos que fundamentan la notoriedad de la película. El más llamativo es el del rompimiento cronológico: seis veces cambia la perspectiva sobre el personaje principal. Lo que se muestra no es la vida del magnate de prensa, sino la huella que ha dejado en la opinión pública y en las vidas de cinco personas. La modernidad de Ciudadano Kane reside en que es la primera película que, conscientemente, emprende la tarea de representar el tiempo. En Ciudadano Kane, Orson Welles se alejó del procedimiento tradicional del montaje, que divide una secuencia en una serie de planos con diverso objeto y diversa distancia frente al mismo, y lo reemplazó por medio de una especie de “montaje dentro del cuadro”. Para ello se vale de la profundidad de campo fotográfica. Por medio de ella, los planos anteriores, medios y posteriores son igualmente nítidos y ello permite que toda una escena transcurra en un solo plano. Este procedimiento se implementa por medio de la iluminación y del objetivo gran angular, que hace visibles al mismo tiempo los pisos y los techos de los recintos.

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Orson Welles
(1915 – 1985)

Director, productor, guionista, actor, George Orson Welles fue el segundo hijo de un rico inventor y de una hermosa concertista de piano. Ya de niño demostró dotes excepcionales como poeta, pintor, caricaturista, actor, pianista y mago. Criado en Chicago, tuvo una educación informal en sus primeros años. En 1934 debutó en Broadway en Romeo y Julieta y se casó, por primera vez, a los 19 años. En ese año hizo su primer cortometraje y debutó en la radio. En 1937 formó con John Houseman el Mercury Theatre, que pronto se hizo famoso por sus novedosas y osadas producciones. Al año siguiente el Grupo emprendió una serie de dramatizaciones radiales, entre las cuales es un hito en la historia de la comunicación la de La Guerra de los Mundos, de Goerge Herbert Welles, que llenó de pánico a buena parte del país, convencido de haber sido invadido por los marcianos. Tal vez ninguna otra primera película ha causado un impacto tan grande como Ciudadano Kane, pero después de ella la RKO comenzó a restringir las libertades que le había garantizado a su creador. Su siguiente película fue montada por manos ajenas y un documental hecho en Brasil fue guardado en las bodegas y nunca exhibido. Este fue sólo el comienzo de una larga carrera de frustraciones como director y de una vida que tuvo que dedicar en gran parte a la actuación. Muchas de sus películas tuvieron que ser hechas con muy pocos recursos y varias de ellas quedaron inconclusas por razones muy complejas. Sin embargo, Welles y el paquete de obras que dejó como legado, son un capítulo esencial en la historia del cine.

Fuente:

“Historia del cine en cien películas”, por Luis Alberto Álvarez, Revista Kinetoscopio, en Banrep.gov.co.

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