Cero en conducta
Dirigida por Jean Vigo
Francia, 1933 – 42 minutos
Tras la muerte de su padre, el pequeño Jean estuvo internado por cuatro años en un colegio de Nîmes. La severidad tradicional del sistema escolar francés dejó una huella imborrable en el alma del joven poeta, de la cual nunca pudo liberarse. Jean Vigo retrata sus recuerdos infantiles por medio de la historia de cuatro estudiantes que, sujetos a un estricto régimen en su escuela, deciden rebelarse contra la institución. Filme prohibido en Francia por su presunto mensaje antipatriótico. François Truffaut solía decir que esta película era el más poderoso y auténtico retrato de la infancia jamás filmado.
La carrera de Jean Vigo (1905-1934) como director fue una de las más breves de la historia. Sólo cuatro películas, cuyo tiempo total no sobrepasa los 200 minutos, constituyen su obra completa. Pero la importancia de su cine ha sobrepasado la indiferencia inicial, convirtiendo a su creador en uno de los directores más influyentes del siglo XX. Hijo de un famoso anarquista asesinado, Vigo se sobrepuso a la fatalidad en varias ocasiones durante su corta vida. Rodeado de poetas, escritores y luchadores sociales, el joven Vigo se inició en el cine con “A propósito de Niza” (1930), documental insólito por su descarnada visión crítica de la alta burguesía. Su segundo filme, “Taris” (1931), fue un cortometraje de encargo. Con “Cero en conducta” (1933) Vigo incursionó en el género de ficción, despertando la furia de la censura que prohibió su exhibición por trece años. Enfermo de tuberculosis crónica, Vigo filmó “L’Atalante” (1934) sin adivinar que sería su obra póstuma. Falleció a los 29 años, antes de verla estrenada. Sus películas permanecieron ignoradas hasta que los cineastas de la nueva ola las rescataron del olvido. A partir de entonces, su prestigio creció hasta convertirse en una de las figuras más atractivas del cine mundial. —Maximiliano Maza
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