L’Atalante
Dirigida por Jean Vigo
Francia, 1934 – 85 minutos
Juliette y Jean acaban de casarse. Él, capitán del barco L´Atalante, debe partir inmediatamente después de la boda, por lo cual Juliette también emprende el viaje. Los acompañan el abuelo Jules, un viejo marinero y un jovencito, empleados del barco. Dada su experiencia, Jean no se deslumbra con las ciudades por las que pasan; en cambio Juliette, quien jamás salió de su pueblito en provincia, anhela conocerlas y no solamente apreciarlas desde la embarcación. Esta inquietud de Juliette es avivada por un músico ambulante. La chica decide entonces dejar el barco para dar un paseo nocturno por las calles de París, hecho que despierta los celos del ofendido Jean, quien toma la decisión apresurada de no esperar a Juliette y seguir con su recorrido. Con el nombre de la heroína de la mitología griega que desafiaba en carreras imposibles a los hombres que la pretendían, L´Atalante se puede resumir en una sola palabra: belleza.
La carrera de Jean Vigo (1905-1934) como director fue una de las más breves de la historia. Sólo cuatro películas, cuyo tiempo total no sobrepasa los 200 minutos, constituyen su obra completa. Pero la importancia de su cine ha sobrepasado la indiferencia inicial, convirtiendo a su creador en uno de los directores más influyentes del siglo XX. Hijo de un famoso anarquista asesinado, Vigo se sobrepuso a la fatalidad en varias ocasiones durante su corta vida. Rodeado de poetas, escritores y luchadores sociales, el joven Vigo se inició en el cine con “A propósito de Niza” (1930), documental insólito por su descarnada visión crítica de la alta burguesía. Su segundo filme, “Taris” (1931), fue un cortometraje de encargo. Con “Cero en conducta” (1933) Vigo incursionó en el género de ficción, despertando la furia de la censura que prohibió su exhibición por trece años. Enfermo de tuberculosis crónica, Vigo filmó “L’Atalante” (1934) sin adivinar que sería su obra póstuma. Falleció a los 29 años, antes de verla estrenada. Sus películas permanecieron ignoradas hasta que los cineastas de la nueva ola las rescataron del olvido. A partir de entonces, su prestigio creció hasta convertirse en una de las figuras más atractivas del cine mundial. —Maximiliano Maza
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