Amén
Dirigida por Constantin Costa-Gavras
Francia, 2002 – 130 minutos
Dos sistemas: por una parte, la maquinaria nazi…, y por otra, la diplomacia del Vaticano y de los Aliados. Pero dos hombres luchan desde adentro. El primero es Kurt Gerstein, químico y miembro de la SS que en la vida real se encargaba de suministrar el gas Ziklon B a los campos de la muerte. Pero eso, sin embargo, no le impide denunciar los crímenes, alertando a los Aliados, al Papa, a los alemanes y a sus iglesias, arriesgando su vida y la de su familia. El segundo, Ricardo Fontana, un joven jesuita, que representa a todos los sacerdotes que supieron oponerse a la barbarie, pagando muchas veces con su propia vida. Es un símbolo de todos esos religiosos, conocidos o desconocidos, que rechazaron el silencio impuesto por sus iglesias. ¿Pero en qué momento la ética supera a la prudencia? Kurt Gerstein sabía lo que estaba ocurriendo y quería que el mundo entero también lo supiera. La película pone en tela de juicio la indiferencia de todos aquellos que sabían lo que estaba pasando y decidieron callar.
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