Alice
Dirigida por Jan Svankmajer
República Checa, 1988 – 91 minutos
Uno de los maestros del cine de animación es el realizador checo Jan Svankmajer. Sus obras se caracterizan por la inmersión de los personajes en un ambiente simbólico original y a veces altamente surrealista. Su largometraje “Alice”, basado en “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll, es una mezcla de animación tridimensional o stop-motion con imágenes reales. No podríamos comparar este film con el de Walt Disney. Aquí el personaje principal, encarnado por una niña, se transforma repetidas veces en una muñeca, el conejito blanco es un animal embalsamado, vestido y animado, los demás personajes son marionetas y la reina de corazones y pajes están representados por naipes verdaderos y animados cuadro a cuadro. El resultado es un ambiente de fascinantes dimensiones. Milos Forman definió al trabajo de Jan Svankmajer como la suma de Disney + Buñuel…
Este gran animador checo también dirigió otro largometraje, “Faust”, basado en el famoso mito de Fausto, alcanzando espacios mágicos y perturbadores por medio de la mezcla de imágenes reales con animación. Sin embargo, sus obras más premiadas son la trilogía “Diálogo”, un conjunto de tres cortometrajes animados en stop-motion, el primero realizado con objetos como libros, lámparas, brochas, lápices, agujas, frutas, y los siguientes, en animación de plastilinas. Estos filmes tratan de la falta de comunicación en la pareja y en la sociedad. Figuraron en varios festivales de cine de animación, obteniendo algunos primeros premios a principios de la década de 1990, especialmente en el Festival Internacional del Cine de Animación de Annecy, Francia, evento cumbre que reune todos los años a los más virtuosos creadores de este arte. —Vivienne Barry – Escaner.cl
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Pregunta: Hay muy pocos artistas o cineastas que hayan sabido construir un discurso propio a través del universo de los objetos. Usted ha trabajado con la animación de objetos; e incluso en una de sus obras, Zánik domu Usheru (La caída de la casa Usher), los objetos funcionan como personajes mediante un elaboradísimo efecto de desplazamiento metonímico. ¿Cuál es su relación con los objetos en la vida cotidiana? ¿Y cuál es su idea sobre la posición del objeto en el mundo del arte?
Respuesta: Los objetos de la vida cotidiana están esclavizados por completo por esta civilización pragmática, privada de la esencia mágica y desclasizada hasta funciones meramente utilitarias. Eso lo provoca por un lado el declive generalizado de la civilización, pero también la pérdida de fuerza espiritual y la discontinuidad de la tradición esotérica, y por otro la pérdida de la dimensión táctil de los objetos. La mayoría de los objetos de uso cotidiano se fabrican de tal forma que durante su proceso de producción nunca llegan a ser tocados por manos humanas. Las máquinas las producen en cantidades industriales. Luego, los objetos llegan al mercado del consumidor en un estado completamente estéril, sin ningún tipo de impronta emocional. Al igual que los viejos herméticos, creo que hay dos tipos de objetos: los que están vivos y los que no lo están. (Los alquimistas hablaban de sulfuro vivo o sal viva, en oposición a los compuestos químicamente “puros”.)
Los objetos que no están vivos son precisamente los que están fabricados por máquinas. En contraste, los objetos vivos son los que crea la gente, los que tienen una impronta emocional: objetos en los que la gente ha dejado un rastro de sus sentimientos, ansiedades y alegrías. Objetos que han sido testigos de diversos acontecimientos emocionales. Los objetos lo guardan todo en su interior. Y en ciertas circunstancias, pueden manifestar esas emociones. Yo colecciono esos objetos vivos, me rodeo de ellos, los toco, les escucho y, por encima de todo, les atribuyo los papeles más importantes de mis películas. Es decir, construyo objetos “libres”. —Divxclasico.com
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