Boletín n.º 195
18 de mayo de 2022

Día Internacional
de los Museos

El poder de los museos

Y la mesa antañona
de Carlos E. Restrepo

Carlos E. Restrepo (1867-1937)

Carlos E. Restrepo
(1867-1937)

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El Comité Consultivo del Consejo Internacional de Museos (ICOM) propone cada año un tema que los museos puedan difundir para valorizar su posición en el seno de la sociedad. El de 2022 es «El poder de los museos», esos «lugares incomparables de descubrimiento que nos enseñan sobre nuestro pasado y abren nuestras mentes a nuevas ideas, dos pasos esenciales para construir un futuro mejor».

Específicamente, según el ICOM, los museos tienen la posibilidad de provocar cambios positivos en sus comunidades mediante la sostenibilidad, la innovación en la digitalización y la accesibilidad y la construcción de la comunidad a través de la educación.

Al celebrar el vigésimo aniversario de la Corporación Otraparte, creada el 10 de abril de 2002, es satisfactorio ver cómo hemos avanzado en estos tres temas fundamentales en los que diariamente nos esforzamos para lograr la sostenibilidad de la Casa Museo Otraparte y su proyección social-cultural-educativa en diversos medios físicos y virtuales.

Así, la Corporación Otraparte se une a la celebración del Día Internacional de los Museos (18 de mayo) compartiendo con sus amigos diversos textos, imágenes y contenido multimedia que ilustran cada uno de los «tres lentes» que propone el ICOM para explorar los retos de los museos en la actualidad.

Aunque cabe aclarar que nada está terminado, que estos «arbolitos» apenas están germinando y que el vigésimo aniversario de la Corporación Otraparte solamente señala el comienzo de un camino que esperamos sea recorrido en el futuro por muchos otros compañeros y visitantes y amigos de Otraparte.

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Afiche oficial del Día Internacional de los Museos 2022

Día Internacional de los Museos 2022
Icom.museum

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El poder de lograr
la sostenibilidad

«Los museos son socios estratégicos en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Como actores clave en sus comunidades locales, contribuyen a una gran variedad de Objetivos, entre los que se incluyen el fomento de la economía social y de circuito corto y la difusión de información científica sobre los retos medioambientales» (ICOM).

Según nuestro más reciente Informe de gestión, «al cierre de 2021 la Corporación generó 46 empleos directos y alrededor de 24 indirectos gracias a los diversos proyectos que administra». Además «logró avanzar en la estructuración de las unidades de gestión Casa Museo Otraparte, El Café de Otraparte, Proyectos Estratégicos y las nacientes Tienda-Librería y La Huerta del Alemán».

La sostenibilidad nunca ha sido fácil, y tal vez nunca lo será, pero es posible lograrla por medio de la creación de emprendimientos y alianzas con entidades públicas y privadas en proyectos que siembren alegría, según la invitación de Fernando González, para poner «el capital al servicio de la cultura», o sea «el cultivo del pueblo». Hace veinte años, uno de nuestros mayores logros fue comprar una hermosa greca de cobre para ofrecerles café a los visitantes en la banca del corredor de la Casa Museo. No imaginábamos en ese entonces que el futuro proyecto de El Café de Otraparte se convertiría en uno de los pilares esenciales para el sostenimiento de la corporación soñada por Fernando y Simón, los hijos menores de Fernando González y Margarita Restrepo.

Cartas y logo de El Café de Otraparte

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El poder de la innovación
en la digitalización y
la accesibilidad

«Los museos se han convertido en terrenos de juego innovadores donde se pueden desarrollar nuevas tecnologías y aplicarlas a la vida cotidiana. La innovación digital puede hacer que los museos sean más accesibles y atractivos, ayudando al público a entender conceptos complejos y matizados» (ICOM).

Desde la reapertura de la Casa Museo Otraparte en 2002 nos hemos esmerado en ofrecerle al público interesado información relevante sobre Fernando González (libros, imágenes, videos, audios) y la agenda cultural por medio del sitio web Otraparte.org y el boletín electrónico. Años más tarde se dio el auge de las redes sociales y hoy contamos con miles de seguidores en Facebook, Twitter, Instagram, Flickr y YouTube.

Así hemos ido avanzando poco a poco en la oferta de información digital. En 2021, por ejemplo, tradujimos al inglés el folleto «De la rebeldía al éxtasis» y los textos de la exposición permanente «El viaje a la Presencia». Ambos documentos, «From Rebelliousness to Ecstasy» y «The Journey to the Presence», están disponibles en formato pdf en la sección Casa Museo Otraparte de Otraparte.org. Así mismo, se grabaron audioguías en español y en inglés que pueden ser consultadas por los visitantes mediante la lectura de un código qr.

Se destacan además el proyecto Voces de Otraparte, las exposiciones virtuales en Google Arte & Cultura, la serie animada «El universo de Fernando González» y Gonzaloarango.com, sitio web de la Corporación dedicado al fundador del movimiento nadaísta.

Audioguía y folletos en inglés de la Casa Museo Otraparte

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El poder de la construcción
de la comunidad a través
de la educación

«Con sus colecciones y programas, los museos enhebran un tejido social que es esencial en la construcción de comunidades. Al defender valores democráticos y ofrecer oportunidades de aprendizaje a todos, contribuyen a conformar una sociedad civil informada y comprometida» (ICOM).

«Los museos son los depositarios de la sabiduría humana, y por lo tanto deben estar al servicio de la búsqueda del bien común, la cual es precisamente la definición de política», se lee en nuestro Boletín n.º 188, en el que además nos referimos al proyecto de formación ciudadana «El Derecho a No Obedecer» y publicamos algunos textos relacionados con el pensamiento político solidario de Fernando González.

Por otro lado, en el Boletín n.° 183 recordábamos que «Otraparte no es solamente la casa de Fernando González, es también la casa de Margarita, Álvaro, Ramiro, Pilar, Nano y Simón, la de sus amigos y la de todos los “seres de Otraparte” que desde 1941 aman este espacio y lo han convertido en parte entrañable de sus vidas y afectos. Además de la propia voz de Fernando González y las de algunos de esos jóvenes que lo visitaban a finales de los años cincuenta y comienzos de los sesenta, rescatadas de videos o viejos casetes, desde hace 18 años la Corporación preserva las voces de quienes se sientan en el antiguo escritorio del presidente Carlos E. Restrepo a compartir su palabra con los asistentes a las presentaciones de autores, libros y conferencias».

Y es precisamente ese importantísimo y simbólico objeto museal el que queremos destacar hoy: «el antiguo escritorio del presidente Carlos E. Restrepo», el padre de doña Margarita Restrepo y el abuelo de Simón González Restrepo, reconocido líder y gobernante de las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina en las últimas décadas del siglo xx, y para ello nos apoyamos en las palabras del escritor Juan Gabriel Vásquez, tomadas de una de sus columnas en el periódico El País de España:

Las coordenadas de esta historia son colombianas, pero uno las puede usar sin esfuerzo para iluminar el pasado de muchos otros países. En 1902 había terminado la Guerra de los Mil Días, la más cruenta de las nueve guerras civiles en que nos habíamos enfrascado los colombianos desde la independencia, y en su estela quedaban 100.000 muertos, un país enfrentado sin remedio y una economía en pedazos.

Ocho años más tarde, con las heridas de la guerra todavía abiertas, asumió la presidencia del país un hombre que llamaré exótico por no encontrar mejor palabra. Se llamaba Carlos Eugenio Restrepo. Era conservador, como los ganadores de la guerra, pero dijo que su cargo no le permitía actuar como miembro de un solo partido; era nacido en Antioquia, pero dijo que en la presidencia no sería más que colombiano; y era católico, pero como jefe civil del Estado, anunció, sería el «guardián de las creencias, cualesquiera que sean, de todos los colombianos». Su programa de Gobierno era, sencillamente, la implantación de la tolerancia para desactivar las emociones que durante años habían alimentado la guerra: lo que llamó, en palabras memorables, «los viejos y queridos odios».

Cuatro años después, Carlos E. Restrepo entregó pacíficamente la presidencia. No hizo nada de lo que le hubiera permitido la tradición: no trató de perpetuarse en el poder, no modificó la ley para permitirse otro periodo, no encarceló a sus opositores ni los envió al exilio. Sus críticos lo acusaron de haber hecho un Gobierno incoloro, con lo cual querían decir que no había teñido el país con el azul o el rojo de los dos partidos enemigos, y él respondió al final de su mandato con estas palabras: «Si ningún partido ha encontrado en mí el fiel intérprete de sus odios, de sus amores o de sus intereses, es porque he presidido un Gobierno colombiano. Al ser presidente de cualquier facción me hubiera ganado el sufragio incondicional de medio país; pero el otro medio, y sobre todo mi conciencia, me hubieran negado el suyo». En agosto, este hombre exótico dejó la presidencia. Habían pasado apenas dos meses cuando el general Rafael Uribe Uribe, veterano de la Guerra de los Mil Días, modelo del coronel Aureliano Buendía de García Márquez y senador liberal que había comenzado a hablar de traer a Colombia el socialismo europeo, fue asesinado a golpes de hachuela en pleno centro de Bogotá. Los viejos y queridos odios habían regresado.

El antiguo mueble fue heredado por la familia González Restrepo en 1937, año del fallecimiento del presidente Restrepo. Con el tiempo fue preservado por Fernando hijo hasta sus últimos días y después de su muerte regresó a la Casa Museo tras la creación de la Corporación Otraparte en 2002. Ese momento fue descrito por Ernesto Ochoa Moreno, fernandólogo, periodista y cofundador de la entidad, en su columna «La vieja mesa y la ceiba niña»:

De pronto, en Otraparte, revivieron las presencias. Ahí estaba, regresando del pasado, la mesa antañona del comedor de Fernando González Ochoa, que había sido de su suegro, el presidente Carlos E. Restrepo, y en la que el escritor apaciguaba, en torno a su esposa Margarita y sus hijos, las fatigas de su viaje y de sus búsquedas. Y ahí, al lado, tímida y silenciosa, una ceiba envigadeña, plantada en un matero, a la que habían traído cargada en brazos como a una niña. Las dos presencias, convertidas en cruce de caminos de un largo viaje que venía de antes, y de un viaje que apenas comienza, se convirtieron en un símbolo de la Corporación Fernando González – Otraparte, cuya junta directiva, con la presencia de Simón González Restrepo, se reunió el pasado jueves en la casa del maestro.

Pocos años antes, durante la grabación del documental Estanislao Zuleta, biografía de un pensador, Fernando hijo se había referido a la mesa como el lugar de reunión de su padre y el —en ese entonces— joven lector Estanislao Zuleta Velásquez (1935–1990):

Luego vuelvo a ubicarlo entrando aquí a Otraparte, venía los sábados por la tarde en camión de escalera de esa época, se bajaba aquí y siempre traía libros bajo el brazo, era de caminar lento, entraba y cuando se le decía a mi papá: «Vino Estanislao», gozaba mucho, y entonces se sentaban ahí en una mesa que había pertenecido a Carlos E. Restrepo, que era el padre de mi madre, era de un cedro viejo. Esa mesa la menciono porque fue el lugar de reunión de mi padre con sus amigos y hay en ella cierto cordón umbilical de todo lo que ha pasado en esta casa. A Estanislao lo recuerdo sentado en un ángulo del extremo y mi papá en la cabecera. Él sacaba los libros que traía y comenzaba a comentar con mi papá, que si los había leído, que tal cosa, intercambiaban libros y había una relación, diría uno, casi fraterna, era más bien una comunión.

«Cordón umbilical» y «comunión»: hermosas expresiones que describen el poder de los museos para unir pasado, presente y futuro en la incesante búsqueda de la humanidad por el sentido de sí misma y de su lugar en el universo.

¿De qué nos hablaría hoy la mesa de Carlos E. Restrepo si recordara su pasado? ¿Su primera vida como árbol? ¿Las diestras manos que la tallaron? ¿La Guerra de los Mil Días? ¿El impulso republicano de Carlos E. Restrepo? ¿Las tensiones políticas de las que fue testigo? ¿Las conversaciones en familia de Fernando, Margarita y los hijos? ¿La visita de Thornton Wilder? ¿Las lecturas del joven Estanislao Zuleta? ¿El nadaísmo de Gonzalo Arango y sus amigos? ¿Las inquietudes artísticas y literarias de Rosa Girasol, María Helena Uribe y Marta Traba? ¿Las meriendas con Alberto Aguirre, Félix Ángel Vallejo y Óscar Hernández? ¿Los amigos bohemios de Nano? ¿La primera Junta de la Corporación Otraparte? ¿La poesía de Piedad Bonnett y William Ospina? ¿Las conferencias de Lucía González Duque, Nicanor Restrepo Santamaría, Beatriz Restrepo Gallego o Carlos Gaviria Díaz? ¿La risa del padre Alberto Restrepo? ¿Los talleres literarios? ¿Las miles de actividades realizadas en su regazo durante los últimos veinte años…?

La mesa de Carlos E. Restrepo en la Casa Museo Otraparte - Foto © Cristóbal Mesa

La mesa de Carlos E. Restrepo
Foto © Cristóbal Mesa

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Murió Carlosé el 6 de julio de 1937, a las 3 y 20 de la mañana. Hacía fresco; lloviznaba; muy limpio: ni se orinó, ni se babeó, ni hizo gestos ni movimientos. Quedó muy buen mozo. Cuando llegué del balcón en donde acompañaba a Margarita, respiraba por la boca espaciadamente. Respiraría unas diez veces. No se supo cuándo terminó. No se estiró. Nada. Un cadáver que no daba la sensación de podredumbre. Es porque era flaco y no tenía remordimientos. Porque su esencia era no contradecirse; por eso careció en absoluto de la noción de remordimiento; compartía con Dios la propiedad de no dudar. Tenía en todos sus actos eso de la verdad desnuda: ¿inocencia o limpieza…? Jamás lo vimos dudar o retroceder. ¿Quién le oyó censurarse o quejarse?

Mi terror es porque él era mi bordón. Siempre me sentí inferior ante él, dominado por él, muy vil ante él. Este cadáver no puede ser opinado. Carlosé fue centro en el hogar, en las reuniones, en la patria, en su casa, en casa, en su alma y en mi alma. Y, cosa rara, que su cadáver sigue emanando seguridad, ¡como la verdad desnuda!

Fernando González

(Revista Antioquia n.° 9, 1937)

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Pasado, presente y futuro en la mesa del presidente Carlos E. Restrepo en la Casa Museo Otraparte

Pasado, presente y futuro en la mesa del presidente Carlos Eugenio Restrepo en la Casa Museo Otraparte.