Presentación

La noche de su abismo

—10 de mayo de 2022—

Portada del libro «La noche de su abismo» de Gabriel Arturo Castro

* * *

Ver grabación del evento:

YouTube.com/CasaMuseoOtraparte

* * *

Gabriel Arturo Castro Morales (Bogotá, 1962) es antropólogo, docente, escritor y tallerista de creación literaria, ganador de los Premios Nacionales de Poesía Aurelio Arturo (1990), Ciro Mendía (2006) y Porfirio Barba Jacob (2009). Ha publicado «Libro de alquimia y soledad», «Alquimia de la media luna», «Tras los versos de Job», «Ceniza inconclusa, ensayos breves sobre arte y literatura», «Pequeño mito del bosque», «Entre el mundo del lenguaje y la memoria, siete ensayos literarios alrededor de la poesía de Héctor Rojas Herazo», «Extravíos, comentarios bibliográficos de ida y vuelta», «Día antes del tiempo», «La urdimbre, el hilo oculto», «La caza invisible», «La resurrección de la imagen» (ensayos), «Palabra, raíz hundida» y «El blando murmullo».

Presentación del autor y su obra
por María Helena Giraldo
y Pedro Arturo Estrada.

* * *

Logo Editorial Domingo Atrasado

* * *

La obra literaria de Gabriel Arturo Castro es sólida, desde su poesía hasta sus ensayos. No simula ni parafrasea intentos, por el contrario, busca y se preocupa por la palabra que atiende a una experiencia y una voluntad reveladora, lugar donde la interrogación se antepone a la certeza. Trece libros publicados corroboran esta labor incesante por más de treinta años de lectura y escritura. Su voz es la del mito que se ocupa de lo esencial; arte poética que recupera los ecos de un bosque remoto, el murmullo de criaturas, la mirada de la salamandra y el conjuro palpitante del chamán, a la par de un tono vertiginoso por la existencia.

Slevh Pozel

*

No puedo trazar una frontera en el carácter orgánico que trama la obra poética y ensayística de Gabriel Arturo Castro. Esto debido a la condición integral de su voz creativa y crítica, poco común en el panorama de nuestra literatura, que encarna una búsqueda estética y de pensamiento, orientada a explorar el mundo, las cosas y la vida misma, bajo una intuición profunda y honesta, con decidido arrojo y algo de temeridad, arraigada en el carácter de la condición humana. Sin despojar al asombro de su manto más esencial, uno de sus logros consiste en no revelar ningún misterio, sino ahondar en él.

Felipe García Quintero

* * *

Gabriel Arturo Castro

Gabriel Arturo Castro

* * *

Dos poemas y un ensayo
de Gabriel Arturo Castro

Rumor de cobre

A lo lejos hay un sonido flotante:
una voz dolida que enumera las cosas
y trajina el pasado,
la voz lastimera, aguda y ronca,
víscera y rumor de cobre,
crujido de un árbol,
de un rostro que puebla el suelo de pizarra,
la línea del tiempo y el círculo de espera.

A veces saco la música de su cajita de muerto
e invento una canción.

* * *

Niño de aguas profundas

Nací en los tiempos inaugurales, fuente de agua y de sangre.

Un siglo después el blando murmullo hace las veces de memoria:

No quemen la cal, no rayen las paredes, el cielo se derrite rodando por tu dorso.

Pequeño siglo, pedazos de cuerpo en la tierra, languidez por encima del sueño, tiempo húmedo de la cicatriz.

La lenta y larga invasión de la sangre derrama aves, aves de madera y de aluminio.

Despejo mi memoria y escucho el fuego a mí alrededor. Otra vez tengo un cuerpo descubierto bajo el pie, señal de sombra humana.

He inventado un rostro, un ojo, un camino, la cigüeña vieja y el zapato de piedra.

Desde el interior se escucha mi voz, en el fruto se ve el niño de aguas profundas. Existe el hijo a pesar de la espalda del padre.

* * *

El árbol de Rilke

El inspirado siempre está al acecho de las voces misteriosas, propias y ajenas, y actúa cuando el deseo hunde sus raíces en lo más insondable del ser. Dicha «locura» es el inicio, tan sólo el comienzo del misterio de la creación poética, una especie de «bendición» que relaciona al poeta con lo trascendente, la intuición, la sugestión, el entusiasmo, el éxtasis y el don, pero no en detrimento, luego, del saber adquirido, la experiencia, el trabajo y la labor paciente del arte. Lo poético inicia con la percepción distinta, la otra visión, la estética y la imaginación personal. El impulso, aliento y poder creador nacen de un gesto interior, dura contemplación y acción al unísono, principio y medio del movimiento, del verbo.

Enseguida interviene el quehacer del arte, el dominio del oficio, ejercicio, técnica y procedimientos expresivos a través de los cuales el individuo se manifiesta. El arte es también acontecimiento, ceremonial vivido y recreación, potencia real, lenguaje de las formas, rico y elocuente, conjetura y evocación, certeza y vestigio, es decir, articulación y enunciación coherente de lo insólito de la imagen, su mundo viviente, sus destellos de piedra sorprendente y raíz liberada, como la fuerza fundante generadora del árbol de Rilke, «el que difunde, en orbes de verdor, una redondez conquistada sobre los accidentes de la forma y la movilidad»; el Árbol que tal vez piensa por dentro.

Fuente:

Castro Morales, Gabriel Arturo. La noche de su abismo. Editorial Domingo Atrasado, colección Respirando el verano, Bogotá, 2022.