El maestro de escuela

Por John Saldarriaga

En abril se cumplieron 80 años de la primera edición de El maestro de escuela, de Fernando González, por editorial ABC de Bogotá.

Quisiera equivocarme al considerar que el país literario no ha valorado en su real dimensión a este autor ni esta obra. En su momento, porque él incomodaba con ideas de autenticidad y rebeldía a la sociedad mojigata. Hoy, porque sigue incomodando a una sociedad que ha retrocedido en ideas de libertad y se torna conservadora para resolver asuntos colectivos e individuales.

Adelantada para su tiempo, la de González es una literatura posmoderna. Más que en experimentos con el lenguaje, propios de la narrativa moderna, como la de Joyce, se ocupa en convertir temas en personajes principales.

Sus novelas y, claro, la ochentona que destacamos, corresponden a una especie de subgénero que podríamos llamar «novela tesis». En ellas, él plantea teorías, las argumenta como en los ensayos, y las ejemplifica mediante escenas en las que intervienen personajes. En El maestro de escuela expone ideas sobre frustración, fracaso, desilusión y pide a Manjarrés y a doña Josefa que le provean de claridad. Estos, como socorristas, le lanzan la cuerda de los ejemplos y consiguen sacarlo de las honduras teóricas en que se mete.

Podrían decirme que la novela ha bebido especialmente de la historia y la filosofía y, por consiguiente, siempre manifiesta un pensamiento; así, lo de González no sería original. Les respondería: por supuesto, pero él es uno de los autores que mejor ha conseguido fusionar novela y ensayo, e hizo de esto un estilo.

Fuente:

Saldarriaga, John. «El maestro de escuela». Diario ADN, columna «Río de letras», miércoles 5 de mayo de 2021.