“Doscientos cincuenta
metros sobre el río Guacaica”.
Fuimos heroicos cuando niños al vencer la repugnancia para coger un sapo; fuimos heroicos, también, cuando conversamos durante media hora con aquel político; pero éramos más héroes cuando íbamos metidos en una jaula de alambre, a doscientos cincuenta metros sobre el río Guacaica. Todo era pequeño, pequeños los yarumos y los hombres de allá abajo. […] No había carbón, como en los ferrocarriles; teníamos miedo. Por el alambre paralelo venían a nuestro encuentro otras jaulas repletas de otros héroes. Colgados allí, altos, nos pareció que era una posición propia para hablar de Colombia y de la castidad.
Fernando González