Fernando González con su
nieto Rafael Ángel González.
La originalidad de González, no radica, como se ha creído, en su ingeniosidad verbal, ni en su lenguaje duro, ni en su capacidad humorística o hiperbólica, ni en su desmedida capacidad de enfrentamiento con los símbolos institucionales, sino en su concepción o vivencia, más exactamente, y en su capacidad de expresión de un mundo nuevo y una filosofía nueva bloqueada ante los problemas filosóficos, más allá de la ilustración y de la Modernidad.
Alberto Restrepo González