Fernando González
Su vida entera es un poema, aunque carezca de rima y la muerte haya interrumpido su desarrollo universal. Poesía su rostro de niño, asombrado ante todo y atento al crecimiento de las plantas y los amaneceres. Poesía su andar, su lenta y sabia manera de hacer sus pasos y sus viajes a través de sí mismo y de sus semejantes. Poesía la nieve que coronaba su cabeza. Poesía su bastón, el cual sentía la mano de su dueño como el ala de un pájaro, y poesía su sordera de los últimos años, que no era sordera sino una pausa del oído, que estaba fatigado del escándalo circundante y quería cernir la música del mundo.
Carlos Castro Saavedra