Otraparte,
escuelita de solitarios

Por Ernesto Ochoa Moreno

Diez años está cumpliendo la Corporación Fernando González – Otraparte, que orienta y dirige la Casa Museo Fernando González y mantiene viva la presencia del escritor antioqueño en la que fuera su morada en Envigado.

¿Por qué —sería la pregunta— no solamente sobrevivió y se ha consolidado, convertida en un lugar que irradia cultura, la casa finca del maestro, que estuvo amenazada con ser derruida por un alcalde de Envigado y languideció por años en el extraño limbo en que se deshacen tantas joyas culturales en nuestro medio?

Más que las peripecias de esa supervivencia es importante destacar lo que, a mi juicio, es el sentido con que la Corporación Otraparte ha querido ser fiel al legado de pensamiento y a la propuesta de vida que dejó Fernando González. Lo dijo su hijo Simón González Restrepo, por los días de abril de 2002, en que se constituyó la corporación: “Mi padre, quien soñaba con Otraparte como una escuelita de solitarios, decía que sólo cuando uno se siente solo, vive y tiene fuerzas para dar”. Y añadía: “Eso queremos que pase en la Corporación Fernando González – Otraparte. Que sea una vacuna, algo que construya, que a ella vengan los niños y sientan que están solos y tienen que conquistar el mundo y las ideas y la vida, que es lo que Dios nos dio”.

Escuelita de solitarios. “Tengo ganas de fundar escuelas en donde disciplinemos la juventud…” (Cartas a Estanislao). “Montemos una escuelita en donde se agrande la conciencia” (Arengas políticas). “La escuelita que vamos a fundar… será amorosa, fina metódica y astuta…” (Ib.). “Queremos una escuela en la que el hombre es sujeto de engrandecimiento, no saco de libros; queremos hacer hombres que den choques y no exijan adhesión incondicional; hacer maestros que escriban con el fin de embellecer cada vez más a la tierra…” (Nociones de izquierdismo). “El objeto de la escuela es hacer vivir al hombre dentro de la virtud o la verdad” (Ib.).

Otraparte, con sus incontables actividades culturales y su nutrida oferta para los visitantes, como el café, la librería, las proyecciones cinematográficas, la presentaciones de libros, las conferencias y muchas otras sugestivas propuestas, ha buscado ser la “escuelita de solitarios”, que soñó González.

Y es para los visitantes que quieren estar a la sombra del maestro, un desafío de silencios compartidos, de soledades preñadas de amores o de furias, un encuentro de amistades solitarias y solidarias. Una convocatoria para solitarios. “No tendré admiradores, porque creo solitarios. No tendré discípulos, porque creo solitarios; no me tendré sino a mí mismo. Yo no atraigo, arrojo a cada lector y persona en brazos de sí mismos. No puedo ser pastor, amado, jefe, maestro. Soy el cantor de la soberbia y la sinceridad…” (El remordimiento).

Otraparte está viva, latente y latiendo, ladrando, de gozo y de sufrimientos, de dicha o de rabia, como “el perro que es el dueño de la casa” ( el “cave canem seu domus dominum”), que mandó a forjar él en bronce a la entrada de esta casa, donde habitó, padeció y murió el filósofo (“no se dirá murió, sino lo recibió el Silencio”); está viva, digo, porque, como lo dije por eso días en que nació la Corporación, “más que un recuerdo o un sitio histórico, Otraparte es un templo vivo que convoca al silencio, a la reflexión, a la búsqueda de la autenticidad que predicó el filósofo y de la que sigue estando huérfana Colombia”.

Y añadía: “Nada en Otraparte puede ser cerrado, acabado, sino que tiene que ser germinal. Pura semilla. El comienzo del viaje. De un viaje abierto a la vida, a la verdad, a la autenticidad, en un trabajo que, como él mismo dice, deber ser de adentro hacia fuera. ‘Hay que trabajar por dentro. De dentro para afuera… Es la cultura. Ayudando a digerir los pleitos, o procesos o karmas. Eso es ser maestro de escuela y padre espiritual… Y en Colombia no hay. ¡Una escuelita y un cura de almas, González!’”.

La Corporación Otraparte fue constituida el 10 de abril de 2002, al cumplirse el primer aniversario de la muerte de Fernando González Restrepo, hijo del maestro y último habitante de Otraparte, cuya historia completa, escrita por Javier Henao Hidrón, puede leerse en la página de Internet www.otraparte.org de Gustavo Restrepo Villa, quien es el director de la Corporación desde su creación. Junto con Sergio Restrepo, con las diversas juntas directivas y con los colaboradores que los apoyan, han forjado ellos día a día, a lo largo de estos diez años, lo que hoy es Otraparte. A ellos, al municipio de Envigado, a los herederos de Fernando González, en cabeza de Lucas González Flórez, y a los miles de visitantes y simpatizantes que se acogen a la sombra de esa gran ceiba envigadeña que es el maestro Fernando González, demos expresar agradecimientos sinceros. Ha habido incomprensiones, carencias, incertidumbres, errores, falencias. También alegrías y satisfacciones sin número. Todo queda atrás. Lo que sigue es el futuro. Y ese futuro es el gran Parque Cultural Otraparte, que será orgullo de Envigado y de Antioquia.

Fuente:

Suplemento Generación de El Colombiano, domingo 22 de abril de 2012.