Y soplaron vientos conciliadores
Por Fabio Andrés Gómez
Hace algunos días, se presentó un desacuerdo entre la Administración Municipal y la Corporación Otraparte, el cual tuvo eco de carácter nacional y hasta internacional. A continuación, una radiografía sensata de lo sucedido.
“Nada odiaremos sino al odio; quizá odiaremos, pero nada más que durante media hora, pues ¡qué pereza odiar durante días, meses y años…”, así nos reclamaba e invitaba a vivir en el amor el Maestro Fernando González en su escrito No se enojen, que los amamos. Y continuaba diciendo más adelante: “El amor mide la agilidad. Con nadie reñiremos ni discutiremos, porque no nos queda tiempo sino para el amor. Ningún duelo aceptaremos sino éste que estamos librando con la muerte…”.
Mucho se habló, escribió y polemizó en días pasados, mucha agua (o mala leche) corrió bajo los puentes de la intolerancia y con tintes de escándalo gracias a inexplicables intenciones de algunos columnistas (o de-formadores de opinión), pero la verdad sea dicha, todo fue superado y no hubo ni vencedores ni vencidos. Escribió Diego Aristizábal en El Colombiano: “Otraparte apoya a la Alcaldía y la Alcaldía apoya a Otraparte, fue la conclusión a pesar de todo”. Compartiendo esta afirmación, debo resumir sin tergiversaciones y conociendo de primera mano todo el proceso de esta coyuntura, lo sucedido entre la Casa Museo Otraparte y la Alcaldía.
El año pasado, la Administración Municipal acordó la firma de un convenio cultural para el 2009 por valor de 150 millones de pesos para el funcionamiento y proyección de la Casa Museo Otraparte. Éste a su vez fue aprobado por el Concejo Municipal, pero dadas las circunstancias y aprietos financieros en los que se encuentra el municipio en este 2009, se decide bajar esa cifra del convenio a 69 millones de pesos, lo cual no fue una persecución como se atrevieron a decir algunos periodistas, sino que en general la Alcaldía tuvo que hacer un recorte del presupuesto para todos sus gastos e inversiones sociales y públicas, incluyendo sus Secretarías, Entes Descentralizados y entidades como la Casa Museo que reciben recursos importantes; en este sentido Sergio Restrepo, Director Cultural de la corporación, deja constancia: “El acuerdo finalmente es mutuo y nos beneficia a todos, pues no llegaremos a la cifra que habíamos planificado desde el año pasado, pero concientes de la crisis que tiene el municipio en el tema fiscal llegamos a 100 millones para que el municipio pueda empezar a afrontar su crisis económica, es un granito de arena chiquito pero significativo”, resaltó Restrepo. Con este ánimo conciliador y de trabajar por el mismo objetivo que no es otro que el bienestar de Envigado, el Alcalde municipal José Diego Gallo resaltó: “Por las vías de la conciliación, de la expresión, del diálogo nos comunicamos y nos pusimos de acuerdo, no teníamos todo lo que ellos habían planificado pero aumentamos y ellos se bajaron, entonces llegamos a un punto intermedio entre las partes, lo cual es una prueba de que por medio del diálogo y la negociación se pueden lograr muchas cosas”.
Como dije antes, acá ganamos todos, por una lado la Corporación Otraparte sabe que cuenta con una patrimonio invaluable y es la solidaridad de los factores culturales, Red Nacional de Museos, Patrimonio Nacional, Red Departamental, todas las entidades culturales del Valle de Aburrá, así como escritores, intelectuales, estudiantes y personas del común, quienes se solidarizaron casi que a una sola voz con la Casa Museo. También sale fortalecida la Alcaldía en nombre de la ciudad, pues se evidenció una vez más la importancia de esa columna vertebral ancestral envigadeña llamada cultura, y su relevancia en términos de inversión pública, pues la rentabilidad que deja ésta es incalculable, ya que cada peso que se invierta en cultura son muchos pesos que se dejan de gastar en hospitales, pie de fuerza, control ciudadano, etcétera. Y finalmente, quienes más nos beneficiamos con esta salida pacífica somos los ciudadanos, pues para quienes no sabían, la importancia de Envigado a nivel nacional e internacional gracias al Maestro Fernando González es inmensa. Sus escritos y enseñanzas son valorados en múltiples ciudades colombianas y allende las fronteras patrias, pues no conocen a ese Envigado que retumba macabramente en los medios nacionales como la mal llamada oficina, sino que lo reconocen como aquella tierra grata y fecunda que parió a Débora y a Fernando.
A manera de conclusión: estar en la Casa Museo es estar en Envigado, pues no podría decirse que se estuvo en Otraparte desconociendo que pisó tierras envigadeñas, sería como decir que se visitó el museo Guggenheim en el barrio Manhattan sin pisar Nueva York; por eso, la gran valía de aquellos visitantes ilustres que han pasado por la Corporación como: el premio Nobel de literatura Wole Soyinka, así como Belisario Betancur Cuartas, Carlos Sorín, Eduardo Escobar, Emir Kusturica, Germán Castro Caycedo, Héctor Abad Faciolince, Jaime Restrepo Cuartas, Jochen Plötz, Jotamario Arbeláez, Juan Manuel Roca, Juan Padrón, Peter Schultze-Kraft, Piero, Valerie Hemingway, Víctor Gaviria, William Ospina, y otros tantos, quienes han honrado esta tierra con su presencia y se han llevado el nombre de nuestro municipio Envigado en su memoria. Pero la invitación también es a la inversa, si usted viene a esta tierra de morcilla y gente buena, no deje de pasar por la Casa y por el Café del Mago de Otraparte.
Fuente:
Periódico Órbita, Edición Número 106, julio de 2009, páginas 8 y 9.