Escultura en bronce de Fernando
González por Jorge Alberto Marín R.
La lectura de Salomé nos refresca tanto como el paso del viento entre los árboles. Y qué voz tan hermosa y potente. Es como si hablara un río después de haber atravesado muchos valles, secretas y oscuras corrientes. (…) La poética de Fernando González es compleja y delicada, sutil en todas sus raíces, profunda y múltiple.
Lucía Estrada