Con su Música a Otraparte
Sesión Videodj
Sólo Swing
—3 de noviembre de 2012—
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Selección de videos
El Café de Otraparte
Entrada Libre
Coordina:
Manel Dalmau
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1929 fue el año de una profunda crisis económica. Estalló en Wall Street y se regó como una mancha oscura de aceite en todos los mercados del mundo.
Aquellos locos años veinte habían traído vanguardias artísticas en Europa y nuevos ritmos musicales en ciudades norteamericanas como New York, Kansas y New Orleans. El Cotton Club neoyorquino se convirtió en la catedral del swing cuando este estilo empezaba a perfilarse como un ritmo caliente y ágil en Estados Unidos, sello de identidad de una época marcada por la ley seca, los crímenes de los gánsteres y las mujeres fatales del cine hollywoodiense.
El jazz estaba siendo colonizado por los nuevos talentos blancos, mientras New Orleans insistía con su sonido dixie arrebatador y en New York comenzaban a surgir nuevas Big Bands que aceleraron la melodía hasta convertirla en lascivamente bailable. Desde París, capital europea del swing, Django Reinhart a la guitarra y Stephan Grapelli con su violín introdujeron este ritmo en los cafés y las tabernas de los barrios pobres.
El swing estalló durante los años treinta y las ciudades de New York y Kansas rivalizaban por reinar a golpe de fiestas, alcohol clandestino y este ritmo anunciando el fin de los tiempos.
Duke Ellington y Count Basie coronaron con sus Big Bands el sabor de la Gran Manzana, en tanto Benny Goodman y su elástico clarinete transformaban el panorama jazzístico, que ya no era exclusivo de los afroamericanos.
El swing ha formado parte de grandes acontecimientos en nuestra historia. Surgió con la rabia colectiva que padeció una crisis y sobrevivió hasta el día de hoy, disfrazándose bajo la piel de otros géneros cercanos al rock.
Sólo swing.
Ver “Sing, Sing, Sing” de
The Benny Goodman Orchestra
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