Con su Música a Otraparte
Sesión Videodj
Habitación 11
Music Sessions
La batalla del
rock progresivo
—Julio 26 de 2014—
Óscar David Henao / Manel Dalmau
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Selección de videos
Casa Museo Otraparte
Entrada Libre
Coordina:
Manel Dalmau
Invitado:
Óscar David Henao
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El universo sonoro del rock se abrió las venas durante los sesenta. El género musical más popular escapaba de su sonido tradicional, y de su vientre creativo comenzaron a nacer otros caminos. Subgéneros como el rock psicodélico, que aliñó la atmósfera rockera con instrumentos no occidentales y fraseos rítmicos arriesgados para el oído tradicional, provocaron que artistas llegados de otros caminos como el jazz o la música clásica se integraran al rock.
Fue en el Reino Unido, durante esos sesenta cargados de creatividad desatada, donde se comenzó a hablar de una música moderna emparentada con el rock, pero que no sonaba como tal: eran canciones con largas introducciones de órgano, guitarras atmosféricas vestidas con la compañía de saxofones, clarinetes y otros metales, letras que hablaban de viajes sin retorno y, lo más novedoso, canciones de larga duración que escapaban del corsé que imponían los dj de las emisoras de radio más mediáticas y los productores de grandes sellos discográficos, al obligar a sus artistas a componer temas que no superaran los tres minutos.
Se comenzó a hablar de rock sinfónico; Bach mezclado con guitarras eléctricas; se experimentaba con los primeros sonidos electrónicos desde Alemania. En Francia y en Italia captaron el mensaje sonoro inmediatamente y comenzaron a nacer bandas que jugaban a ser dioses con el rock progresivo. La moda se expandió y nacieron los primeros grupos que convirtieron este subgénero musical en obra maestra.
Con la llegada de los setenta todo el mundo hacía rock progresivo, y el agotamiento creativo culminó a principios de los ochenta. Desde entonces, su influencia ha tocado otros subgéneros, como el metal progresivo, e incluso el pop se ha adueñado del paisaje sideral que ofrecieron los que se habían atrevido treinta años antes.
Meterse con el Progresivo no es fácil. Se le ha tachado de género musical para intelectuales o para pirados mentales, para viajeros de sonidos o para arquitectos de la melodía, pero, eso sí, no es apto para el público en general. Los nuevos melómanos no suelen tener la paciencia como para aguantar una docena de temas, cada uno de más de 15 minutos de duración.
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Ver “Codex”
de Radiohead
Ver “High Hopes”
de Pink Floyd
Ver “Goliath”
de The Mars Volta
Ver “Pull Me Under”
de Dream Theater
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Jethro Tull
Rush