Lectura y Conversación
Aymer Zuluaga
—Abril 6 de 2006—
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“Nací en Medellín, Colombia, el día veintidós de la Luna Entonada, cuando el año sesenta y siete se engullía a noviembre. Integré durante un septenio el grupo experimental de teatro mientras estudiaba Sistemas y fundaba sorpresas y ternuras. Aprendí luego a juntar cifras en la carrera de Estadística, en tanto me divertía como junta-letras y picateclas. Producto de la persistencia logré que publicaran mis obras en revistas literarias de aquí y de allá. Cumplí el capricho de mis amigos al llevar algunos de mis escritos a letras de molde, para matizar de naranja el decorado de sus bibliotecas. Mezcla de suerte y talento, en proporciones que no vienen al caso, llegaron algunos premios que dieron de comer a mi vanidad, la cual se tornó golosa y la llevaron presa. Pretendo ahora apoderarme de mi alma, mientras va mi péndulo oscilante entre poeta y soñador. Mi termómetro fluctúa con los grados propios de quien busca su voz y su lugar”.
Publicaciones y premios: “Tríptico de un junta-letras profesional” (cuentos, 2003), “Este lado arriba” (cuentos), “Cuentos Interruptus” (poemas), “La viga en mi ojo” (columnas de opinión). Primer lugar “Premio Nacional de Poesía” (Universidad Metropolitana de Barranquilla, 2005), Ganador de la convocatoria “Toma la palabra” (Casa Domecq, 2001), Finalista en el X Premio de Cuento Carmen Báez (México, 2003), Finalista Concurso “Historias Mágicas y Verdaderas” (Aldeas Infantiles SOS, España, 2005), Finalista “Concurso Literario Jorge Isaacs” (Museo Cementerio de San Pedro, Medellín, 2005), Segunda Mención “Cuento de Humor del cono sur de América” (Editorial Despeñadero, Argentina, 2005), Finalista en el III Concurso de relatos cortos "Luis del Val" (Ayuntamiento de Sallent, Huesca, España, 2006). Otras publicaciones en: Arena y Cal (España), La Casa de Asterión (Colombia), Letralia, Tierra de Letras (Venezuela), La ventana (Noruega), Revista Café Berlín (Alemania), Progetto Letterario Internazionale (Italia), Página 1 (Israel) y Revista Ábaco (España), entre otras.
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Cuentos cortos
de Aymer Zuluaga
Dilema
Siempre decidieron por él. En el funeral llegó la ocasión, pero se quedó petrificado ante la encrucijada: ¿Café? ¿O té? ¿Cuál bebida caliente elegirá Su Majestad, hace poco huérfano y ahora viudo?
Escena
Ella se aferra al cuello de su chaqueta en tanto que sus pies se hunden bajo el piso. Sus ojos imploran clemencia y él, inalterable, una y otra vez la apuñala rencorosamente. Terminado el acto, se enciende la luz, el público aplaude. Al escenario regresa el actor agradecido, saluda, se despide y los espectadores comienzan a salir. Baja el telón y nadie advierte que la actriz aún no se levanta
Inapetencia
Indiferente ante el teclado de su máquina de escribir toma su lápiz, pero de la mina sólo salen manchas. Enciende el computador y el cursor titilante le invita a pulsar alguna tecla, pero lo apaga. Abre su cuaderno de notas buscando pasión, pero no la encuentra. Vencido, va a la nevera y no toma nada. Agotado, se acuesta al lado de su amada, pero allí tampoco despiertan sus ganas. Bosteza entonces, sin preguntarse cuál apetito perdió primero.
Influjo
Percibo tu aroma, el que se propaga cuando caen tus prendas. Surge también de todo aquello que tocas por los lugares que vas pasando. Es cuestión de distinguirlo para quedar impregnado. Coleccionaba todo aquello que oliera a ti para intentar atraparte en la esencia de tu revelación; fue mi preludio. Alcancé a guardar tus indicios en una maleta que ahora no cargo porque detiene mi paso. Le puse en la etiqueta: “a nadie pertenece”; escribí claro su contenido y quién eres. Aún no la envío a uno de los sitios donde la esperan. Son tantos. No sé si abrirla y permitir que salga lo que pude capturar para que se disperse a su antojo, en busca de su destinatario. Ahora no guardo nada, apenas te advierto disfruto el encanto, pero lo dejo allí: a los cuatro vientos, sin ninguna reserva, para que se entere todo el mundo. Perdí el egoísmo. Y otras cosas. Dicen que la vergüenza. Desde que huiste de mí, mezcla de enfado y desprecio, cambié de pasatiempo; tuve que guardar inconvenientes, dificultades, circunstancias adversas. No había espacio para tantas cosas. Soplaron malos vientos que lograron cambiar el sonido que de mí salía. Un aire de aflicción hizo vibrar mis paredes. Soné y triné hasta que a mis penas se las llevó el viento. Tampoco ellas fueron estables o duraderas. Adentro sólo quedó el vacío y allí nada se transmite, ni el silencio. Tengo ahora distinto timbre, intensidad y altura. Mi canto es otro, pero su causa es la misma.
Distingo tu fragancia, la que derrochas ahora al desatar palabras. Huelo tu voz y quiero ver el fuerte latido, sentir la imagen pura que ofreces. Eras lo que sigues siendo. Presiento tu cercanía, la rosa náutica me muestra la orientación y fuerza de los vientos que me esperan si te encuentro. El diagrama me asegura agitación de aguja en las treinta y dos secciones que marcan los rumbos en que divido mi horizonte. Intuyo las coordenadas a las que me llevarás: Placer extremo. Ante él quiero plantarme antes de que allí me empujes. Llegaré anticipado a cavar un agujero buscando refugio; le pondremos un nombre para hacerlo mío y lo decoraremos juntos con tu tono, melodía y esencia. Ayúdame a depositar allí todo lo que me afecta y me conmueve, para ver luego cómo lo usas en mi contra. Será a su vez nido y fosa de la consideración en la que me resguarde. Lo cubriré de reflexión y le dejaré dos salidas, porque siempre hay dualidad, dos opiniones antes de perder el juicio.
Aquí te espero, practicando malabares con la esfera de la palabra. Fanfarroneando saber hacer lo que tú me dictas. Cuando nos encontremos de nuevo me moverán los vientos, todos los vientos. Pero no como una veleta, sino como un eje que pretende expresar lo que es la vida: este estado de cambio permanente, este suceder de inquietudes que nos deja quietos. Un morder perpetuo del pan de los ángeles, sin meditar en ello. Mis sentidos te esperan para que mis sentimientos sean presa fácil para ti. Pan comido.
Fuente:
Comunicación personal.