Lectura y Conversación
Ana Griott
(España)
—Septiembre 20 de 2018—
Ana Cristina Herreros (Ana Griott)
Foto © Lupe de la Vallina
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Ana Cristina Herreros Ferreira (Ana Griott) es filóloga, escritora, editora y narradora. Nació en León (España) y su abuela callaba cuentos. Así que pronto aprendió a escuchar el silencio y a querer a los que no tienen voz, a los que no cuentan. Tanto que, años después y ya emigrante en Madrid, se propuso escribir una tesis doctoral sobre la literatura de los que ni escriben ni leen. Y así, investigando en la tradición oral, fue a dar en 1992 con la narración oral. Y empezó a contar, y desde hace más de veinte años no calla. Luego, la voz se le llenó de tinta y comenzó a escribir: “Cuentos populares del Mediterráneo”, “Libro de monstruos españoles”, “Libro de brujas españolas”, “La asombrosa y verdadera historia de un ratón llamado Pérez”, “Geografía mágica” y “Cuentos populares de la Madre Muerte”, todos ellos publicados en Ediciones Siruela. Los tres últimos, “La mujer esqueleto”, “Cuentos antiguos de Gran Canaria” y “El dragón que se comió el sol y otros cuentos de la Baja Casamance”, son algunos de los títulos de una aventura editorial en la que se ha embarcado y que se llama Libros de las Malas Compañías.
Ha trabajado en Ediciones Siruela como editora durante 25 años y en la actualidad codirige la colección Biblioteca de Cuentos Populares. La han traducido al catalán, al francés y al español mexicano, ha participado en numerosos festivales internacionales y también le han dado algún premio. Entre otros: el Diploma de Honor de la Fundación Dieta Mediterránea (que compartió en 2012 con Michele Obama) y dos veces (2009 y 2011) el premio que concede el Ministerio de Cultura de España al libro mejor editado. Ha hecho hablar a un autista, sentarse a oír su conferencia a una princesa y 16 bebés de seis meses prefirieron escuchar sus cuentos a tomarse el biberón. ¡Ay, si su abuela levantara la cabeza…!
Presentación de la autora y
su obra por Mauricio Quintero.
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“Mi abuela era gallega y analfabeta, y a mi madre, cuando se casó y se fue a vivir a León, le prohibieron hablar gallego porque era la lengua de las bestias. Vivió su identidad con vergüenza. Calló sus cuentos, aunque las primeras palabras que recuerdo suyas son gallegas: una nana; no le prohibieron cantar”, relata la filóloga Ana Cristina Herreros, de 53 años.
Este pasado familiar supuso una gran influencia. “Hice el doctorado sobre La doncella guerrera, un personaje femenino que se viste de varón para poder existir. Y en realidad ese ha sido siempre mi tema: la mujer silenciada junto con la recuperación de la memoria, de las tradiciones orales y de dar voz a quien carece de ella”.
Tras 25 años en la editorial Siruela, donde empezó como correctora y acabó dirigiendo la Biblioteca de Cuentos Populares, en 2014 decidió embarcarse en un proyecto propio, Libros de las Malas Compañías, con la aspiración de “plantear un proyecto diferente”, detalla. Su hija mayor, Anaïs, la acompaña; también Daniel Tornero, su director de arte. El equipo trabaja en red y su oficina está allí donde les llevan sus libros.
Las colecciones de la editorial son toda una declaración de intenciones: La gente también cuenta quiere visibilizar a minorías como los autistas o las personas sin hogar; Rescatados devuelve a las librerías y bibliotecas —no venden en grandes superficies— libros descatalogados; Cuentos antiguos quiere mantener vivas las voces de nuestros abuelos, y Serie Negra recupera la memoria oral en comunidades negras.
A Senegal se trasladaron para trabajar en El dragón que se comió el sol y otros cuentos de la Baja Casamance, el primer título de la colección, que tardó tres años en materializarse y cuyas ventas se destinan a la alfabetización de mujeres. “Nos dedicamos a recoger los cuentos que los mayores contaban a los niños. Los ilustramos con ellos, con sus tipografías y telas. Su literatura tradicional es oral y tiene tanta importancia como la escrita, pero en Occidente prima el libro, así que quisimos dar valor a su cultura, que apreciaran que sus cuentos eran tan relevantes como Cyrano de Bergerac”, explica. Y se apresura a aclarar que en Libros de las Malas Compañías no se dirigen sólo a público infantil. Ella no cree en estas categorizaciones. “La literatura es o no es. De hecho, en Senegal pregunté a un bibliotecario si contaban cuentos de niños a los niños, y me respondió: ‘Si lo hiciéramos, ¿cómo van a aprender a ser adultos?’”.
Herreros sigue compaginando la edición con sus facetas de escritora —entre sus títulos destacan Libro de monstruos españoles, Cuentos populares de la madre muerte o La asombrosa y verdadera historia de un ratón llamado Pérez— y narradora oral, bajo el nombre de Ana Griott, en teatros, cafés… “Griott es el narrador tradicional de África Occidental, un niño que era hijo de un muerto y sabía historias de los que no están. Yo hago lo mismo contando, editando o escribiendo: intentar mantener vivos los cuentos, la memoria, lo tradicional, y dar voz a quienes no la tienen”.
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Mozambique, blanco albino
Por Ana Griott
El año pasado estuvimos en Mozambique recogiendo cuentos de los albinos y de la gente que los rodea, e ilustrando con los niños y las niñas del centro de las Mercedarias de T3 (Matola), de Hakumana (Maputo), del colegio de Massaca (Boane), que financia la Fundación Encuentro, y de la familia de Cristina Magaia en Bobole.
Nos dimos cuenta de que la gente albina tiene muchos problemas: sobre todo, visión reducida y cáncer de piel por falta de melanina. Pero lo más grave es que son secuestrados porque se piensa que no son personas sino fantasmas, espíritus. La gente no se acerca a ellos porque temen contagiarse y engendrar hijos albinos. Los brujos los codician para hacer amuletos porque creen que sus miembros dan buena suerte. Los traficantes de órganos aprovechan la situación, que ellos alientan porque les reporta grandes beneficios, y los hacen desaparecer, despiezados para el mercado de órganos internacional, reforzando la idea popular de que son espíritus.
Para mostrar y demostrar que no son espíritus sino personas, recogimos sus cuentos porque lo que nos diferencia de otros animales (y de los espíritus) es la capacidad de reír y la de fabular. Recogimos casi 50 cuentos, y de ellos hemos seleccionado una treintena, que Daniel Tornero ya está preparando para que Libros de las Malas Compañías lo publique en su Serie Negra, en el mes de octubre. Se va a titular: Los cuentos del conejo y otros cuentos de la gente albina de Mozambique.
Y es que sobre todo nos contaron cuentos de conejos: un animal que no tiene garras ni dientes ni fuerza, pero que es capaz de sobrevivir en la selva gracias a su astucia. Como la gente albina, o como cualquiera de las personas que hemos visto en Mozambique, o que se pueden ver en cualquier parte del mundo, seres pequeños, blancos o negros, que sobreviven gracias a su astucia.
Este año volví a Mozambique con Kike Carbajal. Visitamos los lugares por donde transité con Daniel Tornero durante septiembre de 2017, y Kike fotografió a las personas que nos contaron los cuentos (un año mayores). Queremos que, además de leer sus cuentos, podáis ver su mirada, su sonrisa, su gesto. Queremos que veáis el lugar donde viven, cómo son sus madres, sus hermanas, cómo se desplazan por la ciudad. Haremos una exposición con todo el material, pero os adelantamos algunas fotos.
Lo más importante del libro o de la exposición es acercaros la realidad de los albinos que viven en esta zona de África. Solo así podremos parar esta brutalidad que los acosa.
Fuente:
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Obra de un niño que participó en los talleres de Ana Griott en Senegal.