“Jugando ajedrez. Fernando debe estar cansadísimo de jalarse el labio”. (Nota manuscrita en el reverso de la fotografía).
Mis hijos son mis pensamientos. Hoy llegan mis niños sonrosados: así me digo en los días venturosos. ¿Qué amas tú en las mujeres a quienes amas? No a ellas sino al ideal que en ellas has puesto. Yo disuelvo mi alma en el universo todo, y así amo todo el universo. Aprende a hacer de tu alma tu tesoro: allí encontrarás lo necesario para vivir una vida divina. No permitas que tu corazón esté sometido, para alegrarse, como para entristecerse, al querer de los hombres…
Fernando González